Verónica Chuquín es la mentalizadora de este emprendimiento, en Ambato. Foto: Modesto Moreta/ LÍDERES

Verónica Chuquín es la mentalizadora de este emprendimiento, en Ambato. Foto: Modesto Moreta/ LÍDERES

Un negocio que se desenvuelve entre seres mágicos

28 de agosto de 2017 15:44


El mundo de Verónica Chuquín es dar vida a elfos, brujas, duendes, magos, dragones, mantras, hadas y una diversidad de seres mágicos que exhibe en cada rincón de su taller localizado en el ingreso norte de Ambato.

Parecen salidos de los cuentos y lugares mágicos. Colores verde, amarillo, café y lila, predominan en las pequeñas, medianas y grandes figuras con orejas alargadas y puntiagudas.

Esta artesana ibarreña radicada en Ambato, hace cuatro años y medio fundó su emprendimiento denominado Verukarte cositas hechas con amor. Ahí moldea las figuras que ella misma las imagina y los recrea en muñecos que sirven como recuerdos, adornos o para decorar espacios casas, jardines, casas comerciales o llaveros.

Su emprendimiento cuenta con cinco líneas de trabajo como pintura, escultura, cerámica, tallado en madera, línea de seres mágicos, figuras personalizadas bajo pedido y carros alegóricos. El año pasado facturó USD 30 000.

Esta misma magia transmite cuando diseña y confecciona los gigantes carros alegóricos que cada año crea y construye para los desfiles de fiestas emblemáticas como de la Fruta y de las Flores en Ambato. Además, de las ciudades de Guayaquil, Riobamba, Quito, Ibarra y otras ciudades.

Cuenta que los seres mágicos es una línea que está en apogeo y tiene gran demanda en el mercado local y nacional. Estas figuras son elaboradas con porcelanicron o masilla polimérica. Las fórmulas con que elabora la materia prima las patentó en el Instituto Ecuatoriano de Propiedad Intelectual (IEPI). Además, creó una pasta que resplandece en la oscuridad.

La joven artista arribó a Ambato hace 17 años en busca de trabajo y con el propósito de finalizar sus estudios. Comenzó construyendo maquetas para estudiantes, tallado en madera y los seres mágicos, que aún no eran conocidos.

Con su habilidad y conocimiento en arte montó su microemprendimiento. La inversión inicial fue de USD 5 000 que lo hizo a través de un crédito en una institución financiera. Con los recursos financió la compra del instrumental, materiales como telas, fibra de vidrio, latón...

Dice que de pequeña su padre Marcelo Chuquín le enseñó este arte que tiene más de tres generaciones en Imbabura. En sus inicios facturaba 2,5 millones de sucres, es decir, USD 100 al mes. Ahora además trabaja en la construcción de carros alegóricos.

Al mes produce en forma artesanal 500 figuras mágicas de 30 centímetros. También, de 5 y 10 centímetros, uno, dos y cinco metros de alto, todo depende de la necesidad del cliente.

Chuquín contó que los 106 seres mágicos que tiene creados los patentó en el IEPI. Una de sus colaboradoras y clientes es Lourdes Gutiérrez. Trabaja hace 10 años en la confección de los carros alegóricos para la Fiesta de la Fruta y en la elaboración de muñecos personalizados.

Cuando inició no tenía conocimiento de este arte, pero poco a poco alcanzó esta habilidad artesanal. Participa en las ferias en diversos sectores del país. Ahí comercializa lo que producen en forma artesanal. Lo importante es que seguimos capacitándonos y adquiriendo experiencia.