Los problemas relacionados con el comportamiento organizacional juegan un papel fundamental a la hora de retener el talento humano en las empresas. Ilustración: Ingimage
Por Antonio Rodríguez IDE Business School
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Laura, de secretaria a relacionista pública

Laura Beltrán, una periodista con nueve años de experiencia en el mercado, al encontrarse en una situación laboral incierta decidió aceptar la propuesta de un amigo suyo, quien era Vicerrector Académico de una pequeña universidad, que requería una secretaria.

Laura era una mujer muy capaz, y aprendía muy rápido, y no fue problema desempeñar las funciones de secretaria, pero los demás directivos de la universidad tenían una opinión distinta sobre su desempeño.

Con base en la necesidad que tenía la universidad, considerando la experiencia de Laura, decidieron darle las funciones de Relacionista Pública, y cuando Laura creía que se trataba de una oportunidad para mejorar su desarrollo profesional y su ambiente laboral, tuvo que enfrentar otras dificultades que le hacían pensar incluso en la idea de renunciar.

A continuación, presentamos una versión resumida de una experiencia relacionada con el manejo del Recurso Humano, como parte de la serie de Casos Empresariales que se publica en este Semanario.La universidad

Era una universidad pequeña. Tenía el respaldo y el nombre de una universidad norteamericana y estaba dirigida al segmento más rico de la población, los que podían pagar la educación más cara del país.

Era poco conocida por el gran público, ya que estaba orientada a una porción muy selecta de la sociedad y pensaban que no necesitaban una publicidad masiva. Aunque su difusión se limitaba a folletos muy elegantes, en su segmento de mercado era muy conocida y gozaba de un gran prestigio por los profesores extranjeros que traía y por el ambiente de calidad que envolvía todas sus actividades. En cambio, muchos de los universitarios de la ciudad apenas sabían que existía.

La plantilla de personal era muy reducida y todos se conocían. Sus instalaciones eran elegantes, pero pequeñas, y todo el personal trabajaba en un entorno físicamente reducido. Solo tres profesores locales trabajaban a tiempo completo. La mayoría de las clases las dirigían profesores a tiempo parcial o invitados de otros países.

Su mercado era demasiado reducido. El problema consistía en que muchos jóvenes que tenían posibilidades económicas para pagar el alto costo preferían irse a estudiar al exterior.El perfil profesional

Laura estuvo cerca de nueve años en un periódico donde realizó con éxito todo tipo de actividades, desde correr atrás de la noticia, hasta ser jefa de área, coordinando el trabajo de ocho periodistas. Conocedora de conceptos básicos de diagramación y diseño gráfico, fue asumiendo la elaboración de páginas y suplementos especiales, que incluían investigación periodística, rama en la que particularmente se destacó.

Todo esto fue logrado a partir de su empeño y sus dotes naturales, ya que no tenía estudios de periodismo. Su educación se interrumpió en el tercer año de la universidad, donde estudiaba educación de párvulos, cuando tuvo la necesidad de ponerse a trabajar a tiempo completo.

Salió del periódico para entrar en un canal de televisión, donde permaneció seis meses, ya que la televisora hizo una fuerte reducción de personal.

Esperando la oportunidad de tener un empleo fijo, incursionó en trabajos extras, como la dirección de una revista pequeña de circulación local y colaborar como 'free lance' con otras de circulación nacional. Durante el tiempo que trabajó por su cuenta le iba bien, pero era necesario invertir más capital en equipos y tenía un cierto grado de incertidumbre que no le gustaba.Laura secretaria

Laura empezó a trabajar en esta universidad como secretaria del vicerrector Académico, el Eco. Alfredo López. Ella tuvo resistencia para aceptar el trabajo, ya que no tenía la formación para el cargo, además que siempre había trabajado como periodista y este nuevo puesto no le resultaba atractivo. Sin embrago, al ser amiga del Eco. López, sabía que el estar trabajando con alguien a quien conocía muy bien, era mucho mejor que el desempleo o el autoempleo.

El trabajo no era mal remunerado, además al ser un empleo de oficina, podía descansar los fines de semana.

Muchas cosas en la universidad se manejaban informalmente, y esto derivaba en que otros directivos pidieran a Laura ayuda en tareas específicas, lo cual era incómodo incluso para Alfredo, porque esto provocaba que ella se atrasase en las tareas que él le encomendaba. Incluso Alfredo les solicitó que esta situación cambiase, pero fue interpretado de paternalista.

