Sinthia Gudiño, Ricardo Arellano (dueños) y Mongo en las instalaciones de Totos Hospedaje, en Conocoto. Foto: Pavel Calahorrano / LÍDERES

Sinthia Gudiño, Ricardo Arellano (dueños) y Mongo en las instalaciones de Totos Hospedaje, en Conocoto. Foto: Pavel Calahorrano / LÍDERES

La peluquería canina que hoy es un ‘hotel’

24 de enero de 2017 13:00

Sus mimados tienen cuatro patas y una nariz desarrollada. Hacen travesuras y, a la vez, obedecen sus órdenes. Corren, ladran y son considerados el mejor amigo del hombre. Son los perros de Totos Hospedaje y Guardería.

Es un emprendimiento que se asentó en la parroquia de Conocoto (al oriente de Quito) y tiene como objetivo cuidar a los perros de las personas que aman y miman a los animales.

Su dueña es Sinthia Gudiño y levantó este negocio hace 10 años. Comenzó como una peluquería canina; pero creció por la necesidad que tienen los propietarios de los perros de dejarlos en un lugar seguro. “Es un hospedaje para perros mimados, que pasan sus días dentro de la casa; comen pollo, carne y otros alimentos”.

La idea es que los animales se sientan como en casa. Es decir, se los cuida con amor y paciencia; además se los entrena.

En Totos hay varios servicios. Uno de ellos es la guardería canina. Es similar a un establecimiento educativo para niños, es decir, los perros tienen un recorrido que les recoge desde las 06:00 hasta las 09:00. Posteriormente, llegan a la casa estilo campestre y tienen un tiempo para correr, jugar en la piscina (una vez a la semana) y comer un refrigerio.

El costo del paquete es de USD 7 cada clase. No incluye el transporte que depende del lugar de residencia, ya que es de casa en casa.

También se brinda el servicio de hospedaje, que crece en feriados como Navidad, Carnaval y otros. El local tiene capacidad para alrededor de 60 canes.

Si los dueños del animal gustan una habitación dentro de casa el costo es de USD 13. Pero si son habitaciones en el exterior con techo y paredes, el precio baja a USD 10.

Los amantes de los perros deben tomar en cuenta que la alimentación deben proporcionarla, porque el animal está acostumbrado a comida de casa. Además, si el perro se queda más días deben enviar una manta con el olor de la casa para que el perro no extrañe su hogar, ni su familia.

El negocio, que comenzó con USD 40 000 de inversión creció a pasos veloces, según relata Ricardo Arellano, quien se encarga de la logística de los canes.

El hombre renunció a su trabajo para ayudar a su esposa y, juntos, levantaron el espacio para los mimados peludos de la casa. “Le apoyo siempre y nunca pensamos que crecería tan rápido”.

La facturación mensual de Totos es de USD 3 000. La pareja cuenta que otro valor agregado de su negocio es la peluquería que se ofrece e manera gratuita para los ‘huéspedes’ que se quedan en la guardería o en el hotel reciben el servicio, una vez al mes.

Esta casa para perros tiene otras sorpresas. Por ejemplo, en festividades como Navidad, los canes juegan al ‘amigo secreto’ e intercambian regalos. O en Navidad hacen el pesebre canino, donde todos los animales se disfrazan según los personajes. La pasan genial, asegura Gudiño, quien dejó las leyes para dedicarse de lleno al cuidado de estos animales.

César Torres es dueño de Francesa. Cuando sale de viaje, lo más difícil es dejar a su perra en la casa, por lo que buscaba un lugar para dejarla. “No me gusta que se quede sola”, dice el hombre, quien deja a su mascota en Totos.