Las mujeres de Caliche elaboran cerca de 400 envases de mermelada y los distribuyen en Quito. Foto: Paúl Rivas / LÍDERES

Las mujeres de Caliche elaboran cerca de 400 envases de mermelada y los distribuyen en Quito. Foto: Paúl Rivas / LÍDERES

Redacción Quito
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Siete mujeres preparan dulces y platos andinos

1 de marzo de 2017 09:16

Sazón, organización y empeño fueron las claves de siete mujeres para emprender su negocio. Su nombre es Mermeladas Caliche y tiene su base en Tumbaco, parroquia rural de Quito.

La historia de este emprendimiento comienza en Caliche, un recinto de Imbabura y tierra natal de Narcisa Jácome, quien siempre lleva una sonrisa en su rostro.

Su abuela preparaba unos dulces duros con frutas típicas de esas localidad imbabureña; ella aprendió a prepararlos pero con una variante: hizo mermeladas.

Jácome es madre de familia y abuela. Ella buscaba un negocio que le permita estar cerca de sus seres queridos y ganar un dinero extra. Así nació Mermeladas Caliche, con el apoyo de una de sus amigas y vecina, Janeth Andaluz. Entre las dos levantaron este emprendimiento.

Andaluz no lo dudó y emprendieron este camino juntas, que trajo consigo nuevas oportunidades para las siete emprendedoras.

Los nuevos ingresos significaron un alivio para ellas y sus familias, relata Andaluz, quien es oriunda de Tumbaco.

Las mermeladas se preparan con frutas y hortalizas orgánicas. Uno de sus sabores preferidos es el de ají, que lo cultivan en sus casas. Además utilizan uva, mora, frutilla, leche y más, es decir, son más de 13 sabores que tienen dentro de su negocio.

El objetivo de estas mujeres es rescatar los sabores típicos y naturales de las localidades de la sierra ecuatoriana; por eso,el emprendimiento lleva el nombre de Caliche, como el lugar de nacimiento de Jácome de 60 años.

Levantar un negocio no es fácil, por lo que cada uno invirtió USD 30 para lograrlo, es decir, en total se destinó USD 210 aproximadamente. El monto fue destinado a la compra de los ingredientes y de las botellas de vidrio, que es uno de los rubros más costosos.

Las mermeladas se preparan en su casa y sacan una producción, cada 15 días, de 400 envases que se comercializan en los diferentes puntos de la ciudad y en ferias. En estos espacios obtienen cerca de USD 700 por mes. Las ganancias se reparten equitativamente.

Verónica Noboa
es madre de una niña a la que cuida desde que tenía siete meses. Ella no sabía nada de cocina pero aprendió las delicias que le enseñó Jácome, quien es su suegra.

Ella es una de las más jóvenes de este grupo y colabora, además, en la elaboración de una página en Facebook para promocionar su producto y a las mujeres.

El emprendimiento, que nació a mediados del año anterior, tiene otros productos típicos de esta zona rural como el cariucho, las habas con mellocos y demás delicias andinas, explican las mujeres, quienes viven cerca a la vía al Ilaló.

Durante este tiempo de negocio, las emprendedoras han participado en una serie de actividades para promocionar su negocio.

En Pifo, otra parroquia rural del Distrito Metropolitano de Quito, mostraron sus mermeladas en una feria de sabores. En Quito recibieron un reconocimiento por presentar una colada morada diferente con el pan que se prepara en Caliche. Esto les llenó de orgullo, al igual que sus clientes, quienes destacan el sabor y el esfuerzo de estas mujeres por rescatar lo típico y lo nuestro.