Laura cada vez era mejor en sus funciones, pero los demás directivos cuestionaban mucho su trabajo y sus habilidades por el hecho de su profesión de periodista, llegando a querer tener más dominio de su trabajo y haciéndola sentir insegura. Laura expuso su malestar, recibió el apoyo de Alfredo, pero los otros directivos la catalogaban como "muy sensible". Surgió la idea de irse.Las Relaciones Públicas

Los directivos de la universidad, conscientes de la necesidad de ser más conocidos, e integrarse con la comunidad, sabían que para alcanzar ese objetivo institucional necesitaban fortalecer sus Relaciones Públicas.

Había pasado apenas un año y Alfredo se acordó que era hora de estimular la idea que sus colegas tenían de abrir un departamento de Relaciones Públicas. Así lo hizo y propuso a Laura para el cargo. Los directivos aceptaron al unísono. Laura tenía la experiencia y los contactos suficientes.

"Ahora sí que no hay dudas, esta es tu oportunidad de hacer lo que te gusta y para lo que estás preparada" le comentó Alfredo López. Y con esa voz de ánimo, previo a un diálogo con todos los directivos a los que les pidió un voto de confianza en su gestión y en su capacidad, empezó la tarea de manejar la imagen de la universidad, reportando directamente al Rector.

A la semana de posesionarse en sus nuevas funciones, Laura presentó al Rector un esquema de metas a corto, mediano y largo plazos. Todo fue aprobado y para ella esa era una buena señal, para el cumplimiento de sus objetivos profesionales en la universidad.

Era un nuevo reto, y al mismo tiempo Laura se mostraba más optimista, respecto al ambiente laboral y su desarrollo profesional.Los problemas continuaban

La universidad era siempre muy austera en sus gastos y bajo esta misma óptica eran vistos los proyectos de Laura. Ella había estado acostumbrada a trabajar en los medios de comunicación siempre con bajos costos, y entendía que la calidad era importante, pero era mejor lograrla sin excesos de dinero.

Esta medida se aplicó al salario de Laura, pues le ofrecieron el mismo sueldo que ganaba como secretaria, y aunque este no era malo, no compensaba el hecho de tener más responsabilidades, lo cual provocaba que empezase su nuevo cargo con ciertos malestares. Alfredo intentó intervenir pero el argumento de los directivos fue: "sus compañeras secretarias se podrían resentir". Laura tenía la esperanza que pronto se darían cuenta del error que estaban cometiendo y que la situación iba a cambiar.

Fue así que empezó a desarrollar sus metas y pronto se vieron buenos resultados. La cobertura que daban los medios de comunicación a las actividades de la universidad era muy buena, prácticamente cada semana aparecía en algún medio de comunicación importante.

Laura se sentía orgullosa de este logro, pues como ella misma decía "no es fácil que un canal de TV o un periódico tome en cuenta a una entidad relativamente nueva".El publicista

Laura se desempeñaba siempre muy fiel a las políticas del ahorro, sin perjudicar la calidad, y trataba que cada evento tuviera un bajo costo, incluso ella tomaba las fotos con la cámara de su esposo, para evitar contratar un fotógrafo, y hacía las veces de diseñadora gráfica para no contratar ese servicio.

Sin embargo, Laura sentía que esa política de austeridad se estaba aplicando estrictamente a su labor, reflejándose en restricciones en el presupuesto de movilización y prensa escrita. Poco después surgió otro gran problema: la universidad planeaba la apertura de una nueva carrera, para ello querían preparar una campaña de publicidad masiva.

Cuando Laura tenía todo listo y se había contactado con colegas y con una agencia de publicidad y con costos discretos, el Rector decidió que el trabajo sería hecho por un publicista independiente que aunque vivía en otra ciudad, tenía buenas referencias. El costo fue 10 veces mayor, y el publicista no cumplió los plazos establecidos, y debido a que Laura fue relegada a cumplir las peticiones de él, fue culpada de ello, y al quejarse de la situación fue calificada de "extremadamente sensible"; pensó nuevamente en renunciar.

Preguntas del caso
¿Laura debería renunciar? ¿Debía aceptar el cargo con el salario de secretaria? ¿Qué debe mejorar la universidad?