Insertarse en la industria 4.0 es fundamental para que las empresas de las Américas sean competitivas. La automatización y la capacitación en temas digitales es clave en esta época. Foto: Freepik.es

Insertarse en la industria 4.0 es fundamental para que las empresas de las Américas sean competitivas. La automatización y la capacitación en temas digitales es clave en esta época. Foto: Freepik.es

Tecnología, educación y alianzas son ejes para la competitividad

3 de marzo de 2021 12:40

Al menos siete aspectos son claves para mejorar la competitividad empresarial y encaminar a las Américas hacia la recuperación poscovid-19. Eso se desprende de los planteamientos de los representantes de 34 países que forman la Organización de Estados Americanos (OEA).

Ecuador organizó la semana pasada, de manera virtual, el XI Foro de Competitividad de las Américas, en el que se analizaron dichos conceptos. Altas autoridades de los gobiernos, que conforman la Red Interamericana de Competitividad, representantes del sector privado, de la academia y de organismos internacionales participaron en el encuentro regional.

Aprovechar la transformación digital para impulsar a las mipymes; apoyar a sectores vulnerables y áreas afectadas de la economía como comercio, educación y turismo; invertir en educación; recapacitar la fuerza laboral para conectarla en la industria 4.0; conformar alianzas comerciales intraregionales y público-privadas; mejorar el marco regulatorio para el desarrollo empresarial y definir medidas para impulsar la facilitación del comercio son los ejes que desde el 2020 han propuesto los países y cuyo análisis se profundizó durante la cita.

Ecuador también se enmarca en esos lineamientos. Sin embargo, según Daniel Legarda, viceministro de Comercio Exterior, también dice que es imperativa la resiliencia empresarial, que incluye la adaptación rápida a los cambios del mercado para responder a las demandas de los consumidores, cultura de negocios renovada, etc.

Aplicarla no es un tarea fácil, tomando en cuenta que antes de la pandemia el país ya enfrentaba problemas de competitividad en áreas como mercado de productos, dinamismo en los negocios, mercado laboral, adopción de tecnologías de la información y comunicación (TIC) y estabilidad macroeconómica, según los rankings del Índice de Competitividad Global (ICG) 4.0 del Foro Económico Mundial (FEM), presentado por la Escuela de Negocios (Espae) de la Escuela Politécnica del Litoral (Espol) del 2019. En ese año el país ocupó el puesto 90 de 141 países; es decir, su situación desmejoró ya que el 2018 se ubicó en 86 de 140, indicó Espae.

Ecuador, además -según la OEA- al 2019 enfrentaba dos barreras importantes en la productividad, lo que impacta en la competitividad, como la dificultad para insertarse internacionalmente y la falta de acceso a tecnología disponible.

En el 2020, dadas las condiciones de la pandemia, el ICG no incluyó un ranking. Sin embargo, se determinó que el sector empresarial de los países en vías de desarrollo ha encontrado una reducción de la competencia, dominio del mercado, aumento en la capacidad de atraer talento, colaboración en las empresas, etc.

Para organizaciones privadas, como la Cámara de Comercio de Quito, un ambiente competitivo atrae la inversión. El gremio explicó que las compañías que buscan colocar capitales demandan en un 22% beneficios tributarios, seguido con un 18% por cercanía de puertos y aeropuertos.

Infografía Líderes

Además, se debe reducir la tramitología. “Estamos sobrerregulados en todos los sectores (...) los trámites hacen engorroso y costoso todo procedimiento. En Ecuador se necesitan 48,5 días para abrir un negocio, pasando por 11 procedimientos diferentes”, dijo Carlos Zaldumbide, director Ejecutivo del gremio empresarial.

Mientras que Sara Wong, profesora de Espae, señaló que tras la pandemia se ha generado una oportunidad única para reinventar nuevos sistemas socioeconómicos, ejercer un liderazgo audaz y visionario y dar forma a una “nueva normalidad” con oportunidades para todos.
Considera que se necesita una agenda de competitividad clara, accionable y de resultados concretos. El sector comercio en servicios ofrece una gran oportunidad, así como la innovación y el emprendimiento. “Las empresas deben construir ‘resiliencia’ en contra de pandemias.”

