Gonzalo Muñoz Vive en Sao Paulo desde donde apoya el crecimiento de las empresas B e internacionalizando el modelo de TriCiclos. Foto: Cortesía.

Gonzalo Muñoz Vive en Sao Paulo desde donde apoya el crecimiento de las empresas B e internacionalizando el modelo de TriCiclos. Foto: Cortesía.

Xavier Basantes
Editor del Semanario LÍDERES Entrevista vía Skype, desde China
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Gonzalo Muñoz: La empresa debe solucionar problemas

20 de septiembre de 2015 15:31

El Foro Económico Mundial  reconoce a Gonzalo Muñoz como Emprendedor Social del Año. Él participará en el XII Congreso Industrial del Ecuador, ‘Consolidando empresas sostenibles’, este 24 de septiembre en Quito y contará la experiencia de su firma TriCiclos, en Chile.

¿Cómo se pueden consolidar empresas sostenibles?

Para entender la pregunta, primero hay que indexar el concepto de sustentabilidad al de empresa. Esos dos ámbitos han ido por caminos distintos. La sustentabilidad se ha tendido a asociar más con ONG, fundaciones, y las empresas han sido entendidas como organizaciones cuyo único fin es maximizar las utilidades para el accionista. Con esa perspectiva, no hablamos de empresas que están dejando de buscar la rentabilidad financiera, sino que esa rentabilidad debe estar sujeta a lograr un retorno en sustentabilidad.

¿Por qué es necesario ese retorno en sustentabilidad?

Hoy en día, como humanidad, vivimos un proceso en el que tenemos suficiente información que nos hace ver que corremos riesgos como civilización. Hemos superado una serie de límites en el ecosistema, como en la convivencia de los seres humanos. No hemos tomado en consideración que el planeta tiene límites. Muchas veces encontramos que las empresas quedan fuera de esta conversación y ese es un craso error, la empresa no está aislada de la sociedad, ni del ambiente.

¿Cómo dar ese paso crucial hacia alcanzar ese objetivo?

Es un buen punto, porque hace 10 o 15 años eran pocas las empresas que estaban conscientes de esto; la toma de conciencia en sí mismo es un paso. No quiero desvalorizar, pero al menos este tema se empieza a tomar en consideración.

Ahora, lo que debe ocurrir es que lo tomemos en serio; inclusive, desde la óptica que aquellas empresas que no se involucren en el ambiente de sustentabilidad, corren serio riesgo. Hoy en día existen indicadores que permiten entender el nivel de riesgo que tiene una empresa cualquiera, dada la crisis global a la que nos enfrentamos.

Cualquier organización está interactuando con dinámicas globales y, por lo tanto, lo que ocurra con una crisis de refugiados o con un hecho de contaminación en Asia, o un conflicto en Oriente Medio puede afectar el desarrollo de una empresa.

Con esos ejemplos, algunas empresas pueden decir: ‘eso no me afecta, porque sucede en otras regiones del mundo’.

Ese es un error grave. Lo que debiéramos estar observando como empresarios sudamericanos hacia el mundo es que Sudamérica se ha posicionado durante un par de siglos como gran proveedor de materias primas y eso ha conllevado una tensión brutal en la relación de las empresas con la sociedad y el medioambiente.

Como empresarios tenemos una enorme responsabilidad sobre qué usos damos a los recursos naturales de nuestros países. Además, qué relación establecemos con la sociedad en la que estamos inmersos y desde ese punto de vista qué posicionamiento tomamos hacia el mundo.

Tú puedes quedarte en la posición de que “esto a mí no me afecta”, o puedes tomar una postura de liderazgo. Lo que hacemos los empresarios en Sudamérica es usar los recursos naturales y si los usamos de forma adecuada no solo podemos evitar degradarlos, debemos empezar a regenerarlos. Puede ser un extraordinario negocio regenerar los recursos ecosistémicos no solo para nuestros países sino para la región, porque es un solo planeta.

