El Centro Du Tenka está conformado por seis  familias que buscan rescatar la cultura a través del turismo. Foto: Juan Carlos Pérez / LÍDERES

El Centro Du Tenka está conformado por seis familias que buscan rescatar la cultura a través del turismo. Foto: Juan Carlos Pérez / LÍDERES

Du Tenka preserva su cultura a través del turismo

10 de mayo de 2018 10:00

Seis familias de la comuna tsáchila Otongo Mapalí crearon el centro cultural y turístico Du Tenka, ubicado en Santo DomingoMiguel Aguavil, líder del proyecto, recuerda que la iniciativa de abrir el centro cultural nació tras la muerte del legendario José María Aguavil, uno de los poné (sabios) más reconocidos de la nacionalidad tsáchila.

Tras la pérdida del poné hace siete años, los indígenas empezaron a notar que la cultura se estaba perdiendo en esa comunidad. Así que se reunieron y decidieron conformar un sitio que les permitiera, a través del turismo, recuperar las tradiciones y costumbres ancestrales.

En las primeras reuniones hicieron mingas comunitarias para aplanar un terreno, cerca del bosque llamado Du Tenka. Luego, se adentraron a ese remanente para buscar árboles que les permitieran construir cabañas para recibir a los turistas.  A la par, empezaron a escuchar las grabaciones que dejaron los adultos mayores de la comuna y así memorizar su historia.

De a poco, los niños comenzaron a participar con danzas y a colocarse la vestimenta típica. Los adultos, en cambio, construyeron unas seis cabañas con paja toquilla y pambil para recibir a los visitantes de diversos sitios.

Aguavil señala que al principio, no llegaban muchos turistas, unos 10 al mes. Pero hace cuatro años, con la apertura de la vía Aventura, que es la única en la provincia que tiene un carril para ciclistas, todo se transformó y mejoró.

Cada semana, Du Tenka, que en tsa’fiki significa Corazón de la Montaña, recibe a 200 turistas, la mayoría locales. Ellos, por lo general, consumen entre USD 5 y USD 7. “Llegan al río, se bañan, conversan con nosotros y nos compran nuestro platos típicos”. Las mujeres de la nacionalidad se han encargado de recolectar las recetas de comidas tradicionales para volver a elaborarlas.

Entre estos platillos se encuentra el ayampaco de gallina criolla o pescado, el huevo asado, la bala (masa) de plátano verde con maní, entre otros. Cada uno cuesta unos USD 3, 50. También se pueden degustar de las frutas de temporada y de la chicha tsáchila.

Los turistas de otras provincias visitan la comunidad en feriados y fines de semana. Buscan rituales chamánicos, recorridos por el bosque y presentaciones artísticas del grupo musical Du Tenka.

El recorrido por el bosque incluye un paseo por unas seis estaciones en las que se explica cómo vivían los ancestros en el sitio, cómo enterraban a los muertos, hacían la comida, entre otros. “Es una experiencia inolvidable porque se hacen rituales y aprendemos sobre la cultura”, señaló la turista Génesis Zambrano.

Los extranjeros solo llegan a la comuna cada seis meses. Son grupos de extranjeros europeos que realizan voluntariado en Ecuador. Con ellos se desarrolla un intercambio cultural por 15 días.

En ese tiempo, los tsáchilas organizan un campamento para 20 personas y proveen de alimentos a los visitantes, por paquetes desde USD 20. Estas personas les ayudan a reconstruir las cabañas o a recolectar frutos. “También realizan proyectos como la dotación de agua potable”.

Algunos datos
La inversión inicial fue de unos USD 200, que ocuparon para comprar materiales para construir. El resto lo hicieron a través de mingas.

El proyecto está ubicado en unas dos hectáreas, que incluyen parte del bosque tsáchila. Ahí han descubierto alrededor de 200 plantas medicinales y aromáticas.
El centro cultural está conformado por 32 personas, entre niños y adultos. A la semana ingresan entre USD 200 y USD 800, según la temporada (feriados, visitas extranjeras).