En Otavalo (calles Quito 8-30 y Sucre) funciona de Artesanía Ayllu Maki. El establecimiento es atendido por el emprendedor Jaime Yacelga. José Luis Rosales /LÍDERES

En Otavalo (calles Quito 8-30 y Sucre) funciona de Artesanía Ayllu Maki. El establecimiento es atendido por el emprendedor Jaime Yacelga. José Luis Rosales /LÍDERES

La cuna portátil con íconos étnicos, el plus de Ayllu Maki

20 de abril de 2017 17:30

Jaime Yacelga creció observando cómo sus padres elaboraban telas de vistosos colores. El sonido del telar de madera era parte del hogar en la comunidad indígena Agato, en el cantón Otavalo (Imbabura).

Ahí, Miguel Yacelga y Rosa Santillán, progenitores de Jaime, producían sacos, cobijas y ponchos de lana. Las prendas eran enviadas a Canadá, Estados Unidos, Japón y países de Europa.

Jaime es el último de cinco hermanos. El artesano, de 42 años, unió esos elementos artesanales para iniciar el emprendimiento Artesanías Ayllu Maki (Manos Familiares, en español).

Se trata de un taller que ahora se especializa en la fabricación de cunas portátiles. También, elabora sillas, que se cuelgan en forma de hamaca, gorros, bolsos...

“Siempre me gustó elaborar cosas diferentes, pero útiles”, comenta Yacelga. Así surgió el portabebé, conocido como moisés, en referencia al canasto en el que fue hallado el personaje bíblico, en el río Nilo, cuando era un bebé.

Para darle un valor agregado al catre utiliza las telas de algodón con diseños étnicos, que se producen en los telares artesanales de la comuna de Peguche.

Pero estas cunas tienen una característica: son plegables. Con ello, su creador busca brindar comodidad a los padres de los infantes, cuando se movilizan de un lugar a otro.
Aunque no es un diseñador industrial, tiene mucha creatividad. Al parecer, una década viajando por Norteamérica, donde se desempeñaba como comerciante de artesanías, le permitió recopilar ideas que ahora está poniendo en práctica en Ayllu Maki.

Cuando tenía 15 años, Jaime empezó a dar los primeros pasos en la innovación. Recuerda que diseñó y confeccionó chompas que eran elaboradas con cobija de lana.
La idea del portabebé surgió del pedido que le hizo otro comerciante indígena, que con su familia iba a viajar a Panamá.

Sin embargo, en perfeccionar este cesto ligero se demoró ocho meses. El diseño, explica, se inspiró en la forma como se abre y cierra la concha o caparazón de los moluscos.
La estructura del moisés es flexible. Para ello, Fabián Chiza, sobrino del emprendedor, le sugirió que utilice una manguera rígida que se usa en las redes de agua potable. Esta tarea está a cargo de un proveedor. Mientras que, el recubrimiento de tela, es elaborado por otro artesano.

Cada semana producen entre 70 a 80 canastillas. Cada una la comercializa a USD 25. Los pedidos al por mayor tienen descuento.

Por lo pronto, ha enviado muestras a Estados Unidos, Italia, México, Panamá y Colombia.
También ha participado en ferias en el país. Esas son otras vitrinas para promocionar su producto. Recuerda que en una reciente exhibición, que se efectuó en Quito, en febrero, vendió 50 de las 100 unidades que llevó.

Por ahora, Jaime Yacelga apunta a patentar su diseño ante el organismo pertinente. También alista maletas para ir a Canadá.