La crisis que sacudió al país tras el terremoto del pasado 16 de abril es una oportunidad para cambiar paradigmas, según especialistas. Foto: Archivo Líderes

La crisis que sacudió al país tras el terremoto del pasado 16 de abril, es una oportunidad para cambiar paradigmas, según especialistas. Foto: Archivo Líderes

Redacción Líderes
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Reinventar procesos, innovar y generar una cultura empresarial, factores claves para enfrentar las secuelas del terremoto

22 de septiembre de 2016 10:50

El 16 de septiembre se cumplieron cinco meses del terremoto de 7.6 grados que sacudió la Costa ecuatoriana y que dejó alrededor de 668 personas fallecidas. Las secuelas de esta tragedia todavía se reflejan en la población de Manabí y Esmeraldas, las provincias más afectadas por el movimiento telúrico.

La pregunta que surge es: ¿Cómo retomar las actividades diarias, personales y laborales, en las zonas directa e indirectamente afectadas?

Para Pablo Pazmiño, gerente de Estrategia y Gestión, existen tres aspectos fundamentales en este tipo de procesos:

La primera es revertir la crisis en oportunidad. La segunda es aprovechar para innovar y la tercera es generar una cultura empresarial.

1. Revertir la crisis en oportunidad

Pazmiño trae a colación el caso de una empresa en Manabí y recuerda que la persona al frente de la organización señaló que “no hay que arreglar procesos sino que hay que reinventarlos, reinventar la forma de hacer las cosas”. Es decir, señala el especialista, esta crisis surgida por el terremoto es una oportunidad para reinventarse, para hacer una organización renovada, para resucitar desde arriba, desde los líderes.

Para Pazmiño, la comunicación es fundamental en este primer paso. El acercamiento, el empatizar, el escuchar para poder mejorar, son factores claves para poder 'renacer'.

En este punto hay algo que destaca Pazmiño y son las secuelas emocionales que dejó el sismo. Para las personas que perdieron a sus familiares, perdieron sus casas, no es fácil retomar las actividades y para ello recomienda que se genere un proceso denominado ‘intervención de crisis’ que, a criterio de Pazmiño, debe estar a cargo del Gobierno y de las empresas.

¿En qué consiste la ‘intervención de crisis’? Consiste en la participación de expertos en manejo de crisis que hacen que las personas pasen por algunos procesos hasta lograr el bienestar. Las etapas por las que pasan los afectados son: el shock, el luto, la negación; posteriormente hay un proceso de asimilación de lo que sucedió y el final que es un proceso de cambio. Estas personas acompañan al grupo afectado y de esta manera se evita que aparezcan patologías.

Una vez que se cumplen todos estos pasos y las personas estén ‘libres de miedos’ es importante una construcción participativa. ¿Qué aprendimos de la tragedia? ¿Qué nos planteamos para un futuro?

2. Aprovechar para innovar

A criterio de Pazmiño, los ecuatorianos tenemos que ser mucho más competitivos y algo fundamental es que "debemos tener estructuras flexibles y livianas y trabajar en redes", para hacer frente a crisis como la del pasado 16 de abril. ¿Qué sucede en tiempo de vacas gordas? Las personas, al igual que las organizaciones, en general, tienden a gastar más de lo necesario, en bonanza nos engordamos, dice el experto, pero cuando estamos en aprietos nos toca adelgazar, señala.

En la actualidad ha cambiado la forma de trabajar de algunas organizaciones. Ahora la tendencia es trabajar en redes de aliados, es decir con alianzas y colaboraciones, de esta manera se genera que todos los involucrados ganen.

A partir de este fenómeno que golpeó a todo el Ecuador es importante aprender nuevas formas de ver las cosas, nuevas formas de trabajar y buscar metodologías más eficientes.

3. Generar una cultura empresarial


Para Pazmiño es evidente que no es una fortaleza la cultura de prevención en nuestro país, pero es algo que se puede cultivar. El experto considera que estas situaciones, el terremoto del 16 de abril, mueven los valores de una empresa o de una persona.

La cultura de la prevención y planificación pueden convertirse en valores organizacionales y cuando se transforma en valor todo mundo lo vive, comenta Pazmiño. 

Y ¿cómo se genera una cultura? Para Pazmiño, la cultura se forma a través de la conciencia, de normar prácticas (repetición disciplinada), de medir y de premiar. Es importante que los líderes hagan conciencia y sean disciplinados en fomentar esos nuevos valores.

Pablo Pazmiño cree que después del sismo quedan muchas lecciones por aprender, entre ellas la oportunidad para cambiar paradigmas en las organizaciones que nos permitan ser mejores y que estos paradigmas sean parte de la forma de ser de la organización.