La supervivencia exportable se analiza

Las exportaciones no petroleras crecieron un 10% durante el año pasado en relación con lo ocurrido en el 2019. Foto: Archivo/ LÍDERES

Las exportaciones no petroleras crecieron un 10% durante el año pasado en relación con lo ocurrido en el 2019. Foto: Archivo/ LÍDERES

Redacción Cuenca (I)
redaccion@revistalideres.ec
Las exportaciones no petroleras crecieron un 10% el año pasado en relación con el 2019; los rubros más importantes son de baja complejidad. Esa información formó parte de la presentación del Estudio de Vulnerabilidad y Resiliencia del Sector Exportador en Ecuador, realizado por la OEA.

La ponencia del informe, que está en proceso, estuvo a cargo del coordinador de Vinculación, Innovación y Transferencia del Conocimiento a la Sociedad, Luis Felipe Beltrán. Según él, la investigación hasta la actualidad ha permitido encontrar capacidades que pueden ser influenciadas mediante políticas públicas, “con claro impacto en variables como el crecimiento de las exportaciones o la supervivencia de las mismas”.

Beltrán agregó que el equipo a cargo del análisis ha hecho el esfuerzo de incluir un índice de vulnerabilidad y resiliencia, ante los efectos generados por la pandemia del coronavirus en el sector económico del Ecuador.

Él manifestó que, ahora, se encuentra en proceso de levantamiento de una encuesta.
“Estamos midiendo el impacto de la pandemia al interior de las empresas, duración, capacidad de reponerse a este tipo de efectos externos en el mercado, política pública y tipo de apoyo. La finalidad es poder identificar los efectos en cada uno de los sectores”, aseguró Beltrán. La intención es determinar las políticas públicas diferenciadas para ser más certeros y determinar cuáles son las actividades sensibles o estratégicas, que se deben impulsar primero.

Infografía Líderes

En el estudio de Vulnerabilidad y Resiliencia del Sector Exportador en Ecuador se efectuó el análisis de supervivencia, que mide a través de una función la probabilidad de sobrevivir durante un período determinado, en este caso la pandemia de covid-19.

Se analizaron indicadores como movilidad, tipo de cambio real, concentración de mercado y conectividad marítima. Además, infraestructura, innovación, tecnología y flujo de exportación en cada uno de los sectores. Analizaron 3 400 empresas, de las cuales la mayoría está ubicada en Pichincha y en Guayas.

Según Beltrán, se ha determinado que el sector de alimentos y bebidas, así como el primario, tienen una mayor tasa de supervivencia a diferencia de otras actividades, como maquinaria y equipos.

En Ecuador, en marzo del 2020 la tasa fue de más del 50% para alimentos y bebidas, mientras que de 3,63% para maquinaria y equipos. Ese comportamiento también está relacionado con la demanda en el confinamiento.

De acuerdo con esta investigación, el país aún no ha comenzado el proceso tradicional de transformación estructural. “Este fomenta la evolución de la actividad económica de sectores de baja a alta productividad”.

En general, indica el documento, el cambio traslada las actividades de agricultura a otras con
mayor valor agregado, cómo la textil y la de maquinaria y/o electrónica. Pero la participación del mercado mundial en las ventas textiles del país se ha estancado en la década anterior y la electrónica y la maquinaria aún no despegan.

Así, por ejemplo, de los 10 principales rubros exportados en el 2017, solo el décimo fue de complejidad media-alta y estuvo v­inculado a las tecnologías de las información y comunicación.
El resto fue petróleo, banano, crustáceos, pescados, turismo, flores, petróleo refinado, cacao y transporte, según este estudio. Además, se indica que hay una baja diversificación de la canasta productiva. “Ecuador se ha diversificado en muy pocos productos para contribuir a un crecimiento sustancial de los ingresos. Ha agregado seis nuevos productos desde el 2002 hasta el 2017”. Se trató de minerales de metales preciosos, madera aserrada longitudinalmente, alimentos para animales, plomo refinado en bruto y papeles y cartones sin recubrir.

