es un pionero y espera conseguir que los palestinos aprecien la carne de avestruz. Foto: Eduardo Terán/ LÍDERES.

Abdel Rahman Abu Tir es un pionero y espera conseguir que los palestinos aprecien la carne de avestruz. Foto: Eduardo Terán/ LÍDERES.

Avestruces o champiñones, los pioneros sacuden la agricultura palestina

17 de febrero de 2015 14:53

En la localidad palestina de Dar Salah, al pie de un edificio de viviendas, Abdel Rahman Abu Tir ha instalado una pequeña granja. A priori, nada original en la Cisjordania ocupada, si no es porque cría avestruces. Este ingeniero, cuyo nombre en árabe significa 'pajarero', volvió de Gran Bretaña hace una década.

Ahora, en su pueblo, es un pionero y espera conseguir que los palestinos aprecien la carne de avestruz.

En sus dos hectáreas de tierra, cerca de 200 avestruces picotean la hierba, mientras que un poco más allá, los polluelos se pelean por salir de detrás de una red. La idea surgió hace muchos años. "Empecé a comprar avestruces en las granjas israelíes que cerraban las autoridades", recuerda.

Cuando el Estado hebreo decidió en 2010 prohibir completamente la cría de avestruces, una especie protegida para el consumo de carne, las puertas se le abrieron a Abu Tir. Tenía el camino expedito para inundar con carne, plumas y huevos de avestruz los mercados israelí y palestino. Sin contar con los pedidos que dice recibir del Golfo y la vecina Jordania. Por el momento, solo vende por encargo.

Lo más difícil, reconoce, será hacer despegar el mercado palestino. "Se necesitará tiempo para introducir la idea de consumir avestruz en el mercado local, ya que para los palestinos, es una carne extraña y relativamente cara", explica a la AFP.

De hecho, "entre los palestinos, que cocinan más bien carnes grasas, el pavo ha tardado" en llegar a la mesa. Abu Tir sostiene que la carne de avestruz "es mejor para la salud y su cría causa menos daños ambientales que los bovinos". Para convencer a sus compatriotas dice que echa abajo los precios. "Normalmente, el kilo de carne de avestruz se vende entre 35 y 40 dólares, pero yo lo vendo por USD 20".

Ahora quiere agrandar su granja. Sus dos hectáreas solo le bastarán un año y después necesitará diez veces más ya que espera tener en dos años "1 000 ó 2 000 avestruces" y en cinco sacrificar "10 000 avestruces por año" por su carne. Para dar a conocer la carne de avestruz, Abu Tir ha organizado una gran barbacoa con responsables del sector de la agricultura. "Les ha encantado", asegura.

Consumir productos palestinos
Con degustaciones gratuitas, se han dado a conocer los champiñones "100% palestinos" de cuatro pioneros de la agricultura palestina. En varias tiendas de Ramalá, la sede de la Autoridad Palestina en Cisjordania ocupada, han llegado a regalar paquetes.

El champiñón, contrariamente a la avestruz, está ya presente en la cocina palestina, pero hasta ahora, había que contentarse con los que cultivaban los israelíes, en particular en las colonias. Y es que la agricultura palestina se ha llevado la peor parte del conflicto. Hace 20 años, el sector agrícola representaba el 77% del PIB palestino, pero actualmente se sitúa en el 5% debido a la colonización de las tierras y a la restricción de movimientos impuesta por Israel.

A raíz del boicot de productos israelíes, los jóvenes emprendedores del proyecto 'Amuru', el nombre del champiñón, han decidido abandonar sus puestos de ingenieros informáticos y aprender a cultivar champiñones.

Ahora, en su impresionante granja en Jericó, en el este de la Cisjordania ocupada, los cuatro amigos producen mensualmente entre cuatro y cinco toneladas. Pese a los importantes costes para importar equipos, aseguran que venden sus champiñones a entre 1,7 y 2,3 dólares los 250 gramos, contra los 2,5 dólares de los israelíes.

"Solo Ramalá consume entre 2,5 y 3 toneladas al mes". dice Mahmud Kahil, uno de los fundadores de Amuru, que espera ampliar su mercado a Gaza y a los países vecinos. "El objetivo, es 15 toneladas mensuales", explica. La idea es reemplazar definitivamente los champiñones israelíes "en las casas, hoteles y restaurantes" palestinos, asegura por su parte Samir Samara, el jefe de la administración de la agricultura en Jericó.