Redacción Guayaquil
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Madre e hija dan forma y color al vidrio

Bisutería, lámparas, bandejas, relojes y otras piezas elaboradas bajo la técnica de la vitrofusión es la oferta de Creart. El emprendimiento surgió en el 2008 en Guayaquil, como iniciativa de Priscila Linzán y su madre Nancy García.

La vitrofusión consiste en someter al vidrio a altas temperaturas dentro de un horno para luego pintarlo con óxidos de colores y moldearlo. De esta manera, se crean piezas de distintas formas, tamaños y colores, explican ambas.

La vinculación de estas emprendedoras con el arte empezó en 1996, cuando, a raíz de un accidente, Priscila Linzán empezó a tomar cursos artísticos como terapia. Aprendió técnicas como acrílico, óleo, acuarela y dibujo técnico, en instituciones como la Escuela de Bellas Artes y la Casa de la Cultura de Guayaquil .

Así, la pintura se convirtió en un pasatiempo y pronto en un pequeño negocio. Linzán exponía y comercializaba sus obras de arte a conocidos y familiares como un ingreso adicional a su trabajo.

Luego, en el 2005, con el fin de ampliar sus conocimientos, ella y su madre tomaron un curso básico de vitrofusión en Ceramicarma. En este estudio de cerámicas y manualidades se especializaron en vitrofusión avanzada en el 2006.

En ese año empezaron a producir sus piezas, que pronto llamaron la atención de sus clientes y la venta de cuadros quedó a un lado. La producción de adornos de vitrofusión aumentaba, sin embargo, para elaborar las piezas alquilaban el horno en el sitio donde tomaron clases.

Finalmente, en el 2008 realizaron un préstamo de USD 3 500 al Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS) y lo invirtieron para independizarse. El valor lo destinaron a la compra de un horno, vidrio, pinturas y pinceles especiales. Fue así que nació Creart.

Las piezas las elaboran en su domicilio ubicado en el sur de Guayaquil. Su sistema de venta, dice García, es la participación en ferias y exposiciones de artesanías. Participan en unas cinco al año y en cada una llegan a vender hasta USD 1 000.

El valor de las creaciones oscila entre los USD10 y 75. Las más vendidas son las botellas decorativas y los platones.

Entre las exhibiciones en las que han participado constan Arco Iris de la Alianza Francesa (2009); El Mercadito, en el club Campestre La Vevenita (2011); Artsenal, realizada en el centro comercial Village Plaza (2012) y otras.

Lo que llama la atención de sus creaciones es el colorido y el excelente acabado. Así opina Pilar Panchana, quien conoce a Linzán desde hace 20 años y es su cliente desde hace 15. “He adquirido diversas piezas elaboradas por ella y su madre. Muchos de sus adornos decoran mi hogar. Me gusta el estilo y los colores de las creaciones”, comenta Panchana.

Esta opinión sobre el color es compartida por Adela Rodríguez. Ella es cliente de Creart desde el 2006. Dice que ha comprado gran variedad de productos, pero sus preferidos son los artes y anillos.