Considera que viajar es una experiencia que le permite a las mujeres romper con el statu quo y mirar al mundo de manera diferente. Dice que hay que viajar informado sobre cada cultura. Foto: Julio Estrella / EL COMERCIO

Considera que viajar es una experiencia que le permite a las mujeres romper con el statu quo y mirar al mundo de manera diferente. Dice que hay que viajar informado sobre cada cultura. Foto: Julio Estrella / EL COMERCIO

Adriana Márquez: ‘La vida puede cambiarle totalmente a una mujer con un viaje’

16 de agosto de 2019 10:29

Demostrar a las mujeres que viajar solas es una experiencia que transformará sus vidas es parte del día a día de la comunicadora Adriana Márquez.

A través del periodismo de viajes ha mostrado diferentes destinos. Su formación se amplió gracias a un diplomado en artes visuales e industria creativa y cursos de fotografía documental que realizó en Australia.

Entre el 2016 y el 2019 viajó sola por el mundo; cada vez que regresaba por corto tiempo a Ecuador halló mujeres quienes le preguntaban cómo lo hizo y cómo encontrar sus historias, pero no contaba con una página electrónica.

Es así como desarrolló un blog en el que puso toda la información sobre sus viajes. Esta idea creció y se convirtió en una plataforma colaborativa de mujeres, denominada Plumaword.com, en la que cada una también podía contar sus experiencias por el mundo.

Próximamente, Adriana busca abrir en su sitio de Internet una venta de asesoría para que las viajeras encuentren todo lo que requieren. Su idea es impulsar el empoderamiento femenino.
Vida

“Un viaje te puede cambiar completamente la vida. Mis ganas de viajar tanto tiempo sola se dieron tras la muerte de mi hermanito menor. Muchas mujeres pasamos por golpes duros de la vida de los cuales no encontramos una escapatoria; se cae en una especie de depresión, de problemas de carácter existencial.

Apartarse de lo conocido, del statu quo, ayuda a descubrir cosas y a fortalecerse espiritualmente. Mejora la autoestima y la parte física. Uno puede reevaluar los problemas cuando hay tanta belleza y, a la vez, cosas shockeantes que existen alrededor”.

Mujeres y viaje

“Lo que necesitamos las mujeres para recorrer lugares es información. Es lindo llegar a un lugar y sorprenderse al descubrir nuevas cosas. Pero es básico llegar sabiendo mucho de esa cultura.

Cuando me fui a Tanzania, lo único que quería era ir a la isla Zanzibar. Cuando yo llegué pasó algo que me shockeó un montón: es un país extremadamente musulmán. Incluso en la playa, las mujeres estaban cubiertas.

Ante esto uno debe tener el conocimiento de la cultura porque no puedes llegar a imponer. No es el espacio donde uno creció y se debe ser respetuoso.

Mientras las mujeres estemos informadas no pasa nada. Es una prioridad, además, un seguro de viaje. También debemos saber dónde nos vamos a hospedar.

En mi plataforma existen los testimonios de mujeres en distintos países. Se encuentran ‘tips’ para no correr peligro alguno.

Un problema que tenemos las mujeres para viajar es que poseemos mucho miedo de la parte que nos puede shockear de otras culturas, del machismo, etc. Hay un montón de factores que evitan que se pierda este temor”.

Cultura y machismo

“En el sudeste asiático no existe miedo porque en la religión y la cultura no predomina el machismo, en Latinoamérica sí. En la cultura musulmana hay ciertos puntos que pueden llegar a asustar.

En Ecuador las mujeres viajan más que los hombres, pero más por trabajo o estudios. Al recorrer el mundo la cabeza se abre.

Cuando yo recién iba a viajar sola, traté de encontrar foros sobre mujeres que habían viajado de esa forma desde Ecuador y no lo hallé. No ha sido parte de nuestra cultura que las mujeres viajen solas.

Cuando yo recién me iba a ir me dijeron que estaba loca y me metieron muchos miedos.
Luego regresé y les conté a mis amigos que hice un trekking cinco días sola alrededor de los Himalayas, igual me dijeron que estaba loca. Conforme fue pasando el tiempo, la gente empezó a sorprenderse sin juzgar sino a admirar, lo que me alentó a seguir.

Conozco mujeres que se quedaron sin trabajo, luego de muchos años, y ahora quieren viajar solas. Otras lo hacen por migración; tengo un texto en mi plataforma sobre una mujer que salió de Venezuela y atravesó Brasil y Perú para llegar a Ecuador.

Cuando las mujeres regresan de los viajes traen una seguridad en ellas mismas que se vuelve contagiosa. Miran el mundo con otra perspectiva, son distintas.

Se trata de viajes por transformación y no por vacaciones o negocios. Es importante compartir las experiencias entre mujeres.

A través de mi espacio de Pluma se arma una bitácora de todas, escrita por todas y para todas.

Al leer toda la información es más fácil conectar directamente las personas. Viajar es un espacio personal y uno quisiera que otras mujeres vivan esas experiencias.