Gladis Ramírez elabora los productos en su casa, que está ubicada en Puengasí, en el suroriente de Quito. Foto: Julio Estrella / LÍDERES

Gladis Ramírez elabora los productos en su casa, que está ubicada en Puengasí, en el suroriente de Quito. Foto: Julio Estrella / LÍDERES

Redacción Quito
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Miel y manzanilla nutrena sus productos para la piel

25 de enero de 2017 11:42

Un suceso desafortunado fue el origen de su emprendimiento. Gladis Ramírez -cuando tenía 28 años de edad- tuvo un accidente con un producto químico le cayó sobre su rostro mientras trabajaba en una planta florícola.

Desde ese entonces su piel quedó más sensible y años después -cuando se desempeñaba como ayudante de un ingeniero químico- aprendió a hacer jabón líquido para su uso personal.

La emprendedora -oriunda de la comuna de Playa de Álvarez (Carchi)- buscó ingredientes como miel de abejas y manzanilla para preparar un jabón que sea suave y le brinde los nutrientes necesarios para su piel.

Luego de experimentar y con una inversión de unos USD 50, Ramírez elaboró su producto. Así, desde el año pasado nació su negocio: Maraldi, jabón líquido de miel y manzanilla.
Ramírez cuenta que uno de los aspectos más importantes para elaborar su jabón es la miel de abeja, que tiene que ser pura.

Luego de experimentar con el jabón, la emprendedora decidió probar con una crema cuyos ingredientes principales son la cera de abeja, manteca de cacao y manzanilla. “Es una crema humectante, hidratante. Previene las líneas de expresión en pieles maduras. Es hecha con base de cera de abeja”, cuenta la emprendedora.

El proceso de elaboración del jabón es de manera artesanal y le toma cerca de 20 minutos por cada recipiente.

El año pasado, Ramírez acudió a una capacitación en ConQuito junto a la asociación Mujeres Luchando por la Vida, un colectivo que aglutina a cerca de 100 mujeres y dos hombres y al cual pertenece. Ramírez y un compañero de la agrupación, Fernando Vega, decidieron emprender formalmente. Vega se dedica a comercializar café orgánico cosechado en San Miguel de Los Bancos (noroccidente de Pichincha). Entre los dos negocios facturan al mes -en promedio- unos USD 300.

Para Ramírez, Maraldi representa un ingreso adicional. Actualmente, ella trabaja en una empresa de limpieza. También se dedica a la agricultura. Cultiva guanábanas y naranjas en su finca en su comunidad natal.

Por el momento, Ramírez prepara los jabones y cremas bajo pedido, sobre todo de a personas que conoce en su trabajo de limpieza.

Vanessa Rosero, responsable de la Unidad de Economía Popular y Solidaria de ConQuito, señala que Maraldi participó del programa de Empresas Solidarias Innovadoras. “Este programa nace en función de las necesidades de generar innovaciones sociales productivas y comerciales de las pymes de economía popular y solidaria”, explica Rosero.

La funcionaria de ConQuito comenta que a este tipo de emprendimiento -que tienen buenas ideas- les han ayudado y capacitado para crear un logotipo, eslogan, una marca e identidad para las pequeñas iniciativas.

Rosero añade que otra de las ramas en las que se les capacitó fue ciertas técnicas para que las pymes puedan crear productos diferenciados y que logren llamar la atención y sobresalir de su competencia: las grandes marcas que llevan tiempo en el mercado.