Los emprendedores Lorena Chamorro y Xavier Benalcázar abrieron el primer local de Cholados en el 2013. Ahora tienen cinco sucursales más cerca de colegios y en el centro de la ciudad. Foto: Juan Carlos Pérez / LÍDERES

Los emprendedores Lorena Chamorro y Xavier Benalcázar abrieron el primer local de Cholados en el 2013. Ahora tienen cinco sucursales más cerca de colegios y en el centro de la ciudad. Foto: Juan Carlos Pérez / LÍDERES

La combinación de sabores posicionó a este helado caleño

27 de junio de 2016 09:05

La combinación de sabores ácidos y dulces en un helado, hizo que Cholados se posicionara en el mercado de Santo Domingo de los Tsáchilas.

Este negocio se fundó en el 2013, con un producto de Cali, Colombia. Xavier Benalcázar, el propietario, asegura que en un principio la meta fue enfocarse en la colonia colombiana, que vive en la ciudad. Pero rápidamente el producto tuvo aceptación, especialmente en estudiantes.

Un cholado está compuesto de una capa de escarcha de hielo, frutas tropicales, leche condensada, chocolate en polvo, helado y un aderezo como chispas de chocolate, una cereza, entre otros, que elige el cliente.

Pero el toque especial es un extracto de taxo o maracuyá, que al combinarse con la leche condensada causa en el paladar un sabor agridulce. “En Cali se venden cholados en cada esquina. Eso nos dio ánimo para creer que aquí también se vendería”.

Benalcázar y su esposa Lorena Chamorro obtuvieron la receta de un familiar colombiano. Pero les tomó casi dos meses encontrar la fórmula exacta. Ellos elaboran la leche condensada y la miel para lograr el sabor dulce.

Chamorro reconoce que al principio no fue fácil que el negocio despuntara porque las personas no conocían los productos que ofertaban como el cholado, salpicón con queso, batidos y jugos con combinaciones de frutas dulces y ácidas. Por eso decidieron comprar un remolque para promocionar el producto en las fiestas de provincialización del 2013. “Les brindábamos muestras gratis. Lo probaban y luego empezaron a comprarnos“.

Al principio, las ventas eran de entre USD 30 y USD 50, los fines de semana. Chamorro recuerda que en varias ocasiones se desanimaron porque llegaba poca clientela. “Una vez cerramos porque no venía gente. Pero luego empezaron a buscarnos hasta en las redes sociales”.

Desde hace dos años, las ventas se han mantenido en USD 200 y USD 300 los sábados y domingos. Entre semana las ventas bajan a USD 100. “La acogida que tuvimos nos motivó a abrir nuevos locales en lugares cercanos a colegios”, señala Chamorro.

Los emprendedores ofrecen un cholado estudiantil, que cuesta USD 1. Los venden a los jóvenes que llevan uniforme. Los demás clientes encuentran cholados y batidos desde USD 1,50 hasta USD 5, para tres personas.

En la actualidad el negocio tiene cinco locales. Tres en Santo Domingo, uno en La Concordia y otro en El Carmen. En cada negocio se ha invertido entre USD 6 000 y 7 000 en refrigeradoras, máquinas para escarchar el hielo, mesas, sillas, entre otros.

Mariana Zambrano es cliente de Cholados desde hace dos años. Ella viajaba con sus tres hijos desde El Carmen para degustar de los helados. “El dulce se contrasta con la fruta que siempre es fresca”.

Para Benalcázar el éxito del negocio se debe a que en los cinco locales se mantienen los mismos estándares de calidad. “Estamos pendientes de que los productos estén en buen estado siempre y de que la atención sea buena“.

El negocio familiar se inició con dos empleados, que se encargaban de preparar los cholados y atender a los clientes. Pero durante los últimos tres años debieron contratar a ocho más. “Pensamos en empezar a vender franquicias. Pero primero queremos consolidar la marca en las provincias cercanas”.