Uno de los talleres es el de colocación de cerámicas. Al menos 300 personas se capacitan. Foto: Cortesía Hogar de Cristo
Andreína Laines Redacción Guayaquil / LÍDERES
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El Banco es un colector de solidaridad

Los materiales, insumos inmobiliarios y demás artículos que sobran en las obras de construcción, remodelaciones o aquellos que aparentemente no tienen ninguna utilidad para sus propietarios, son útiles para el Banco de Materiales de la Fundación Hogar de Cristo.

Este centro es el nexo para que más de 3 000 familias de escasos recursos económicos accedan a la compra, por un valor simbólico, de materiales donados por empresas u organizaciones.

Los donativos pasan por un proceso de recuperación, que incluye la reparación, pintura y adecuación del bien. El trabajo de carpintería lo realizan tres personas, quienes además fabrican productos mobiliarios como mesas, bancos, cajoneras, anaqueles, armarios, camas...

Margarita Flores, habitante del sector Paraíso de la Flor, ubicado en Flor de Bastión, una de las zonas periféricas en el norte de Guayaquil, adquirió por USD 5 una puerta para su dormitorio.

El dinero que se recolecta es destinado para comprar los materiales que se usan en la reparación de las donaciones y sostener otros rubros como transporte. Para Flores, quien además ha comprado artículos como boquillas o bisagras, este 'banco' es una oportunidad de obtener artículos que no hubiese podido adquirir y también es un sitio para aprender.

El año pasado ella, junto con otras 300 personas, asistió a diferentes talleres de capacitación y asesoramiento técnico para el mejoramiento de la vivienda, como la fabricación de muebles de caña y bambú, colocación de cerámica, etc.

Julio Beccer es un argentino que coor­dina el proyecto en la ciudad, y tiene un galpón en Monte Sinaí. Él comenta que esta iniciativa se puso en práctica en su país natal y desde hace cuatro años se implementó en Ecuador. "Las personas que tienen poco son muy creativas con lo que a otros no les sirve, les sobra o no le prestan atención", comenta Beccer.

Empresas como Graiman les dona cerámica que no está apta para la venta al público; este material es usado por los beneficiarios para armar pisos con diferentes tamaños, formas y colores, como si se tratara de un collage.

Al menos ocho empresas colaboran cada mes con el Banco de Materiales, entre ellas: Madesa, Diteca, Mafrico, Novopan, Remar y los bancos Amazonas, Pichincha y Guayaquil. También hay unas 80 compañías que al menos han donado una vez. Las universidades también son parte de este proyecto. Beccer cuenta que al menos reciben un universitario por mes, que realiza las prácticas de vínculos con la comunidad. Por ejemplo, dos estudiantes de Arquitectura de la Universidad Católica Santiago de Guayaquil evaluaron algunas casas de Hogar de Cristo y dieron asesoramiento para posibles mejoras en esas viviendas.

Beccer enfatiza en que es primordial contar con el aporte de las empresas privadas u otras organizaciones. El objetivo del Banco de Materiales es captar la ayuda de las empresas y mejorar la forma de vivir de otras personas.