María Beatriz Fiallos y María Dolores Alarcón trabajan a mano los accesorios que ofrecen para las bodas. Foto: Paúl Rivas / LÍDERES

María Beatriz Fiallos y María Dolores Alarcón trabajan a mano los accesorios que ofrecen para las bodas. Foto: Paúl Rivas / LÍDERES

Hacer una boda inolvidable es la motivación de madre e hija

18 de abril de 2017 15:26

Las novias y el romance siempre apasionaron a María Beatriz Fiallos, diseñadora de modas.

Su afición es tan grande que hizo su tesis enfocada en las novias de los años 20 e incluso se atrevería a ir a una iglesia para ver una boda, con solo la intención de admirar a la novia, aunque no la conozca.

Su madre y socia, María Dolores Alarcón, tuvo la idea de enfocar el amor de María Beatriz por las novias y enfilarlo en un negocio. Así surgió Sweet Brides, que ya tiene dos años en el mercado.

Hija y madre decidieron hacer complementos para novias, a fin de que su boda sea inolvidable hasta en el último detalle. Empezaron elaborando tocados de novia y ligas bordadas, con 15 unidades y tres docenas respectivamente. Han avanzado con otros artículos como ramos de novia, azahares, portaaros, canastas, entre otros.

Para iniciar con su emprendimiento invirtieron USD 200, fondos con los que recorrieron Quito para buscar materiales durante un mes más o menos.

Alarcón cuenta que el trabajo es duro porque lo realizan las dos solas y al ser totalmente a mano, cada artículo es único y personalizado. Por ello casi no cuentan con stock y la producción depende de la demanda. Según el pedido pueden tardarse unos ocho días laborables en entregarlo.

Los complementos que ofrece Sweet Brides son confeccionados con materiales como encaje, hilo de joyero, cristales de murano, cuentas tornasoles, perlas de vidrio, flores de porcelana hechas a mano, ‘podesua’, randa o ‘guipur’ para las canastas, yute para los artículos más rústicos, armadores para el vestido, entre otros.

En casos de pedidos especiales también elaboran productos con hilo de plata y perlas cultivadas o cristales Swarovski, pero son más costosos por el tipo de material.

“Siempre pensamos en la comodidad de la novia, ya que si tiene 200 invitados, serán 200 abrazos, y ella debe sentirse bien a cada momento”, dice Alarcón, al explicar que sus tocados se pueden adaptar a todos los gustos, peinados y presupuestos, además de que se venden con una asesoría directa a cada cliente, a la que atienden en su casa.

“Te puede gustar un tocado, pero a lo mejor no va con el vestido, o con el rostro, y ahí es especialista María Beatriz”, explica su madre, al indicar que la asesoría se ofrece sin costo adicional.

“No tenemos local porque preferimos atender a nuestras novias en casa para que se sientan cómodas, que se vayan contentas con una buena atención, así no se concrete la venta”, dice Fiallos, al explicar que las citas pueden durar varias horas hasta encontrar justo lo que su cliente necesite.

Hasta ahora han trabajado con alrededor de 200 novias de las ciudades de Quito, Guayaquil, Machala, Ibarra, Esmeraldas, Cuenca, Loja, Manta y en la Amazonía.

Una de ellas es Cristina Carrera, quien contrajo matrimonio en mayo del 2016. Sweet Brides hizo el ramo, las ligas, los azahares de novio y padres y padrinos, los ramos de las damas, la almohada para los aros y el tocado.

Carrera asegura que su experiencia fue excelente. “Enseguida entendieron que era lo que yo quería y cuáles eran mis gustos, hasta llegar al punto en superar mis expectativas”, comenta la mujer. Ella resalta además la puntualidad en la entrega de los productos y la calidad del servicio.

El primer año de trabajo alcanzaron una venta aproximada de USD 7 000 y en el 2016 lograron aproximadamente USD 10 000.

Los costos de sus productos varían según el modelo, pero por ejemplo los tocados van desde USD 25 a 100, las copas que son pintadas a mano están en un promedio de USD 60 a 70 el par, mientras que las ligas están cada una en USD 5, 8 y 12, según el modelo.