María Virginia Álvarez y Daniel Astudillo lanzaron su emprendimiento para ofrecer productos de calidad y a la vez recuperar el tiempo en familia.Fotos: Vicente Costales / LÍDERES

María Virginia Álvarez y Daniel Astudillo lanzaron su emprendimiento para ofrecer productos de calidad y a la vez recuperar el tiempo en familia.Fotos: Vicente Costales / LÍDERES

Sus salsas ayudan a optimizar el tiempo en la cocina

17 de abril de 2017 15:45

Un trabajo con horarios extendidos, que derivó en la falta de tiempo para su recién formado hogar fue el detonante para que Daniel Astudillo, chef y su esposa, María Virginia Álvarez, maestra de ballet, decidan poner su negocio propio.

Ellos fueron a vivir en Cuenca porque Astudillo obtuvo un trabajo como chef ejecutivo en esa ciudad. Lo difícil fue descubrir que las nuevas funciones del esposo les llevaban a casi no verse.

Esta realidad les puso a pensar en qué podrían emprender juntos y la decisión fue un catering, aprovechando la experiencia de Astudillo en gastronomía.

Era el año 2008. El negocio se sostuvo por seis meses, pero la competencia era muy fuerte.

Entonces surgió la idea de no competir con los caterings, sino de proveerles. “Yo tenía el conocimiento de qué productos hay en el país”, explica Astudillo, al señalar que su intención es que los chefs puedan usar su producto como base y añadirle su toque propio, evitándoles una serie de procesos y optimizando sus tiempos.

“Comenzamos con la salsa BBQ, que sabía que tenía acogida”, comenta el ahora gerente general de AA Doble A, empresa bautizada así por las iniciales de los apellidos de la pareja.

Este emprendimiento se dedica a la elaboración de salsas BBQ, de ciruela, pasta de tomate para espagueti, pesto y dips, que ahora se venden de forma industrial a negocios de alimentos, y en cadenas de retail, para el público en general bajo la marca Chef Daniel.

Empezaron en unas bodegas que les prestó el padre de Álvarez, con una cocina y ollas de medio uso; la pareja se encargaba de todo el proceso. Álvarez pasó a ser la gerenta administrativa y se dedicó a las ventas buscando clientes potenciales en las páginas amarillas, mientras su esposo cocinaba.

Su primera venta fue de tres galones de salsa por USD 20. Luego de esta experiencia invirtieron USD 5 000 en utensilios necesarios. Los fondos fueron la suma de todos sus ahorros y de préstamos de familiares y amigos.

La reinversión en esta empresa ha sido constante. Por ejemplo, su primer cheque grande, que fue de USD 260 y sirvió para pagar los trámites del registro sanitario.
A finales de 2009 entraron a los comisariatos Santa María y para cumplir con la oferta compraron maquinaria y contrataron a una persona que ayude con la producción. Para obtener fondos vendieron en USD 5 000 una moto que tenían. Con el paso del tiempo la inversión llegó a los USD 40 000.

Con esto pudieron seguir creciendo y ahora venden sus productos en supermercados a escala nacional, además de restaurantes, caterings y distribuidores. Suman 130 puntos de venta en total.

Uno de sus clientes, casi desde que la empresa arrancó, es el restaurante Hunters. Angélica de Reyes, administradora, comenta que compran cerca de 90 a 92 litros de salsa semanales. “El producto cumple con todas nuestras exigencias en sabor, calidad, oportunidad y precio”.

La administradora del restaurante explica que usan la salsa de base y le añaden sus ingredientes secretos, con lo que se pudo estandarizar el sabor, la consistencia de la salsa y se evitan inconvenientes como no encontrar todos los ingredientes, ahorrando tiempo.

El año pasado AA Doble A se puso la meta de exportar y a finales de año lo consiguió, llegando a un supermercado de Perú con una venta de USD 9 000 por unos 350 kilos de producto. En 2017 se prevé continuar con las ventas a Perú y abrir mercado en Colombia, el Caribe y en Panamá.