La ejecutiva considera que no se debe renunciar ni a la familia ni a la profesión. El apoyo de la pareja es fundamental cuando se tiene un hogar e hijos que necesitan de cuidado. Foto: Julio Estella / EL COMERCIO

La ejecutiva considera que no se debe renunciar ni a la familia ni a la profesión. El apoyo de la pareja es fundamental cuando se tiene un hogar e hijos que necesitan de cuidado. Foto: Julio Estella / EL COMERCIO

Carolina Enriquez
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Ana María Cajiao: ‘Las mujeres ejecutivas podemos ser un ejemplo para otras’

9 de enero de 2019 11:30


Desde que era niña, Ana María Cajiao quiso trabajar en el sector de la aviación. Hoy cuenta desde su oficina como gerenta de Aeroméxico en Ecuador, que ya lleva 14 años desempeñando actividades en esa industria.

Cajiao estudió sus primeros años en Latacunga, de donde es oriunda; su educación superior la desarrolló en la carrera de turismo de la Universidad Católica. Uno de sus sueños fue trabajar en un aeropuerto y siendo todavía muy joven lo consiguió.

Ingresó al área de operaciones de Avianca y luego trabajó en el GSA de Air Canada. Su trayectoria le permitió, hace cinco años, enrolarse en Aeroméxico, primero como ejecutiva comercial y ahora como gerenta en Ecuador.
Colaboración

“Tengo un esposo que me apoya muchísimo en todo lo que tiene que ver con mi carrera profesional. La industria del turismo requiere que uno esté movilizándose de manera constante.
Es muy importante el apoyo de la familia y yo soy afortunada. Tengo dos hijos pequeños, uno de siete y uno de tres; ellos nacieron así, acostumbrados desde muy pequeños a que su mamá viaje.

Ser mujer es positivo en cualquier industria porque tenemos un sentido de organización muy fuerte, lo que ayuda mucho a planificar, solucionar problemas, llegar a la gente y vender.

Yo creo que no se debe renunciar a cosas por ser mujer. En mi caso, tengo que hacer al menos cuatro viajes al año de una semana. No es que mi bebé nació y me dijeron esperemos que cumpla el año y luego viaje: el primer viaje que hice luego de que mis hijos nacieron fue a sus cinco meses.

Dejarles una semana fue súper duro, pero creo que es algo que también debía hacer. Yo soy muy apasionada con mi trabajo, me encanta. No es que renuncié para no dejarle a mi hijo por una semana, sino que hice una pausa para desarrollar actividades de mi tiempo, de mi profesión.

No he renunciado a mis hijos, también tengo mi propio tiempo. Lo interesante es tener el apoyo.

Yo tengo muchos eventos y mi esposo, gracias a Dios, entiende que todo es parte de mi trabajo”. Empleo “La firma en la que laboro confía muchísimo en las mujeres. De hecho, en América Latina, de todos los gerentes, solo uno es hombre.

Me gusta trabajar con mujeres: son responsables y entregadas al trabajo. Mientras vamos creciendo como empresa se van abriendo plazas para que ellas puedan ascender, aplicar a nuevos puestos.

En este momento, por ejemplo, tenemos una nueva posición de ejecutiva comercial y subirá una de las chicas de ‘counter’. Siempre estoy pendiente que estén bien con ellas mismas y sus familias; cuando alguien está feliz, entregará lo mejor.

No creo que deba haber una diferenciación entre hombres o mujeres. Todos tenemos las mismas capacidades y deberíamos tener las mismas oportunidades.

No por ser mujer una trabajadora necesita que una empresa le brinde algo especial como un pago mayor o menor. Todos nos merecemos las mismas oportunidades y tenemos los mismos derechos. Es uno quien construye su carrera y va caminando en ello.

No creo que uno deba decir que por ser mujer le tengan a uno que ceder el puesto o abrir la puerta. Cada uno está en capacidad de hacer todo por uno mismo.

Durante la etapa en que desarrollé mi carrera nunca enfrenté dificultades o barreras por el hecho de ser mujer. Lo que me pasó es que cuando apenas estaba empezando tenía muchas veces reuniones con gerentes, que eran mucho mayores, y ‘no me tomaban en serio’; sin embargo, eso se va superando, la gente va conociendo el trabajo de uno”.

Mujeres

“Me encanta que haya agrupaciones de mujeres emprendedoras, empresarias, involucradas con la sociedad. Me gusta porque dentro de ellas uno puede compartir la experiencia propia.

Todavía hay mujeres que piensan que por su género no pueden aspirar a un puesto, a una gerencia, a una jefatura. Entonces, creo que al conocer que sí hay casos, que hay mujeres que lo han logrado, se crea una motivación para que más chicas trabajen por alcanzar sus metas profesionales.

Para las mujeres más jóvenes, de colegios o universidades, estos grupos permiten que conozcan ejemplos de ejecutivas y digan ‘yo quiero ser como ellas’, ‘quiero estudiar’, ‘¿qué estudió ella?’, ‘yo quiero ese puesto’.

Las mujeres en puestos directivos podemos servir de ejemplo para aquellas que están construyendo sus carreras”.