Redacción Quito
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El arte se disfruta con un buen café

Las pinturas de Endara Crown, César Manrique, Luis A. Martínez... son algunas de las obras que junto a otras antigüedades y esculturas decoran el Café Sibarí, un restaurante y galería de arte que funciona en la capital desde 1999.

Ese año, con el proceso de dolarización en marcha, su dueño, Rubén Darío Vásquez decidió abrir un espacio que combinara el arte, el café y la tertulia. Comenzó con una inversión cercana a USD 5 000, para la adecuación de un pequeño local en la calle Jerónimo Carrión, en el norte, y en la decoración se utilizaron las obras de la galería de arte de la Fundación Exedra, que entonces lideraba Vásquez.

“La idea era tener un café cultural. A veces organizábamos subastas a martillo, pues muchos de los autores también eran clientes nuestros”, cuenta. “Fuimos muy pioneros en el concepto de café-boutique. Los objetos que decoraban las paredes estaban a la venta, incluso diseñamos nuestras propias tasas a colores y nuestros clientes las compraban luego de tomarse un café en ellas”, agrega el dueño.

Para finales del 2006, el Café Sibarí recibió una invitación del Instituto Metropolitano de Patrimonio, que entonces llevaba el nombre de Fonsal, para ser parte de la reconstrucción del Centro Histórico.

Ese año, el café se trasladó a la calle Junín en el barrio San Marcos, mientras la casa 707 de la calle La Ronda era reconstruida con fondos de la ex Fonsal.

Esa reconstrucción tardó un poco más de un año y fue necesario levantar paredes, adecuar las instalaciones y hasta los pisos de la casa. Vásquez, como restaurador de arte, participó en ese proceso.

“Se pusieron paredes de cristal, se construyó una tarima para espectáculos en la plaza central... se levantó toda la estructura de la casa. Fue un proceso largo que terminó en el 2008”, recuerda Manolo Sandoval, administrador del negocio.

Para diciembre de ese año se abrieron las puertas del nuevo local, en medio de las Fiestas de Quito. “Tuvimos muy buena acogida”, recuerda el administrador.

El año pasado, el Café Sibarí facturó cerca de USD 130 000. Organizar un evento en este espacio es posible a un precio que oscila entre los USD 600 y 1 500, dependiendo del día. A eso hay que sumar el costo del catering, el personal de servicio, renta de equipos y menaje.

El ambiente acústico de este café, en un ambiente de fiesta entre pasillos, trova y boleros, se presta para las más singulares historias. Luz Elena Galeano, quien trabajó tres años en el café, cuenta que fue testigo de cuatro pedidos de matrimonio. “De los cuatro, a uno le dijeron que no, y otro fue para mí... ya me casé”, recuerda.

Este es un lugar familiar, por lo que sus clientes son de todas las edades. Aunque en algunas ocasiones, también se renta el espacio para eventos institucionales.

Empresas como Roche, Claro, Quito Turismo... han organizado eventos en el Café Sibarí. Santiago Valdivieso, de Correos del Ecuador, destaca el concepto y servicio del café. “Es un sitio acogedor y en donde uno se siente a gusto”.

Nuevos proyectos

  • Traslado. El Café Sibarí cerrará sus puertas en La Ronda, para abrir un nuevo local en el mes de noviembre, en el sector de La Mariscal.
  • El concepto. Actualmente, el café cuenta con capacidad para 200 personas y ofrece espectáculos de música en vivo, teatro, cine, exposiciones de miércoles a domingo.