Una Organización de chefs en México han pedido al gobierno de Peña Nieto que se mantenga la prohibición del uso de transgénicos en la siembra del maíz mexicano . Foto: Imagen referencial Archivo/ LÍDERES

Una Organización de chefs en México han pedido al gobierno de Peña Nieto que se mantenga la prohibición del uso de transgénicos en la siembra del maíz mexicano . Foto: Imagen referencial Archivo/ LÍDERES

Unos 80 chefs y gastrónomos piden impedir transgénicos en México

25 de agosto de 2015 13:56

Unos 80 integrantes del Colectivo Mexicano de Cocina, entre ellos el chef español Mikel Alonso y el mexicano Enrique Olvera, pidieron hoy, 25 de agosto del 2015, que se mantenga en México la prohibición de siembra de maíz transgénico e instaron al gobierno a expresar "una postura firme y clara" al respecto.

Un juez mexicano dejó sin efecto la semana una medida precautoria que desde 2013 impedía otorgar permisos a empresas de biotecnología como el gigante Monsanto y Dow AgroSciences, pero el dictamen fue apelado por una coalición contraria a los transgénicos y por ahora la prohibición se mantiene.

En un mensaje dirigido al presidente Enrique Peña Nieto, a las autoridades de agricultura y economía y a la comisión nacional sobre biodiversidad, entre otras, reconocidos cocineros e investigadores alertaron que los transgénicos plantean "enormes incertidumbres y efectos colaterales impredecibles" y atentan contra la biodiversidad. "Es importante para nosotros como gremio fijar nuestra postura", dijo Olvera en un encuentro con corresponsales extranjeros, al dar a conocer el pronunciamiento.

"Lo que pedimos en el comunicado es que el gobierno fije también esa postura", indicó. Olvera dijo que existe una "incertidumbre total de cuáles son las consecuencias" de la siembra de maíz transgénico y que el cultivo se debe aplazar mientras no exista claridad, en especial en México, donde el maíz es un producto básico de consumo humano.

El documento advierte que los transgénicos representan un riesgo de contaminación del maíz nativo, generan un conflicto sobre la propiedad intelectual de la semilla y aumentan la dependencia económica de pequeños productores de las grandes transnacionales, además de plantear peligros para la salud.

"En Latinoamérica, ejemplos como el de Argentina resultan alarmantes: 56 por ciento de la tierra cultivada (19,8 millones de hectáreas) están sometidas a un monocultivo transgénico -la soya- y se ha documentado una pila de historias preocupantes sobre enfermedades y contaminaciones cada vez en mayor escala, relacionadas con estos cultivos y con los agroquímicos que los acompañan", alerta el texto.