Santiago Shgirla (izq.) y Darío Boada fundaron esta empresa que crea tecnología y herramientas digitales para el agro, minería, petróleo y otras áreas. FOTO: Diego Pallero / LÍDERES

Santiago Sghirla (izq.) y Darío Boada fundaron esta empresa que crea tecnología y herramientas digitales para el agro, minería, petróleo y otras áreas. FOTO: Diego Pallero / LÍDERES

Esta agrotech conecta hasta Malasia

2 de octubre de 2022 23:55

Esta startup ecuatoriana ganó en Costa Rica un cupo para acceder al financiamiento de un fondo de inversión.

Es una de las nueve escogidas por el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA), para ofrecer soluciones tecnológicas y la digitalización del campo de la región.

La empresa nacional AGP Geospatial Company fue una de las 800 fintechs de Latinoamérica y el Caribe que acudió a la convocatoria de este programa.

Con su tecnología se sabe si un cultivo está sano o enfermo, si el suelo tiene nutrientes, si el agricultor cuida las áreas protegidas o las invade, si usa químicos o si su producción es orgánica. Es decir, se tiene toda la trazabilidad del cultivo.

Darío Boada, gerente de esta startup, cuenta que desarrollan su plan para presentarlo a la empresa asesora de inversiones Vista Alta Management Solutions (VAMS), que se reunió en Costa Rica con las fintechs seleccionadas. VAMS es una plataforma financiera que apalanca negocios para impulsar la transformación digital del agro.

Su modelo de negocio se basa en crear alianzas con organizaciones, organismos externos, gobiernos locales o empresas para crear productos que se adapten a sus necesidades, dice Boada.

La tecnología, conocimiento, experiencia y herramientas digitales de AGP Geospatial se usan en Malasia, México, Colombia, Perú, Chile, Argentina, Guatemala, Panamá y Ecuador.

Su conexión con Malasia, uno de los dos mayores productores mundiales de palma aceitera, comenzó por ese cultivo. En Malasia, AGP Geospatial firmó un contrato con la Mesa Redonda de Aceite de Palma Sostenible, para la emisión de la certificación RSPO.

La RSPO avala a los productores y otros seis actores de la cadena, como sostenibles en lo ambiental, laboral y social. Eso les permite exportar a Europa, cuenta Boada. Para conseguir esa certificación se usa la plataforma de evaluación del cultivo de AGP, que elabora informes sobre el cumplimiento de las normas de la RSPO. Su proceso automatizado y costo son sus ventajas. Al haber hecho el censo del cultivo de la palma ecuatoriana tienen la tecnología y cuentan con la certificación ISO 9000.

BID Invest, el IICA, el Ministerio de Agricultura, Propalma, prefecturas, la empresa Airbus y otras organizaciones son sus clientes o socios estratégicos en su expansión tecnológica. Su especialidad es crear tecnologías para el agro, pero también para defensa, seguridad, telecomunicaciones, minería, petróleo y otras áreas públicas y privadas. Por eso, su alianza con la gigante Airbus.

El BID es su cliente frecuente. Recientemente comenzaron un programa de geofertilidad en el cantón Pimampiro de Imbabura. La Prefectura, el Municipio y las Juntas Parroquias tienen apoyo del BID para apoyar a los agricultores con el uso de la plataforma SAT Agro.

Sherman Ortega, director General de Desarrollo Económico de la Prefectura, cuenta que esta empresa ha ayudado a entender las nuevas tecnologías, para el servicio de los pequeños productores.

Además de geofertilidad se digitalizarán los manuales para la granadilla, el mango y el aguacate. El agricultor recibirá mensajes a su teléfono sobre cualquiera aspecto de esos cultivos.

El acceso tecnológico de los campesinos es un aspecto que destaca Carolina Corral, consultora del programa Asistencia Técnica Utilizando las Tecnologías Digitales para los Pequeños Agricultores del BID Invest sobre AGP.

La especialista de la oficina del BID Invest en México comenta que después de un proceso de selección se escogió a esta empresa ecuatoriana para sus proyectos. “Tiene expertos en cartografía digital y compromiso con los pequeños agricultores para que accedan a tecnología flexible y sencilla de aplicar”.

Con el apoyo del BID también se trabaja con los agricultores de la Amazonía, a través del proyecto Proamazonía. 

Boada y su socio Santiago Sghirla, dos estudiantes de agronomía, crearon esta iniciativa en el 2005 para ofrecer servicios de agroprecisión, pero fue en 2019 cuando despegaron como una agrotech y se internacionalizaron.

ALGUNOS DATOS

10 personas trabajan en la empresa. Son expertos en el manejo de software, cartografías, imagen satelital y otras herramientas.

1 millón de dólares es la previsión de ventas para el próximo año, con los nuevos proyectos que se concretaron en este año.

2017 La empresa realizó el censo nacional del cultivo de la palma aceitera. En ese año descubrieron que 140 000 hectáreas se perdieron por el hongo de la pudrición del cogollo.


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