Además de atún y otros productos de pesca blanca, en la planta de la firma Nirsa, en Posorja (Guayaquil), también se procesa camarón para exportarlo en varias presentaciones. Fotos: Francisco Flores/ LÍDERES

Además de atún y otros productos de pesca blanca, en la planta de la firma Nirsa, en Posorja (Guayaquil), también se procesa camarón para exportarlo en varias presentaciones. Fotos: Francisco Flores/ LÍDERES

La industria pesquera se recupera

8 de mayo de 2016 10:34

Unas 162 toneladas de pesca blanca y camarón arriban a diario a la planta de la firma Negocios Industriales Real (Nirsa), un complejo de varios galpones en la comuna pesquera de Posorja, en Guayaquil.

El frío es permanente dentro de las instalaciones: esta es una condición indispensable para que el producto mantenga su frescura. De estas instalaciones salen los 20 productos congelados que Nirsa comercializa en el mercado interno y externo: atún, corvina y dorado, hasta camarones con cola congelados, una presentación apetecida en Estados Unidos.

Nirsa está ahora apostando a su segmento de mariscos congelados. Lo hace con nuevas inversiones y mejoras en su infraestructura, pese a que el sector pesquero atravesó una racha de bajos precios en el 2015. Las exportaciones de atún representan el 56% de la industria de la pesca blanca. Las exportaciones de enlatados de atún alcanzaron los USD 1 263 millones en el 2014, pero cayeron a USD 952 millones en el 2015, según datos del Banco Central.

La caída fue un reflejo de los bajos precios internacionales que se mantuvieron durante todo el 2015. Datos de la Comisión Interamericana del Atún Tropical (CIAT) ubicaron en USD 900 el precio internacional de la tonelada de atún hasta noviembre del 2015, pero desde diciembre se empezó a recuperar y a marzo de este año el valor se ubicó en USD 1 250.

Las exportaciones de otros enlatados y procesados de mar (precocidos y filetes congelados, por ejemplo) que en conjunto representan el 21% de las ventas de pesca blanca, experimentan este 2016 un crecimiento lento. Entre enero y febrero se exportó USD 155 millones, un incremento de USD 6 millones con respecto al mismo período del 2015.

Para Emilio Vargas, gerente de la división de Empacado de Nirsa, la caída de los precios de la pesca blanca no frenó sus inversiones. El año pasado la compañía compró una máquina de congelado rápido, que reduce este proceso de 10 horas a 25 minutos. Con estas inversiones, la empresa espera que las ventas de su división de productos congelados crezca un 15%.
Las exportaciones de elaborados del mar crecieron desde los USD 33,6 millones en el 2014, a los 39 millones el año pasado.

Eurofish, otra exportadora de atún, prevé hacer adecuaciones en su infraestructura para incrementar sus ventas al exterior. La compañía obtuvo ingresos en el 2015 por USD 90 millones. Sus plantas procesan 170 toneladas de atún al día, que se exportan a 16 países, bajo un abanico de 100 marcas.

Esta firma y otras dos más del sector participan desde el 2015 en el Plan de Mejoramiento Pesquero. Con ello buscan obtener una certificación internacional de sustentabilidad del recurso que, a criterio de Olmedo Zambrano, gerente de Eurofish, les permitirá llegar a más mercados. “Debemos ir cumpliendo ciertos objetivos, que implican nuevas inversiones”.
El sector se está recuperando de los bajos precios del 2015, por ello las inversiones en algunos casos se concentran en el mantenimiento de los buques pesqueros.

Para el presidente del capítulo Ecuador de la CIAT, Guillermo Morán, la industria pesquera deberá esperar hasta mediados de año para saber si habrá recuperación en las ventas al exterior. Morán afirma que el mercado para el atún es muy competitivo y ahora se tiende a adquirir un producto de origen sostenible. “La certificación de sostenibilidad tienen 50 pesquerías en el mundo”.

El mercado europeo absorbe más del 50% del atún ecuatoriano. A decir de Morán, hay nuevos mercados que se están abriendo o ampliando en Europa, como el de Alemania, Holanda e Inglaterra.

El presidente de Nirsa, Roberto Aguirre, coincide en que el sector recién se está recuperando, y que será difícil reinvertir inmediatamente. “Si bien el precio mejoró, las capturas bajaron desde diciembre, debido al incremento de la temperatura del mar, que alejó el alimento del pez”.