El emprendedor evolucionó y desarrolló nuevas habilidades.

El emprendedor evolucionó y desarrolló nuevas habilidades.

La gana de conquistar mercados globales marca el camino

13 de noviembre de 2017 15:22

Los aprendizajes de los 90 y las nuevas tecnologías de inicios del siglo XXI dieron a luz a un emprendedor con una visión más amplia y con ganas de conquistar el mundo. Este héroe moderno dejó de mirar solo al mercado local y fijó sus metas en la región, el continente y el globo entero.

El emprendedor evolucionó y desarrolló nuevas habilidades. “Se globalizó, se apoyó en las TIC, se capacitó más, dentro y fuera del país”, dice Ernesto Kruger, fundador de Kruger Labs.

Los milenial o la generación Y se incorporaron al mundo empresarial y trajeron nuevas maneras de ver los negocios. “Nos encontramos con emprendedores muy colaborativos, que no tenían recelo de aliarse con la competencia. Así se generó la ebullición de ecosistemas de innovación abierta. Las incubadoras son el mejor ejemplo”, describe Kruger.

Si en los 90 la economía fue un freno para los emprendedores, la estabilidad de la primera década de este siglo permitió que las ideas y los emprendimientos se multiplicarán en el país. Por eso Wilson Araque, del Observatorio de la Pyme de la Universidad Andina, sostiene que entre el 2011 y el 2017 se dio un tercer momento, uno en el que la bonanza generada por los precios del petróleo generó oportunidades para emprendimientos.

Como ejemplo, Araque menciona que la dinamización de sectores como la construcción permitió que los emprendedores desarrollaran productos complementarios. El problema fue que una vez terminada esa bonanza esas actividades emprendedoras cayeron.

Araque recuerda que en ese período de abundancia se habló de estimular la creatividad e innovación emprendedora, pero se concretó poco. “Del 2011 para acá podemos hablar de un período perdido en materia de estímulo de la creatividad e innovación emprendedora, ya que se tuvieron los recursos, pero no se crearon lo mecanismos efectivos que conviertan a esos recursos en medios para crear las bases del desarrollo de emprendimientos de oportunidad y no de necesidad”.

Hoy en día Ecuador mantiene el Índice de Actividad Emprendedora Temprana (TEA) más alto de la región y a escala global es el segundo país más emprendedor, después de Burkina Faso, según el Global Entrepreneurship Monitor 2016 (GEM).

Esto no es una buena noticia. Primero porque el impacto de los emprendimientos en la generación de empleo es menor. Siete de cada 10 emprendimientos son unipersonales y con bajas expectativas de generación de puestos de trabajo. Además se detectó un estancamiento en la internacionalización. El 92% de los emprendimientos de la TEA no tiene clientes internacionales. Y una tercera tarea es mejorar el acceso a fuentes de financiamiento.