Foto referencial. En las fotos se observa cómo dos de los clientes reciben asesoría de un barbero de Barber House. Foto cortesía

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Redacción Líderes
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Esta barbería se reinventó ante la cuarentena por el covid-19

21 de abril de 2020 14:42

La emergencia sanitaria que vive Ecuador, con las medidas de restricción implementadas por las autoridades, no frenaron el espíritu emprendedor de Barber House. Este negocio, con un local en Cumbayá y otro en Quito, se vio afectado como la mayoría de negocios que tuvieron que cerrar sus puertas por el covid-19.

Su fundador José Aguirre cuenta que ambos locales se cerraron a mediados de marzo. Tras unos días de incertidumbre Barber House decidió probar un servicio virtual, en el que mediante una videollamada ofrece asesoría a sus clientes. La idea fue mantener el contacto y mostrar que el negocio estaba preocupado por sus clientes, explica Aguirre.

“Ellos vienen cada dos o tres semanas y en esta cuarentena nos escribían preguntando cómo les podíamos ayudar debido a que ya tenían el cabello crecido”.

Macarena Zaldumbide es una de las personas que se contactó con Aguirre para recibir ayuda virtual. Su esposo y sus hijos son clientes habituales de Barber House. El pasado 7 de abril ella recibió la ‘visita’ de uno de los barberos del negocio.

“Desde el primer minuto de la llamada sentimos el profesionalismo, cariño y respeto con el que nos iban a guiar en este proceso”, dice Zaldumbide, quien nunca antes había cortado el cabello de su esposo ni de sus hijos.

La mujer estaba un poco nerviosa. Pero con la ayuda Marcos, el barbero, lo logró. “Primero le mostramos los implementos que teníamos en la casa. Marcos nos fue dando las instrucciones y logramos, entre paciencia y risas, hacer el corte. Íbamos moviendo la cámara para que Marcos pueda ver el avance”. Al final todos quedaron contentos con la videollamada y con la atención brindada.

“Aprendimos algo nuevo y disfrutamos de una distracción por una hora. Fueron puntuales, pacientes y profesionales”.

Aguirre cuenta que en las dos primeras semanas de esta nueva modalidad se hicieron cerca de 100 cortes de cabello y barba, por medio de videollamadas. El costo sugerido es de USD 5, pero existen clientes que pagan algo más. “La idea es mantener el empleo de los 11 barberos que tiene Barber House hoy en día en sus dos locales”, explica Aguirre.

El emprendedor añade que lo más difícil fue el cambio de paradigma, romper el esquema tradicional y creer firmemente que una idea aparentemente descabellada puede funcionar. “Nuestro oficio es puramente de contacto realizado por un profesional, en este caso los clientes ponen su confianza en nuestra capacidad pedagógica y en la habilidad de quien haga las veces de ‘barbero en casa’. Socializamos la idea a la interna, definimos protocolos y nos lanzamos”.

¿Cómo reaccionan los clientes? Aguirre dice que la marca cuenta con la confianza y la solidaridad de los usuarios. La idea fue recibida de muy buena manera principalmente por la capacidad de reinvención mostrada.

Además, Barber House, que incorpora la marca Barber Home por la cuarentena, tiene un par de clientes en el extranjero. Uno de ellos es Mario Ortiz, quien vive en Canadá. “El haber logrado un asesoramiento técnico para poder cortarme yo mismo el cabello lo hace interesante y se hace divertido cuando el asesoramiento técnico es bien impartido por alguien que sabe”, dice desde Canadá.