Fabián Cárdenas, técnico agropecuario, remueve con una pala las semillas que están en el proceso de secado. Foto: Julio Estrella / LÍDERES

Fabián Cárdenas, técnico agropecuario, remueve con una pala las semillas que están en el proceso de secado. Foto: Julio Estrella / LÍDERES

Familias se unen para exportar cacao a Europa

6 de noviembre de 2017 16:01

Los pequeños productores pueden ser parte de proyectos importantes. En Aguarico, provincia de Orellana, 70 familias de las nacionalidades Kichwa y Waorani destinan su producción de cacao a un centro de acopio comunitario para luego exportar su cosecha a Italia, en Europa.

El ingreso del cacao al mercado internacional empezó el año anterior, luego de que las familias recibieran asistencia técnica que permitió mejorar la producción en esta zona. En este proceso participan la comunidad, Petroamazonas y el Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG).

Cada año desde las ‘chakras’ que están próximas al Parque Nacional Yasuní, uno de los sitios con mayor biodiversidad del Ecuador, se comercializan alrededor de 400 quintales de cacao orgánico certificado. El área total, donde estas familias siembran este fruto, asciende a unas 65 hectáreas.

Esta área no está en un solo sitio. Los terrenos individuales de cada familia no supera la media hectárea (5 000 metros cuadrados), menciona Wladimir Ramírez, técnico agropecuario de la Empresa Pública Petroamazonas.

Tras cosechar el cacao, los pobladores que son parte del proyecto entregan las apetecidas pepas al Centro de Acopio Comunitario de Boca Tiputini, administrado por el MAG. Este establecimiento se encuentra ubicado a un costado del centro poblado de Tiputini.

En este lugar, las semillas son clasificadas y extendidas sobre una plataforma para someterlas a un proceso de secado. Para esto se emplean grandes palas. Estas permiten remover las semillas para que la pérdida de humedad se produzca de manera uniforme.

Durante esta etapa se pueden apreciar los distintos tonos del cacao. Hay unos que son café oscuro y otros son casi anaranjados. Cada uno da cuenta que proviene de una plantación distinta. Pero a la final el contenido es el mismo, refiere Fabián Cárdenas, técnico agropecuario que trabaja en el Centro de Acopio Comunitario.

Una vez que las pepas están secas, se realiza la selección de los granos para luego colocarlos en sacos oscuros y almacenarlos.

Cuando se reúnen 200 quintales se entrega el producto a la Asociación Agroartesanal Kallari, ubicada en Tena, provincia de Napo. Esta organización conformada por indígenas kichwas sirve de nexo para transportar el cacao del Yasuní a Italia, en Europa. La venta al exterior se hace dos veces al año.

Wilson Condo, habitante de Tiputini, comenta que de sus ‘chakras’ saca al menos un quintal y medio de cacao a la semana, cuando la temporada es alta. Los sacos con las pepas van hasta el Centro de Acopio Comunitario, que está cerca de su casa.

En promedio, por cada quintal de cacao los productores, reciben entre USD 80 y 100. En el mercado internacional, este producto seleccionado -sin cáscara ni residuos- llega a costar hasta 150.

Parte de estas ganancias son invertidas en el Centro de Acopio Comunitario y para cubrir los costos de producción del cacao.

Para los compradores finales el precio de estas semillas se justifica, porque el chocolate que se elabora con esta materia prima tiene un aroma, sabor y textura particular, menciona Bladimir Dahua, gerente de la Asociación Agroartesanal Kallari.

Esta iniciativa favorece a las comunidades que debido a su ubicación no tienen facilidad para comercializar los productos. Aguarico está a orillas del río Napo, cerca de la selva amazónica.
Las personas se trasladan en embarcaciones. Pero los viajes son largos; al Coca, por ejemplo, el viaje toma entre ocho y 10 horas.

“Buscamos que las comunidades que están alejadas tengan las mismas oportunidades para sacar sus productos”, precisa Dahua.

Así, en este año se espera facturar alrededor de USD 55 000 por exportar cacao. Además, un pequeño porcentaje de esta producción (5%) se emplea para hacer chocolates que se comercializan bajo la marca de Kallari. Estos se venden en Europa: en Alemania, Suiza, Inglaterra, República Checa, Francia y, a escala nacional, en las ciudades de Quito, Baños, Cuenca y Galápagos.

Para el próximo año la meta es exportar más cacao. Se quiere pasar de 400 quintales al año a 800, esto se logrará ampliando el Centro de Acopio. Además, se espera contar con una plataforma individual para procesar el café que se produce en esta zona amazónica.