Fernando Romero es el propietario de Sweet Land. En este negocio se especializan en los postres como el cheesecake de fresa, coco, chocolate, etc. Foto: Juan Carlos Pérez/ PARA LÍDERES

Fernando Romero es el propietario de Sweet Land. En este negocio se especializan en los postres como el cheesecake de fresa, coco, chocolate, etc. Foto: Juan Carlos Pérez/ PARA LÍDERES

En dos provincias ubican sus postres

13 de marzo de 2016 13:19

El cheesecake es el producto estrella de la cafetería Sweet Land. En las tres sucursales, ubicadas en Quevedo y Santo Domingo de los Tsáchilas, se venden ocho variedades del postre elaborado con queso crema. Hay sabores cítricos como el de maracuyá o dulces como el de chocolate y manta.

Para el propietario de Sweet Land, Fernando Romero, la acogida de los postres se relaciona con la calidad con la que los preparan. “Prefiero utilizar productos de calidad para mantener el sabor, que es lo que nos identifica”, dice el emprendedor.

El café con el que se preparan 10 bebidas calientes y frías lo compran en Zaruma (El Oro), las barras de chocolate las adquieren en Quevedo. “Es un producto de exportación, que ha obtenido reconocimientos a nivel internacional”.

El ejecutivo Ronald Rivadeneira visita al menos tres veces por semana la cafetería en Santo Domingo. “El aroma y la contextura del café es muy buena. Vengo con mis clientes y amigos y nos tomamos hasta dos tazas”.

Romero asegura que el café es seleccionado en la cosecha y secado bajo sombra. Es orgánico y la especie arábiga. Sweet Land, que significa tierra dulce, nació en Quevedo (Los Ríos) hace cinco años. Empezó con una inversión de USD 60 000. Con ese monto se adquirieron utensilios de cocina y se amobló un local en el centro de la ciudad fluminense.

Casi a los dos años se trasladaron a nuevas instalaciones y decoraron la cafetería y pastelería con un estilo más sofisticado. Se adecuaron lámparas y se tapizaron las paredes con dibujos en forma de café.

El diseño fue hecho por Nathalia Maldonado, copropietaria y chef de Sweet Land. Ella es la encargada del control de calidad de los postres.Romero asegura que hasta hace cinco años, él y su esposa Nathalia vivían en Cayambe (Pichincha). “Queríamos colocarnos un negocio. Así que analizamos las opciones y Quevedo nos pareció un buen lugar porque está en el centro del país”.

De a poco, la cafetería fue adaptándose a un nuevo concepto. Brindar un espacio cómodo y elegante para que los ejecutivos pudieran cerrar negocios en este lugar. Según Romero, en la ciudad fluminense no había un lugar para este segmento y que prestara los servicios de aire acondicionado, wifi gratuito y sillas cómodas, en las que además de degustar una bebida y un postre se pueda conversar.

Esa idea también se trasladó hace un año a Santo Domingo de los Tsáchilas. Se ubicó en la avenida Chone. Al principio, obsequiaban las más de 30 variedades de postres y bebidas para que los clientes se arriesgaran a probar los nuevos sabores, que no se ofertan en las otras pastelerías, como la torta Sweet Land, que es un bizcocho húmedo de vainilla y tiene trozos de durazno en el relleno.

Carmen Rojas fue una de los primeros clientes. Su postre favorito es la torta de mocachino (café con leche vaporizada y chocolate), con pequeños trozos de chocolate. Es una torta húmeda y decorada con bizcotelas.

La porción cuesta USD 2,50. “Cada miembro de mi familia tiene una favorita. A mi esposo le gusta la especialidad de la casa llamada Sweet Land. A mi hijo menor, la de oreo y el mayor el cheesecake”, señaló.

En Sweet Land se realizan tortas para matrimonio, bautizos, quinceañeras o temáticas, según los diseños que el cliente escoja como dibujos animados, flores, carteras o hasta maquillaje. Incluso se pueden colocar fotografías en los pasteles.  Estos pueden ser de crema o de fondant y los rellenos están elaborados con manjar, almendras, chocolate, mermeladas, trozos de frutas, entre otros.

Desde noviembre del 2015 se inauguró una nueva sucursal en Santo Domingo de los Tsáchilas. Este local tiene una terraza para que los clientes estén más cómodos, en días calurosos. En las nuevas instalaciones se invirtieron USD 45 000.

El diseño y la construcción del local tardó tres meses. “Está ubicado en una zona comercial y que es muy concurrida. A veces se cierra a las 22:30. Cuando en Quevedo se cierra a las 21:00”.

La cartera de clientes en cada local es de alrededor de 200. En las tres sucursales trabajan 24 personas. Pero Romero recuerda que cuando iniciaron eran apenas cuatro. “Empezamos como un negocio familiar, pero siempre con el objetivo de expandirnos por el país”.
El próximo reto es crear un taller para elaborar los postres en Quevedo y trasladarlos a Santo Domingo a través de una cadena de refrigeración.

Las instalaciones tienen un 50% de avance. “En un principio decidimos elaborar los postres en Santo Domingo, pero la calidad bajó. Así que para mantener el sabor característico vamos a invertir”. Se tiene prevista una inversión de USD 60 000. El próximo año abrirán una nueva sucursal en Quevedo.