María del Carmen Burneo dirige Hacienda Gonzabal. La iniciativa se encuentra en el noroccidente de la provincia de Loja. Foto: Cortesía

María del Carmen Burneo dirige Hacienda Gonzabal. La iniciativa se encuentra en el noroccidente de la provincia de Loja. Foto: Cortesía

Frutos orgánicos que se cosechan en una hacienda centenaria

17 de mayo de 2018 08:57

A una hora de Loja, en una zona marcada por los microclimas se encuentra la Hacienda Gonzabal, un lugar con más de 400 años de historia y que desde el 2015 se convirtió en un emprendimiento que produce y oferta alimentos orgánicos.

Su historia está marcada por haber sido una suerte de granero de la capital lojana, a inicios del siglo XX. La ganadería, así como la cosecha de trigo y cebada, de caña de azúcar y de cítricos, marcaron una etapa de este espacio que también se posiciona como un destino turístico para quienes desean estar, literalmente, desconectados del mundo. Esta iniciativa es parte de la familia Burneo.

María del Carmen Burneo está al frente de esta iniciativa. Ella cuenta que en el 2015, tras la muerte de su padre, Ramón Burneo, heredó la hacienda. “Yo estaba familiarizada con el trabajo agrícola, pero otra cosa fue hacerse cargo y mantenerla productiva”.

Esta mujer asumió el reto, investigó el mercado y concluyó que podía darle un giro a la propiedad de la familia mediante la producción orgánica. Para esto se apoyó en Seproyco, la consultora que dirige en Quito y que trabaja asesorando a pequeños productores.

El trabajo en los sembríos arrancó con la contratación y capacitación a gente. Hoy la tarea la cumple un equipo de cinco personas que se reparten actividades como el cultivo hasta el despacho. Seproyco, por su parte, brinda servicios administrativos y logísticos.

Uno de los desafíos, según cuenta Burneo, fue el cuidado de los cultivos, lo que dificultaba la productividad. Para lograrlo se estableció un protocolo; además se formaron lotes para un control más efectivo de lo que se sembraba y se cosechaba.

Hoy en día Hacienda Gonzabal tiene dos hectáreas en las que se producen acelga, apio, fréjol, zuquini, zapallo, zambo, papa, camote, yuca y más alimentos. Todos estos productos agrícolas tienen certificación orgánica. La certificadora es Oko Kiwa.

Gonzalo Montalvo, inspector, cuenta que Hacienda Gonzabal tiene el certificado y ahora está en proceso de renovación. “Es un sello para el mercado nacional”. La inspección para la renovación se realizó en los primeros días de mayo.

Burneo tiene una agenda apretada. Ella está radicada en Quito, pero viaja con mucha frecuencia hasta Loja para revisar el trabajo en el campo. Está contenta: “La idea fue generar una canasta de productos para una nutrición equilibrada”, dice en su oficina en el centro-norte de Quito.

Los productos de esta iniciativa llegan a consumidores de Pichincha y Guayas. En esta última provincia uno de sus canales de venta es supermercados Del Portal, que pertenece a la empresa Liris.

Allí se venden vegetales, café, manjar y productos envasados de Hacienda Gonzabal, según explica Luis Bonal. “Los productos son de alta calidad y la relación con el proveedor es excelente. Hemos crecido a la par”.

Pero los retos siguen, dice Burneo. Ganar mercado, armonizar los volúmenes de producción y la demanda, y educar al consumidor son prioridad para la hacienda.

Datos

Las ventas anuales alcanzaron los USD 80 000 en el 2017. En ese año los ingresos se duplicaron en relación con el 2016.

Los ingresos cubren los gastos y se reinvierten en nuevos procesos. La iniciativa ha invertido unos USD 40 000 en una serie de procesos productivos.

En la actualidad, Hacienda Gonzabal tiene cerca de 25 clientes. De esa cifra unos 20 son supermercados que tienen vitrina para alimentos orgánicos. Los clientes son personas con conciencia ambiental. tiene cerca de 25 clientes. De esa cifra unos 20 son supermercados que tienen vitrina para alimentos orgánicos. Los clientes son personas con conciencia ambiental.