Efrén Herrera (centro) con parte de los estudiantes que integran el club Robota, en la Espol, en Guayaquil. Foto: Joffre Flores / LÍDERES

Efrén Herrera (centro) con parte de los estudiantes que integran el club Robota, en la Espol, en Guayaquil. Foto: Joffre Flores / LÍDERES

La robótica convoca a decenas de estudiantes

25 de septiembre de 2017 14:33

Robota, el club de robótica de la Escuela Politécnica del Litoral, se posiciona y gana participantes. Esta iniciativa académica surgió hace una década y cada año suma nuevos participantes dentro de esa casa de estudios.

El club se creó con un objetivo claro: que los estudiantes de la Politécnica del Litoral (Espol) incursionasen en el mundo de la robótica, una disciplina que cada a vez es más usada en la industria. Así lo explica Efrén Herrera, catedrático del centro de estudios y mentor de los estudiantes que se integran al club Robota.

Herrera cuenta que los participantes no necesariamente estudian electrónica o mecánica. “Participan estudiantes de distintas disciplinas. Todos los alumnos de la Espol pueden participar”.

Uno de los participantes de este club es Kevin Cornejo, estudiante de Ingeniería Química. Él cuenta que decidió integrarse a Robota, porque le llamó la atención la posibilidad de construir prototipos con sus propias manos.

“Yo, concretamente, trabajo en robots de batalla, que son robots construidos para enfrentar a otros prototipos. Pero también trabajamos en otros proyectos”. Entre otros, Cornejo menciona robots seguidores de línea, robots laberintos y también proyectos de impacto tecnológico, “que son iniciativas que buscan solucionar problemas de índole social o industrial, usando la robótica”.

El club recibe cada año a cerca de 25 estudiantes. Todos participan activamente, según Herrera.

El catedrático destaca las ganas de aprender que tienen los alumnos de la Espol. “Casi siempre se involucran hasta el final de sus carreras. Por lo general, permanecen en Robota entre dos o tres años, aunque hay otros que pasan en el club hasta cuatro años”.

En esta década de trabajo, ya existen resultados tangibles. Entre otros, Herrera menciona el desarrollo de manos robóticas y equipos que pueden servir para transportar a personas con discapacidades. “Se buscan soluciones a muchos problemas y lo mejor es que todas son ideas de los estudiantes”, destaca el profesor.

La clave es que estos proyectos se apliquen en las carreras de los estudiantes. En el caso de Cornejo, él considera que los conocimientos de robótica en la automatización de procesos químicos y en el análisis de muestras.

En Robota se organizan además concursos y encuentros entre universidades del país que también promueven esta disciplina. Allí se prueba el ingenio de los estudiantes, con concursos como batallas de robots, juegos de laberintos, robot bailarín, entre otros.

Al hablar del potencial de esta materia, Herrera asegura que en el campo industrial la robótica es la norma y muchas universidades caminan hacia eso. Por eso la Espol trabaja para apuntalar esta materia. “En el país, el interés de las universidades en este campo empezó hace cuatro o cinco años. Ahora, cada vez se habla más del tema y eso es bueno para la universidad y para los sectores productivos”.

Entre los planes de corto plazo de la Espol -para dar mayor impulso a la investigación y al aprendizaje de robótica- está organizar un encuentro universitarios con estudiantes del país y otros países.