El emprendimiento ­familiar elabora ocarinas, flautas, botellas silbato... que los venden en la Plaza de los Ponchos (Otavalo). Foto: José Luis Rosales / LÍDERES

El emprendimiento ­familiar elabora ocarinas, flautas, botellas silbato... que los venden en la Plaza de los Ponchos (Otavalo). Foto: José Luis Rosales / LÍDERES

Con barro hacen réplicas de instrumentos

13 de febrero de 2020 12:05

La armonía de ocarinas, flautas, botellas-silbato de agua y más sedujeron a Jorge Farinango. Desde hace cuatro años, el artista imbabureño lidera un proyecto para la elaboración en barro de réplicas de este tipo de instrumentos sonoros antiguos.

Con el apoyo de su esposa, María Soledad Ángulo, abrió el taller Vestigios Cerámica Ancestral, en Ibarra (Imbabura). Este emprendimiento cultural busca poner en valor estos artefactos inspirados en los pueblos originarios.

Farinango se graduó de bachiller en Artes, en la especialidad escultura, en el Instituto Daniel Reyes, de San Antonio de Ibarra.

Sin embargo, ahora alterna su pasión por el arte con la actividad de empleado público en la Empresa Eléctrica Regional del Norte.

En este lapso ha ido descubriendo las particularidades que tiene cada cultura. Una ocarina de la zona interandina, por ejemplo, por su tamaño pequeño tiene los sonidos más agudos.

En tanto que un silbato en forma de tucán, de origen azteca, se asemeja al canto de las aves.
Uno de los artefactos que más ha sorprendido a Farinango son las botellas-silbato de agua, de la cultura Chorrera.

En el interior hay un sistema acústico. Cuando el líquido ingresa y rota de un envase a otro, por la presión que ejerce en ese movimiento, produce un sonido.

Todos estos detalles los ha aprendido al estudiar catálogos y documentos digitales elaborados por arqueólogos, que han realizado estudios en el país.

También ha visitado museos como el Centro Cultural Ibarra, Casa del Alabado, en Quito; Pumapungo, en Cuenca, y galerías particulares.

Las piezas se elaboran con barro que se recolecta en Urcuquí e Ibarra. Con estas se logra una consistencia ideal para modelar y hornear los objetos.

Se empieza mezclando tierra y agua. Se fricciona con las manos o los pies hasta darle flexibilidad; la masa debe reposar dos meses.

Jorge Farinango y Soledad Angulo impulsan una iniciativa que busca revalorizar instrumentos ancestrales. Foto: José Luis Rosales / LÍDERES

El emprendimiento ­familiar elabora ocarinas, flautas, botellas silbato... que los venden en la Plaza de los Ponchos (Otavalo). Foto: José Luis Rosales / LÍDERES

Una vez que está listo el material se procede con el modelado de las piezas. No utilizan patrones y los acabados son rústicos.

Ángulo no sabía nada sobre este tipo de alfarería. Pero con los conocimientos compartidos por su cónyuge empezó a modelar los primeros objetos.

Una de sus piezas preferidas es la figura de una Venus de Valdivia, que representa a una mujer en estado de embarazo.

El fabricar las imágenes es algo sencillo, lo difícil es que al usarlas tengan un sonido agradable. Cree que al modelar la pieza y convertirla en instrumento le da vida.

Con el paso del tiempo, los esposos han ido perfeccionando su habilidad. La técnica del ahumado, que incluye el uso del aserrín, les permite lograr diferentes colores.

En la mayoría de los casos, Angulo elabora las figuras y Farinango se encarga de darles el sonido. Aunque no es músico ha aprendido algunos conceptos básicos.

La inversión para instalar el taller no supera los USD 1 000, que se invirtieron en la construcción de un horno artesanal y la materia prima. Por ahora, el obraje está reubicado en el barrio de Tanguarín, de San Antonio de Ibarra. En esta localidad también hay talleres de cerámica utilitaria.

Los trabajos de Vestigios Cerámica Ancestral han salido del país de la mano de turistas extranjeros que visitan la Plaza de los Ponchos, en Otavalo.

Jorge y su hermano Santiago, quienes elaboran instrumentos de madera, tienen un puesto en este mercado artesanal, uno de los más grandes de la región.

Los extranjeros muestran más interés por este tipo de elementos. Algunos tienen conocimientos sobre las características de cada cultura, señala Farinango.

“Ellos tienen una curiosidad innata. Les gusta manipular y saber a fondo cómo se hace una pieza de barro. Por eso, también hacemos talleres para que elaboren su propio instrumento”.

Las piezas han sido adquiridas por músicos populares como el cantautor Enrique Males y el musicólogo Carlos Freire.

Otros datos

Los artículos 
los promocionan a través de Facebook: Vestigios Cerámica Ancestral.

El costo de los silbatos es de USD 10. Hay piezas sonoras de hasta USD 180.

En el 2019 los emprendedores asistieron a la feria del Centro Interamericano de Artesanías y Artes Populares.

Sus artículos han ido a España, Alemania, Francia, etc.

El investigador Esteban Valdividia les ha compar­tido sus conocimientos.

Su próxima meta es implementar un museo itinerante para ir a las parroquias rurales.