El orito que se exporta a China y Rusia es el producto que más demandan los compradores de Terra Sol. La asociatividad les permitió acceder al mercado internacional, donde ganan más. Foto: Glenda Giacometti / LÍDERES

El orito que se exporta a China y Rusia es el producto que más demandan los compradores de Terra Sol. La asociatividad les permitió acceder al mercado internacional, donde ganan más. Foto: Glenda Giacometti / LÍDERES

Ocho agricultores que ya venden en el extranjero

22 de mayo de 2018 11:12

Antes de convertirse en una asociación, los ocho agricultores que ahora forman parte de Tierra Sol comercializaban sus productos en el mercado nacional y obtenían poca rentabilidad. Hoy lideran una de las agrupaciones más prósperas y rentables del cantón La Maná, en Cotopaxi.

Sus productos se comercializan, principalmente, en Rusia y China. Allí los plátanos ecuatorianos de tres variedades distintas tienen una alta acogida por su sabor y buena apariencia.

“Decidimos asociarnos porque nuestras fincas eran muy poco rentables. Las bananeras grandes ya estaban en el mercado internacional y a nosotros nos tocaba venderles a los intermediarios”, cuenta Álex Cañas, directivo de la Asociación Tierra Sol.

La primera meta de la organización fue la exportación directa. Sus productos ya tenían la calidad necesaria, pero hacía falta un mercado y los contactos con los compradores en el exterior.

Cada socio invirtió USD 20 000 en la constitución de la empresa. El dinero no solo se usó en los trámites legales, necesarios para convertirse en exportadores, sino para viajar al extranjero.

Los agricultores participaron en ruedas de negocios y enviaron muestras para que los compradores hicieran las pruebas; eso los catapultó internacionalmente. Hoy su fruta está entre las más recocidas dentro del mercado ruso.

A pesar de que entre los ocho socios de la empresa suman 200 hectáreas de tierra, lo que los pone en desventaja frente a las grandes bananeras, tienen uno de los emprendimientos más prósperos de la zona tropical de Cotopaxi.

Tierra Sol factura en promedio USD 300 000 anuales y comercializa unas 2000 cajas de banano cada semana. Toda la producción se envía por vía marítima a Rusia, sus mayores compradores, y a China en varias temporadas.

Los socios mejoraron su calidad de vida solo unos meses después de organizarse, en el año 2010. “Vendíamos las cajas de plátano a USD 4, y debido a que no tenemos una gran extensión de tierra, producir ya no era rentable”, recuerda Paúl Peñaherrera.

Una nueva variedad de plátano surgió en la Finca Zhortav, en Cotapaxi. Foto: Glenda Giacometti / LÍDERES

Una nueva variedad de plátano surgió en la Finca Zhortav, en Cotapaxi. Foto: Glenda Giacometti / LÍDERES

Cumplir con todos los parámetros requeridos por los compradores y con los trámites legales para convertirse en exportadores fue uno de los desafíos más fuertes que tuvieron que superar. Los socios y sus empleados aprendieron todo sobre el empaquetado perfecto para que su mercancía llegue en buenas condiciones y en el tiempo adecuado al exterior.

“La revisión policial a nuestros buques se hace sin cuidado y la mercadería se estropea, hemos recibido reclamos de nuestros compradores”, cuenta Cañas.

Otra dificultad que han encontrado son las políticas aduaneras. “Si no hacemos envíos en una cantidad de tiempo nos toca renovar nuestra licencia de exportadores y esos papeles son costosos. Las empresas grandes no pagan eso”, cuenta el socio Paúl Peñaherrera. A pesar de los desafíos, la firma se abrió paso en Europa al registrar la importadora Latin Soul. Los asociados son sus dueños.

Esta nueva empresa se dedicará a la comercialización del plátano ecuatoriano en varios países. Así, la rentabilidad será aún mayor porque las ventas serán directas.

El producto estrella de Tierra Sol es el orito, que en el extranjero se conoce como ‘baby banana’. En países como Rusia y China, esta variedad es novedosa y por ello su demanda es bastante alta.

Los socios también producen en sus propiedades plátano dominico, barraganete e, incluso, híbridos de estas variedades. En una de las fincas surgió una nueva, que se la estudió en el Iniap, la cual tiene dos filas de plátanos (regularmente, solo hay una).

“Nuestro producto se caracteriza por su sabor y textura. Estas tierras son muy productivas y están al pie de la cordillera, eso hace que la calidad de nuestros plátanos sea superior”, dice Cañas.

Extenderse en nuevos territorios no se encuentra entre los planes inmediatos de los socios. Sin embargo, ellos sí esperan crecer en ingresos cuando entre en actividad la comercializadora. Además, a largo plazo esperan exportar otros productos como guanábana y aguacate. En las fincas ya se hacen pruebas de calidad de estas frutas tropicales.

Cifra

2 000 Cajas exporta semanalmente Tierra Sol. Los compradores están en Rusia y China.