Jorge Intriago, jefe de Producción, junto a las  máquinas de tratamiento de harina. Foto: William Tibán para LÍDERES

Jorge Intriago, jefe de Producción, junto a las máquinas de tratamiento de harina. Foto: William Tibán para LÍDERES

Una inversión verde ya genera frutos

21 de diciembre de 2016 12:39

En la planta molinera de Moderna Alimentos el proceso de recepción de trigo es más ecológico desde el 2011. Ese año la firma invirtió cerca de USD 480 000 en la modernización del área de recepción y en la adquisición de nuevos equipos.

Hoy, esa inversión ya rinde frutos. Dos nuevos subproductos, que se venden a varias fábricas de balanceados, surgieron a raíz de la implementación del proyecto.

Además se redujo cerca de tres horas de tiempo muerto en el proceso y se controló el exceso de polvo y otros desechos orgánicos que se liberaban en el ambiente. Hace dos semanas, el Ministerio del Ambiente premió el compromiso ecológico de la empresa ecuatoriana con la entrega de la certificación ‘Punto Verde’.

La planta molinera está ubicada en el centro de Cajabamba, en Chimborazo. Es la primera empresa de la provincia en recibir la certificación y la primera de cinco plantas de Moderna Alimentos en ser considerada punto ecológico.

“Estamos convencidos de que cuidar el ambiente, preocuparnos por nuestros grupos de interés y hacer empresa al mismo tiempo es completamente viable”, dice Mariela Gómez, directora de responsabilidad social empresarial.

Para ella, la actualización de sus procesos es una de las vías necesarias en el éxito empresarial y la permanencia en el mercado.

La modernización del proceso se inició cuando los técnicos identificaron un ‘cuello de botella’ en la recepción de la materia prima que llega cada semana desde Manta. Los carros que transportaban el trigo se formaban en fila para ingresar a la planta y dejaban el trigo en la zona de descarga.

Luego la materia prima se movilizaba hasta una báscula, situada en el otro extremo de la planta. En el proceso parte de las impurezas orgánicas, como cáscaras y polvo, que llegaban con el trigo, se liberaba por acción del viento.

“Nos tomaba más de tres horas la descarga de un solo camión, y notamos toda la incomodidad que generaba el proceso de descarga. Analizamos el problema y decidimos convertirlo en una oportunidad para mejorar el proceso y la calidad del producto”, cuenta Jorge Intriago, jefe de producción.

Los cambios se iniciaron por una reforma en la infraestructura de la planta. Se instaló una moderna báscula equipada con un sistema que aspira el trigo y lo separa de las impurezas en un solo paso.

La nueva báscula se ubicó en la parte posterior de la planta, junto a la vía de acceso. Está diseñada para que los camiones puedan ingresar hasta la plataforma de descarga, por lo que ahora el proceso de recepción toma 40 minutos.

Mientras el trigo se descarga, las impurezas son absorbidas a través de un ducto y luego se clasifican en cuatro tipos de subproductos: triguillo, morocho, polvillo y granza, que se utilizan como materia prima en la fabricación de balanceados.

El polvillo y la granza son los dos nuevos subproductos que se recuperan con el nuevo sistema de aspiración y generan ingresos anuales a la empresa por unos USD 200 000 (en promedio).

Otro beneficio de la modernización es la mejora en la calidad del producto final. Desde que se instaló el ducto de aspiración el trigo llega libre de impurezas a los siguientes procedimientos.

“Notamos que somos mucho más eficientes desde que mejoramos el proceso. No solo ganamos tiempo, sino que también se mejoró el ambiente de trabajo para nuestros empleados y la harina es más refinada”, cuenta Intriago.

Un efecto del cambio en el procedimiento fue el incremento de uso de energía eléctrica en un 8%, debido a la adquisición de nuevos equipos, pero eso se justificó con el mejoramiento en el rendimiento en el proceso de producción.

La planta también se considera un punto verde debido a que no emiten ningún gas que afecte a la capa de ozono y no genera contaminación ambiental de ningún tipo. La meta empresarial de Moderna Alimentos es trabajar en la certificación de las otras cuatro plantas de producción en Quito, Amaguaña, Cayambe y Manta.

La meta de los próximos años será certificar a las plantas de Manta y Cayambe. Un equipo de trabajo integrado por representantes de cada área ya trabaja en la recolección de información, estadísticas y evidencias para completar los requerimientos que exige el Ministerio del Ambiente. “Nos esforzamos por mantener los mejores estándares de calidad, innovación, producción. Estamos en permanente investigación de procesos”, dice Gómez.