Brian Brohnke produce café orgánico en la hacienda Reserva Tambo Quinde, en el noroccidente de Pichincha. Luis Salazar, caficultor en el noroccidente de Pichincha, ha mejorado su producción de medio quintal por hectárea, en el 2011. Fotos: Patricio Terán

Brian Brohnke produce café orgánico en la hacienda Reserva Tambo Quinde, en el noroccidente de Pichincha. Luis Salazar, caficultor en el noroccidente de Pichincha, ha mejorado su producción de medio quintal por hectárea, en el 2011. Fotos: Patricio Terán / LÍDERES

El panorama es favorable para el café

26 de junio de 2017 15:00

La variedad de climas y ecosistemas que posee el Ecuador permiten que el café se cultive en las diferentes regiones del país: Costa, Sierra y Amazonía.

Actualmente, el grano se ubica entre los 10 cultivos con mayor superficie, siendo sembrado en 21 provincias del Ecuador.

Si bien la productividad nacional aún se mantiene en niveles bajos, con un rendimiento de 0,1 toneladas por hectárea, distintos esfuerzos han permitido mejoras en rendimiento y calidad en ciertas zonas del país.

Es el caso del noroccidente del Distrito Metropolitano de Quito, donde la producción del grano creció de cinco a 20 quintales por hectárea el último año, según datos de la Agencia de Promoción Económica ConQuito.

Guillermo Ortiz, responsable de cadenas productivas de ConQuito,
explica que el café de la zona se ve favorecido por las características del ecosistema, la baja luminosidad y la altura, que permiten captar más minerales y beneficia la maduración.

Luis Salazar es propietario de la hacienda El Rosario
, ubicada en el sector de Nanegalito, del noroccidente de Pichincha. En su primera cosecha (2011) obtuvo medio quintal por hectárea. Para 2016, alcanzó los 16 quintales (100 libras cada uno) por hectárea.

El productor atribuye la mejora en productividad a un manejo más adecuado en poda, fertilización, controles de plagas y enfermedades. Salazar señala que el apoyo de ConQuito, con capacitaciones en cosecha y poscosecha han sido clave en los cultivos.
En El Rosario, Salazar produce diferentes variedades de café arábigo: caturra, pacas y catucai.

Brian Brohnke, otro caficultor de la zona de Nanegalito, dice que el café que se produce en Pichincha es de “ talla mundial”.

La calidad del café se mide en un puntaje del 1 al 100, que evalúa 10 parámetros, entre ellos aroma, acidez y cuerpo. Un café de más de 85 puntos es considerado especial y se cotiza mejor en los mercados internacionales.

Brohnke cultiva el grano en la hacienda Reserva Tambo Quinde, donde en 2016 alcanzó una producción de 25 quintales por ha.

En el sur del país, los productores también perciben un crecimiento sostenido.
La Federación Regional de Pequeños Productores Ecológicos del Sur aglutina a seis organizaciones en tres provincias (Loja, Zamora Chinchipe y El Oro). Su presidente, Vinicio Martínez, afirma que el rendimiento de la producción de los 1 200 socios se ha crecido de 12 quintales hasta 18 quintales por hectárea, en los últimos dos años, lo que ha impactado en un incremento en sus niveles de exportación.

Para Martínez esto es producto de una optimización en las prácticas agronómicas, de procesos de fertilización con certificación orgánica y del cultivo de nuevas plantaciones más productivas .

El caficultor reconoce que aún es difícil competir con grandes mercados, como Brasil, Perú y Colombia, que han entrado a una caficultura a gran escala. Sin embargo, subraya que se deben aprovechar las ventajas de contar con diferentes pisos altitudinales y climas. “Esto nos permite producir cafés especiales, que son los que mejor se cotizan en el mercado mundial”.

Serbio Pardo, productor de Loja, fue el ganador del concurso Taza Dorada 2016, organizado por la Asociación Nacional de Exportadores de Café (Anecafé). Con un puntaje de 90,5 puntos, Pardo logró vender su café de especialidad a USD 2 100 el saco de 60 kilogramos, a un comprador surcoreano. Un precio muy por encima de lo que paga el mercado internacional por un café convencional, donde el saco oscila entre USD 130 y 140.

Pablo Pinargote, presidente de Anecafé, comenta que el caso de Pardo –quien ha participado en las 10 ediciones del concurso– es un ejemplo de que con capacitación y constancia se puede mejorar la calidad del grano.

A pesar de que el Ecuador ha alcanzado mejoras en rendimiento y calidad en algunas zonas, continúa con bajos volúmenes de producción y productividad. Pinargote señala que este es uno de los factores que ha generado un decrecimiento de las exportaciones. En el primer trimestre del año se exportaron 32 742 sacos menos que en igual período del 2016.

El representante del gremio espera que el Proyecto de Reactivación de Café y Cacao Nacional Fino de Aroma, del Ministerio de Agricultura, genere los resultados esperados. La iniciativa ha permitido capacitar al productor y entregar semillas importadas de Brasil para mejorar la calidad y productividad.