Pablo Ordóñe, ingeniero industrial quiteño, tiene una destacada trayectoria profesional en el sector automotor, la banca y el negocio farmacéutico. Foto: Pavel Calahorrano / LÍDERES

Pablo Ordóñe, ingeniero industrial quiteño, tiene una destacada trayectoria profesional en el sector automotor, la banca y el negocio farmacéutico. Foto: Pavel Calahorrano / LÍDERES

Pablo Ordóñez muestra talento en cada negocio al que llega

6 de octubre de 2017 20:23

Crecer en una familia de siete hermanos le dejó a Pablo Ordóñez varias enseñanzas para la vida: Las principales son la capacidad de adaptación, la disciplina y el trabajo en equipo.
“En la casa no se escogía la comida. Sí había leche para el desayuno, eso tomábamos todos. Para hacer los deberes, nos turnábamos el escritorio”, cuenta el gerente de ChevyPlan Ecuador.

Su amigo Jerónimo Dávalos, excompañero de trabajo en Citibank y actual vicepresidente regional de la entidad financiera, admira de Ordóñez su capacidad para trabajar en equipo. “Siempre ha buscado las opiniones de los demás, siendo fiel a los resultados”.
Estudió hasta sexto curso en la Unidad Educativa Salesiana Cardenal Spellman, en Quito.
Cursó un nivel prepolitécnico en la Escuela Politécnica Nacional. Pero, para entonces (1983), era una exigencia cursar una maestría para ser ingeniero. Y él deseaba independizarse rápidamente.

En enero de 1984 ingresó a la carrera de Ingeniería Industrial en la Universidad de Texas A&M, en EE.UU, donde también estudió su hermana mayor. En esa época estudió y trabajó a la par, lo que le ayudó a financiar los estudios. “Fue sacrificado, pero interesante al mismo tiempo”.
A pesar de que fue una experiencia enriquecedora, su plan siempre fue retornar al país. “Cómo le aporto al Ecuador, de qué manera dejo huella positiva al país”, era un pensamiento recurrente desde el tercer año de universidad.

Regresó al país al culminar la carrera y se postuló para trabajar en plantas industriales de distintos sectores. También apuntó a entidades bancarias, que para entonces se interesaban en ingenieros industriales, por sus conocimientos en procesos. Fue en ese campo su primera experiencia.

Por cinco años trabajó en el Banco Popular, donde comenzó como pasante y terminó ocupando el cargo de gerente de Banca Personal a escala nacional.

En adelante, las oportunidades que se le presentaron implicaban en la mayoría de los casos arrancar desde cero, lo que convertía cada proyecto en un nuevo reto.

A Fybeca ingresó en 1993 para desarrollar la tarjeta Vitalcard, de la cadena farmacéutica, lo que implicó la conformación de otra empresa, que lideró por cuatro años: Medihealth.
Luego, tuvo a su cargo la apertura de la oficina de la Corporación de Desarrollo Agroindustrial Latinoamericano (LAAD) en Ecuador, que financia a pequeños y medianos productores de banano, cacao, camarón, rosas, claveles...

En 1999 volvió a sus orígenes en el sector financiero. Esta vez como vicepresidente de Citibank, entidad en la que había sido pasante durante unas vacaciones de verano mientras estudiaba en la Universidad de Texas A&M. Como un hito de su gestión destaca la primera transacción electrónica en cuentas corrientes, que realizó un banco en Ecuador.

La industria automotriz siempre fue familiar para Ordóñez. Su mamá trabajó por 10 años en el sector automotor y su abuelo era representante de Ford y Toyota. “Desde muy pequeño asistí a shows automotrices”.

Andrés Hidalgo, miembro del Directorio de Grupo Imbauto-Vallejo Araujo y cofundador de Chevy Plan, le comentó a Ordóñez sobre el proyecto de compras planificadas de vehículos Chevrolet. Por sus conocimientos financieros y “madurez emocional”, Hidalgo lo consideró para la gerencia de Chevy Plan en Ecuador y le hizo el enlace con Pablo Ross, presidente de General Motors en la Región Andina.

De nuevo tuvo que comenzar de cero. El proyecto, que en un principio estuvo conformado por tres socios (General Motors, Produbanco y la red de concesionarios), arrancó en junio de 2003 en una pequeña oficina en la matriz de Produbanco, en Quito. La compañía se constituyó en abril de 2004 y para entonces ya operaba en una oficina propia en El Labrador. A la fecha, Chevy Plan ha entregado más de 23 000 vehículos.

Ordóñez ha estado al frente de la firma desde sus inicios, hace 13 años que tiene. “Apuntamos a la persona correcta. Gracias a su preparación y madurez ha sabido manejar toda una red de concesionarios”, destaca Esteban Acosta, gerente general de GM Perú.

Además de la excelencia profesional, Acosta resalta que Ordóñez ha demostrado ser exitoso en lo profesional y personal.

El gerente general de ChevyPlan está casado con María Elena Coronel, con quien tiene tres hijos de 24, 22 y 14 años de edad. Aunque dice que quisiera dedicar más tiempo al hogar, en la familia Ordóñez los fines de semana son de parrilladas y eventos similares. “Es una familia espectacular”, dice su amigo Jerónimo Dávalos.