Los estudiantes universitarios dialogan con frecuencia con habitates de las comunidades sobre temas ambientales. Fotos: Marcel Bonilla / LÍDERES

Los estudiantes universitarios dialogan con frecuencia con habitates de las comunidades sobre temas ambientales. Fotos: Marcel Bonilla / LÍDERES

El trabajo con los comuneros se enfoca en el ambiente

12 de junio de 2017 16:00

Un total de 120 estudiantes de la Universidad Católica del Ecuador, sede Esmeraldas, se integran con las comunidades del norte de la provincia para apoyar en tareas escolares, concienciación ambiental, cuidado de las fuentes hídricas y la conservación de la Tierra.

Los alumnos voluntarios de las distintas especialidades de la citada Universidad, participan dos veces por año en proyectos de apoyo a comuneros, previo a una preparación en la Unidad de vinculación con la comunidad de esa entidad de educación superior.

Para realizar el trabajo, se eligen poblaciones donde existen asentamientos indígenas y afros, que de acuerdo con el mapa socioeconómico de Esmeraldas presentan debilidades en temas educativos, medioambientales, pobreza y oportunidades de trabajo.

Actualmente la zona norte de la provincia es afectada por la acción de la minería ilegal, que produce contaminación de las fuentes hídricas, reflejándose en la salud de sus habitantes, dice Doris Añapa, una habitante de comunidad Cachi de Calle Mansa.

Carlos Cortez es estudiante del noveno ciclo de la carrera de Enfermería, de la Universidad Católica de Esmeraldas, y durante una semana, en la comunidad afro de Timbiré, enseñó a 20 jóvenes cómo aplicar inyecciones, sueros y primeros auxilios.

Con otros cinco de sus compañeros de la carrera, Cortez dio refuerzo escolar a 30 niños de la comunidad de Timbiré, que después de la escuela siembran cacao y plátano.

Jacinto Fierro, integrante de la Oficina de Pastoral Social de la Universidad Católica, asegura que la integración ha permitido trabajar con los 28 centro chachis, que integran la Federación de Centros Chachis de Esmeraldas.

Con organizaciones afros e indígenas como la Unión de Organizaciones Negras del Norte del Esmeraldas y la Organización del Pueblo Épera, se realizan capacitaciones sobre la conservación de la cultura ancestral.

Con la ayuda de los estudiantes se trabajó en una consultoría para el fortalecimiento de capacidades de los actores locales de gobierno, sociedad civil y población general del norte de Esmeraldas, para el conocimiento, participación, protección y ejercicios de los derechos colectivos.

“Entre los objetivos está mantener, desarrollar y fortalecer libremente su identidad, el sentido de pertenencia, las tradiciones ancestrales y las formas de organización social”, explica Daniela Ballesteros, estudiante de Ingeniería Ambiental de la Universidad.

Los comuneros han sido motivados a conservar la propiedad imprescriptible de sus tierras comunitarias, así como la participación del uso, usufructo, administración y conservación de los recursos renovables.

Los estudiantes de lingüística, por su lado, ayudan a desarrollar los sistemas de educación bilingüe con criterios de calidad, desde la estimulación temprana, protección y desarrollo de los saberes ancestrales de esas comunidades.

Dayanne Ortiz, de la comunidad Santa María de los Cayapas, y estudiantes de Ingeniería Ambiental, regresaron a la comunidad para explicar cómo conservar la Tierra y frenar la contaminación. “Esa es mi responsabilidad”, dice.

Los estudiantes, de la mano de los profesores, se encargan de elaborar proyectos de acuerdo con las necesidades en la zona urbana y rural, para ofrecer atención durante su permanencia en las comunidades, que puede ser hasta dos semanas.

Desde la Pastoral Social se trabaja en los llamados campamentos misión, donde se organizan cada semestre para realizar actividades de acompañamiento, que han permitido generar conciencia ambiental entre los habitantes de San Lorenzo y Eloy Alfaro.

Los estudiantes también han recorrido las poblaciones ubicadas en río Cayapas, norte de la provincia, debido a la contaminación de los ríos, por la intervención de las empresas mineras.
El trabajo se enfoca en hablar de la situación ambiental, y motivar actividades para evitar que se siga destruyendo el hábitat de muchas especies. “Hemos aprendido mucho más de la tierra y la importancia de su conservación”, dice Mauricio Nazareno, habitante la comunidad San Miguel. El objetivo del voluntariado estudiantil es fortalecer la conciencia.