La mayoría de libros de Vicente Albornoz está en su biblioteca digital. Foto: Pavel Calahorrano/LÍDERES

La mayoría de libros de Vicente Albornoz está en su biblioteca digital. Foto: Pavel Calahorrano/LÍDERES

El economista que mudó sus lecturas a la red

5 de diciembre de 2017 19:55

El Quijote de la Mancha, de Miguel de Cervantes, es uno de los 500 libros que forman parte de la biblioteca digital de Vicente Albornoz. Para leerlo, por segunda vez, no gastó un centavo -lo adquirió de forma gratuita en Internet- y lo leyó de crin a cola en la pequeña pantalla de su iPhone.

Su hábito de leer en dispositivos digitales comenzó con ‘Tarzán’ en una Palm. A través de esa experiencia se dio cuenta que podía trasladarse, acompañado de sus lecturas, a cualquier parte y que incluso podía guardárselas en el bolsillo de su pantalón.

Ahora, el decano de la Facultad de Ciencias Económicas y Administrativas de la Universidad de las Américas también lee en Kindle, su computadora de escritorio y su laptop. “Lo mejor de mis lecturas digitales es que tengo todos mis libros en cualquiera de estos dispositivos”. Además es usuario de Calibre, un software que organiza libros electrónicos y que permite su conversión a diferentes formatos de archivos.

De tanto en tanto, Albornoz visita varias librerías virtuales. En su última exploración se topó con ‘La impaciencia del corazón’, de Stefan Zweig, un libro en alemán en el que invirtió un euro. “El original jamás lo habría conseguido en el país y lo mejor de todo es que disfruté de cada sílaba del libro”, dice.

Su gusto por la literatura está vinculado a su gusto por la historia. Por eso, entre sus últimas lecturas está ‘Che Guevara: una vida revolucionaria’, de Jon Lee Anderson. “Me interesé por esta lectura -cuenta- para entender mejor la lógica de un asesino y de la gente que lo admira”.
Por estos días está terminando de leer ‘La traición de Roma’, el último libro de una trilogía del escritor español Santiago Posteguillo, que cuenta la vida de un político y militar romano que venció a uno de los mejores estrategas de la antigüedad, Aníbal.

Cuando Albornoz era niño se enganchó con literatura gracias a Julio Verne y su libro ‘El capitán de 15 años’. Tenía ocho años. Esa lectura lo sorprendió porque fue el primer libro que llegó a sus manos que comenzaba con la descripción de una fecha y una hora.

Luego entró a escena su padre, que le recomendó las lecturas de Emilio Salgari y de quien se volvió un fanático. Leyó todas las obras protagonizadas por Sandokán, un príncipe de Borneo desposeído de su trono por el colonialismo británico. La historia que más recuerda es ‘El capitán tormenta’.

“Con Salgari me pasó algo curioso. Después de muchos años leí ‘El León de Damasco’, la segunda parte de esa historia y fue una decepción, ya no me atrapó”.

Antes de que Albornoz abandonara el libro físico y mude sus lecturas a los soportes digitales leyó ‘El péndulo de Foucault’, de Umberto Eco y los siete tomos de ‘En busca del tiempo perdido’ del escritor francés Marcel Proust.

Para este economista los tiempos de lectura, a ratos, son escasos. No tiene un hábito lector definido. Puede dejar de leer por semanas incluso meses y en otros momentos engancharse con un libro y devorarlo en un par de días. Igual sabe que sus lecturas siempre están a un clic de distancia.