En una situación económica compleja, ¿cómo se pueden articular estos conceptos de ser una empresa sustentable, sostenible, y al mismo tiempo cómo generar utilidades? ¿En épocas de bonanza se articulan mejor estos conceptos?

Para mí no tienen nada que ver las épocas de bonanza o crisis, los ciclos económicos son recurrentes. Muchas veces se agravan en sociedades que son más desiguales o en las que hay conflictos latentes no resueltos, pero todo empresario debe saber navegar en momentos de crisis y bonanza. Las dinámicas de sustentabilidad debemos incorporar no por el hecho de estar en bonanza y no las debemos dejar de lado, porque consideremos que los momentos ahora están más difíciles.

¿Cómo abordar la sustentabilidad en las empresas?

Tiene que ver con internalizar externalidades, tiene que ver con considerar todos los costos que implica cada una de las prácticas que tenemos en nuestra empresa. Por lo tanto, si hacemos eso, pasamos a ser una empresa que está considerablemente mejor adaptada a los cambios y es una empresa más resilente, que pasa a ser pionera e indica hacia dónde debe caminar la industria. Y no solo es una empresa más sólida desde cómo hace las cosas sino que pasa a tener la facilidad de abordar oportunidades en momentos de crisis.

¿Hay ejemplo de aquello?

Las empresas B (Bcorp) en EE.UU. han sido 66% más resilentes a la crisis financiera que empresas similares. ¿Por qué ocurre eso? Porque atraen una lealtad mayor desde todo punto de vista y es obvio que así sea. Las empresas Bcorp buscan generar bienestar para la sociedad; hacen que los empleados, proveedores, clientes y accionistas sean más leales. Contribuyen a solucionar problemas sociales y ambientales.

En este contexto, ¿cuál es la experiencia de TriCiclos que ha motivado el galardón del Foro Económico Mundial como Emprendedor Social?

En TriCiclos pusimos en práctica mucho de lo que hemos conversado. Los tres fundadores veníamos de dirigir empresas convencionales en procesos de crisis. Triciclos comenzó conceptualmente en el 2008 y su fundación fue el 2009. Estábamos en el proceso de caída de Lehman Brothers, en plena crisis financiera global. Nos dimos cuenta que parte de esa crisis tenía que ver con una crisis de comprensión de los recursos que había en el sistema y de posicionamiento del rol de las empresas a nivel global.

¿Qué es lo que hicieron?

Lo primero fue calcular los costos que una empresa debía disminuir al mínimo en cuanto a sus externalidades negativas y convertirlas en algo positivo. Nos lanzamos creyendo que estábamos inventando la rueda y al poco andar nos dimos cuenta que muchas personas en el mundo y desde hace décadas crearon empresas con esta lógica.

Desde ese punto de vista, lo que estábamos haciendo es seguir el camino de empresas como Patagonia (marca de ropa), que venían con una lógica de contribuir a la sociedad, al medioambiente. Lo que nos ocurrió fue que llegamos al tema de los residuos: la oportunidad que se presentaba era usarlos como un mecanismo de toma de conciencia de la ciudadanía, de las empresas.

Creamos un modelo que permite que los ciudadanos tomen conciencia y entendiendo que uno de los grandes temas asociados con la basura es cultural y logístico, que la basura es un error de diseño podamos resolverlos en interacción con el ciudadano potenciando su rol de consumidor responsable. Al inicio nos costó.

¿Qué dificultades tuvieron y cómo está hoy TriCiclos?

La primera dificultad es que nos dijeron “ustedes están locos, eso no va a funcionar, es imposible, ni siquiera funcionaría en Suecia mucho menos en un país sudamericano”. Esa dificultad la seguimos viviendo hasta el día de hoy, no es algo para nada resuelto a pesar de que TriCiclos ha crecido bastante y ha tenido muchos reconocimientos y validación en el mercado. Allí está el reconocimiento del Foro Económico Mundial.