Trabajadores agrícolas del cantón Mocache, ubicado en la provincia de Los Ríos, durante  las labores de fumigación de las siembras del cereal. La producción del 2017 fue bastante alta. Fotos: Mario Faustos / LÍDERES

Trabajadores agrícolas del cantón Mocache, ubicado en la provincia de Los Ríos, durante las labores de fumigación de las siembras del cereal. La producción del 2017 fue bastante alta. Fotos: Mario Faustos / LÍDERES

El cultivo de maíz ha sido constante los últimos años

14 de febrero de 2018 07:11

Durante el 2017, en Ecuador se produjeron cerca de 1,2 millones de toneladas de maíz en las más de 200 000 hectáreas sembradas en el país, de acuerdo con estadísticas de la Corporación Tierra Fértil, en el cantón Ventanas, Los Ríos.

La producción se ha mantenido en cifras constantes durante los últimos tres años, con repuntes en Loja, Los Ríos y Santa Elena.

César Vizcarra, presidente de Tierra Fértil, cuenta que la producción en el 2017 fue buena a pesar de la enfermedad que azotó las plantaciones del cereal.

La plaga más común fue el gusano cogollero, que cuando ataca plantas jóvenes puede generar un daño irreversible. Según Vizcarra, afectó unas 80 000 hectáreas.

Ante la plaga, el Ministerio de Agricultura y Ganadería suscribió la resolución de Declaratoria de Emergencia 046-2017, que consistió en apoyar con un programa de fumigación y control de plagas y hongos de alto riesgo fitosanitario. El exceso de humedad incidió en Guayas y Los Ríos.

Según el Ministerio, en el invierno del año pasado el rendimiento del cultivo de maíz duro seco (con 13% de humedad y 1% de impureza) fue de 5,51 toneladas por hectárea (t/ha). En promedio, fue inferior al mismo ciclo del 2016.

El Oro fue la provincia que superó el promedio nacional con 7,63 t/ha, mientras que la de menor fue Guayas con 4,50 t/ha.

Entre los factores que permitieron buenos resultados de producción estuvo el de los tipos de semilla. Las más comunes fueron Dekalb 7088 (17%), Trueno NB 7443 (16%) y Somma 105 (14%).

Según  los productores, hay aún en stock unas 20 000 toneladas de la cosecha del año pasado. Foto: Mario Faustos / LÍDERES

Según los productores, hay aún en stock unas 20 000 toneladas de la cosecha del año pasado. 

Los cantones de Manabí se caracterizaron por utilizar híbridos como Insignia-105. Mientras que en Ventanas, el 88% de los agricultores trabaja con semilla certificada, que es la que han empleado durante los últimos tres años, pues genera 1,35 t/ha, un rendimiento superior a la reciclada.

Para Vizcarra, en la buena producción influye también el uso de insumos de calidad, como fertilizantes con potasio, nitrógeno, fósforo y zinc para las plantas. Asegura que no todos los agricultores tienen las posibilidades económicas para nutrir las plantaciones como es debido.
Los costos de producción ascienden a USD 1 800 por ha. El precio de venta del quintal -cuenta Vizcarra- varía entre USD 16 y 17, a pesar de que el precio mínimo de sustentación es de USD 14,90.

“Las condiciones de mercado dieron para un mejor precio. Eso lo aprovechó el productor”.
Más del 90% de la producción nacional la compra el sector industrial, en particular avicultores, porcicultores y camaroneros.

Pronaca consume 30%, un porcentaje similar la Asociación de Fabricantes de Balanceados de Ambato (Afaba) y el otro 30%, Aprobal. En su mayoría, estos compradores están en la Costa.

En el sector muchos son pequeños productores. Ellos poseen no más de 10 hectáreas y constituyen cerca de 75% de los cerca de 150 000 productores en el país. Pocos cuentan con tecnificación.

Vizcarra sostiene que hace falta maquinaria y sistemas de riego a través de pozos profundos y canalización: “Hay formas de hacerlo, pero no hay la decisión política”.

Según el MAG, solo un 15% tuvo acceso a riego el año pasado.

Pero la tecnificación no es el único problema de los maiceros. Henry Peña, presidente de la Corporación Nacional de Maiceros, señala que requieren apoyo en temas como el almacenamiento.

De la cosecha del 2017, que finalizó el 30 de diciembre, existe en stock cerca de 20 000 toneladas.

Los maiceros advierten que el invierno comenzará en marzo y el grano almacenado podría chocar con la nueva producción. A esto hay que sumar, dice Peña, que el año pasado se autorizó la importación de unas 100 000 toneladas de cereales. Esperan dialogar sobre esto con el MAG.