El exministro de Hacienda de Paraguay, Santiago Peña, participó de la presentación del estudio. Según él, los desafíos de la agenda poscovid-19 son los mismos que ya existían antes. “Todos los países están tratando de cuidar los empleos y eso puede dar inicio a una serie de políticas proteccionistas, que impidan el aumento del comercio que necesitamos”.
Él dijo que los países de Latino­américa tienen poco flujo comer­cial. Las limitantes son la integración física de la región, la falta de coordinación en aduanas y acuerdos comerciales restrictivos.

Los países deben completar su transición digital total

El ministro de Producción, Iván Ontaneda, dio la bienvenida a las autoridades que participaron en el  Foro de Competitividad. Foto: Archivo / LÍDERES

El ministro de Producción, Iván Ontaneda, dio la bienvenida a las autoridades que participaron en el Foro de Competitividad. Foto: Archivo / LÍDERES

Redacción Quito, (I)
redaccion@revistalideres.ec
Insertarse en la Industria 4.0 es un eje fundamental para las naciones que buscan la competitividad y reactivarse tras la crisis generada por covid-19.

Así lo afirmó Iván Ontaneda, ministro de la Producción, en la inauguración del XI Foro de Competitividad de las Américas. La apertura del encuentro, por su parte, estuvo a cargo del presidente de la República Lenín Moreno.

“Uno de los aprendizajes más importantes que nos dejó la pandemia fue la importancia de la transformación digital. Los impactos de covid-19 pudieron haber sido mitigados si nuestra región hubiese completado su transición digital”, dijo el Ministro.

Este proceso no solo debe estar en manos de los gobiernos y las grandes empresas, sino de las micro, pequeñas y medianas organizaciones, así como también de la ciudadanía de las Américas.

Solo ello permitirá la reactivación económica en el presente y la inserción completa a la cuarta revolución industrial. Las políticas que se apliquen en este sentido deben impactar a cada eslabón de las cadenas productivas.

Precisamente, durante las ponencias se destacó la importancia de que América impulse el desarrollo empresarial, generando un ecosistema en el que proliferen los emprendimientos y se generen fuente de empleo.

Se destacó la situación de Ecuador, con base en datos del Global Entrepreneurship Monitor, con relación a su alto índice de actividad emprendedora temprana. “Uno de cada tres ecuatorianos ha emprendido, pero nueve de cada 10 negocios desaparecen en un periodo de tres años”, señaló el funcionario.

Agregó que el país necesita inversión extrajera directa. Enumeró que en los últimos dos años se han aprobado 140 contratos de inversión en el país, por un monto cercano a USD 3 000 millones.

A decir del funcionario, esos capitales se han destinado a actividades de alto contenido tecnológico e innovación , en diferentes sectores productivos del país.

También se deben impulsar a áreas productivas de alto dinamismo entre las que está la exportadora, que fue un pilar fundamental en un año de crisis.

Las delegaciones de los países participantes del foro también destacaron este punto. Desde la brasileña, además, se insistió en la importancia de la atracción de inversiones y el apoyo a las pymes.

Brasil cuenta con un plan basado en cuatro pilares para ese sector: formalización de las 9 millones de pymes del país, a través de una menor burocracia; créditos; mejora de habilidades gerenciales y digitalización.

A todo esto Alejandra Tapia, docente en Negocios de la Universidad de Las América (Udla), señala que se debe tratar que se concrete una evolución similar de los países tanto en temas empresariales como en la transición completa hacia la digitalización.

Para ella, la suscripción de acuerdos es una vía para lograrlo. “Existen aspectos tecnológicos, oportunidades para intercambio de experiencias, fomento del sector empresarial, etc. A un país le hace competitivo, además, la atracción de inversiones”, dice.

Por otro lado, es fundamental la capacitación de la mano de obra. Considera que la especialización es clave para la digitalización.