Redacción Quito
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En su software se apoyan colegios y pymes

Marco Jarrín se propuso en el 2001 crear una empresa en donde se diseñarán programas informáticos administrativos, acordes con las necesidades de cada empresa. En ese entonces tenía el apoyo de tres programadoras que junto a él realizaban trabajos para el sector privado. En el 2003 fundó oficialmente la firma Omnifsoft.

Dos años antes, invirtió USD 2 000 en computadoras y escritorios, además rentaba una oficina en el norte de Quito. En el 2003 trabajaban 25 personas, entre técnicos y administrativos.

A finales del 2003, este negocio desarrolló un software para administración de tareas financieras y de administración de registros para colegios. Así, un centro educativo podía llevar virtualmente su contabilidad, gestión de recursos humanos, inventarios, pago de pensiones...

Lo singular de esta Red Educativa Virtual -como la llama Jarrín y que permitía subir fotos, cargar syllabus, registrar tareas, calificaciones y evaluaciones- es que facilitaba la interacción virtual entre profesores y padres de familia y entre profesores y alumnos.

"Fue un prototipo de red social que permitía la comunicación entre los miembros de la institución, permitía la comunicación de docentes con representantes y alumnos con una restricción: no se permitía la interacción entre los mismos estudiantes para evitar que la herramienta se utilice con otros fines".

En el 2004 se bautizó a esta herramienta como Academium, y su primer cliente fue el Colegio Intisana, en donde aún lo utilizan. De ahí lo recomendaron a entidades de la comunidad jesuita, que instalaron el Academium en los colegios San Gabriel y Gonzaga; San Felipe, en Riobamba; Unidad Educativa Javier, en Guayaquil y Cristo Rey, en Portoviejo.

En el 2009, 21 colegios De la Salle solicitaron el producto. César Rivadeneira, su asesor informático, asegura que con el Academium se facilitaron los procesos de matrícula en la institución. "Antes era necesaria una fila para la inscripción del alumno en la Secretaría y luego otra en la Colecturía para el pago de la matrícula. Ahora todo se hace por Internet".

Como todo software nuevo en una institución requiere tiempo para que los usuarios lo manejen con pericia. Por ello, Omnisoft también se encarga de la capacitación del personal y del seguimiento en la implementación del sistema.

"Tres meses es un tiempo prudente para que los trabajadores conozcan un sistema informático nuevo. El software es el que tiene que adaptarse a las necesidades de la empresa y no los empleados al programa", argumenta Jarrín.

Paralelo al Academium, Omnisoft desarrolló el programa Ingenium, para la administración de las pymes. Este programa permite a los negocios llevar su contabilidad, un registro de compras y ventas, activos, inventarios, etc.

Este producto se lanzó en el 2010 y actualmente está instalado en 15 pymes, como el Castillo de Amaguaña. Julia Redín, contadora de ese complejo turístico, asegura que antes de utilizar el Ingenium utilizaban un software para cada necesidad. "Teníamos uno para tributación, otro para RR.HH., otro para inventario... Con el Ingenium simplificamos el trabajo a un solo sistema".

Ese mismo año la empresa dio un giro, antes vendían el software a cada empresa ahora lo rentan de manera virtual; es decir, el acceso ahora es por Internet y la empresa paga entre USD 25 y 300 al mes. "El costo varía dependiendo de los requerimiento de la empresa".

El software

El costo.  El desarrollo de Academium requirió una inversión de USD 40 000, y el de Ingenium, USD 30 000.

La personalización.  Cada empresa o institución educativa puede incluir en el software sus propios sellos, formatos de factura, logotipos institucionales...