Jorge Guacanés, el fundador de la cadena, en su local más grande que cuenta con cafetería, que está ubicado en la Juan León Mera y Ramón Roca, en el sector de La Mariscal. Foto: Julio Estrella / LÍDERES

Jorge Guacanés, el fundador de la cadena, en su local más grande que cuenta con cafetería, que está ubicado en la Juan León Mera y Ramón Roca, en el sector de La Mariscal. Foto: Julio Estrella / LÍDERES

El chocolate y el café local dan identidad a sus tiendas

2 de mayo de 2017 14:51

Jorge Guacanés soñaba desde niño con tener una casa de chocolate. Ese anhelo de la infancia, comenta, venía a su cabeza como cuando Homero Simpson alucinaba con la tierra del chocolate: todo lo que está a su alrededor es comestible, desde las paredes hasta conejos que saltan.

Hace siete años, pudo hacer realidad en algo ese sueño que coincidió con el inicio del ‘boom’ del chocolate fino ecuatoriano.

En ese entonces, Guacanés se convirtió en papá y necesitaba mayores ingresos para cubrir la nueva etapa de su vida. Dejó su trabajo en una tienda de artesanías y montó su chocolatería, sin mayor noción del mundo al que se metía. Su experiencia en ventas y trato con turistas fueron su punto de partida.

Para iniciar invirtió USD 6 000 que los financió con su tarjeta de crédito. Ese dinero le sirvió para comprar mercadería, maquinaria como neveras -para los postres- y rentar un local en el sector de La Mariscal (centro-norte de Quito). Así, en el 2010, abrió sus puertas Cacao&Cacao.

Uno de sus primeros proveedores, cuenta Guacanés, fue Pacari. Habló con Santiago Peralta y recuerda que en su encuentro le dijo algo así como: “toma mis tabletas y anda endulza el mundo”.

Algo más de un año después de la apertura de su primer local abrió un segundo local en la misma zona de la ciudad.

Guacanés se metió en el mundo del chocolate y fue sumando proveedores que comenzaban a producir chocolate ecuatoriano con identidad. También, incorporó otros ítems elaborados con cacao, como cervezas y postres.

Además, en la nueva tienda agregó el servicio de cafetería y desde ese entonces incursiona en ese segmento. Cacao&Cacao también comenzó a ofertar café de diferentes puntos geográficos del país, como Loja, Nanegalito, entre otros lugares.

Para abrir este local invirtió cerca de USD 8 000, que los consiguió con un crédito del Ministerio de Turismo más las ganancias que le dejaba la primera tienda. Este local se convirtió en el principal de la cadena de Cacao&Cacao.

Ahora, la pequeña cadena se especializa en café y chocolate de productores nacionales. También, ofrece otros productos locales, como licor de maracuyá, por poner un ejemplo.
El año pasado abrió otro local que se dedica solo a la venta de los productos, al frente del Mercado Artesanal de La Mariscal.

Asimismo, el año pasado la cadena abrió su primera franquicia ubicada en el Centro Comercial Unicornio. Este es un proyecto piloto con el que crearon su manual de franquicia para la marca y buscará expandirse en el futuro.

Ahora, Cacao&Cacao busca difundir la cultura del café en el país. Por ello, organiza un evento para entregar la certificación Barista Skills Foundation y Barista Intermediate, que se desarrollará esta semana, entre el 2 y 4 de mayo.

Dolores Moreno es clienta de Cacao&Cacao desde hace un año. Ella trabaja cerca de La Mariscal y acude todos los días, con compañeros de la oficina, en búsqueda de café. Moreno destaca la variedad, el sabor y los aromas de los productos que se ofertan.

La Leyenda del Chocolate es un negocio quiteño que provee diversos ítems a la cadena. Doménica Mero, encargada de ventas, asegura que cada mes le venden a Cacao&Cacao unas cuatro cajas de chocolate en pasta para diversas preparaciones y también otro chocolate para bebidas.

Además de estos productos, la Leyenda del Chocolate entrega pequeñas barras. Mero destaca la cadena que se ha convertido en un sitio especializado.