Mauricio Morales, el actual administrador del negocio, junto al equipo de trabajo. El local se encuentra ubicado en la Benalcázar y Espejo. Foto: Alfredo Lagla / LÍDERES

Mauricio Morales, el actual administrador del negocio, junto al equipo de trabajo. El local se encuentra ubicado en la Benalcázar y Espejo. Foto: Alfredo Lagla / LÍDERES

Esta cafetería en Quito brinda una experiencia a sus clientes

5 de marzo de 2018 06:39

En las estrechas calles del Centro Histórico de Quito el aroma a café conduce a una tienda que permanece detenida en el tiempo.

El Café Águila de Oro ‘transporta’ a sus clientes al Quito tradicional de la década de 1940.
La estética de este local mantiene la mayoría de elementos de cuando empezó el negocio en el año de 1948, indica Mauricio Morales, el actual administrador.

El Café Águila de Oro fue fundado por la familia del señor Alfonso Moya, quien vendió este establecimiento pocos años después al coronel Luis Alfredo Almeida.

Vinicio Morales empezó a trabajar en este negocio en 1971 cuando apenas tenía 15 años. Su hijo, Mauricio, cuenta que su padre trabajaba en la inspección del café en crudo para eliminar cualquier impureza. Después tuvo otros cargos como la molienda y el despacho.

Esta cafetería se distinguía por procesar su propio café según los requerimientos de su cliente.
El 12 de septiembre del 2005 Vinicio Morales adquirió esta cafetería. El local siempre se mantuvo en el Centro Histórico. Actualmente, se encuentra ubicado en la Benalcázar y Espejo.

El café de variedad arábiga lo obtienen de la provincia de Loja, específicamente de los sectores de Puyango, Álamo, Chaguarpamba, Quilanga, entre otros.

Morales explica que estas zonas son de las mejores del país en cuanto a la calidad del café. El negocio adquiere entre 100 a 150 quintales en los meses de cosecha que son entre junio y septiembre.

El café en crudo pasa por un control de calidad en el que se revisa que el material no contenga impurezas.

Posterior a esto es llevado a una tostadora de aproximadamente 70 años. Morales comenta que la calidad de esta maquinaria austriaca se ha mantenido con el pasar de las décadas y que únicamente han tenido que darle mantenimiento. La casa que fabricaba esta máquina de marca ‘Victoria’ ya no existe, explica Morales.

En este proceso existen tres grados de tueste: Fuerte que se utiliza para el café oscuro como expreso o tintos, esta variedad tarda entre 20 a 25 minutos; mediano para el café ligero, entre 15 a 18 minutos; y el rubio el cual es el café más suave, su producción tarda aproximadamente entre 10 a 12 minutos.

El café tiene una producción totalmente artesanal y todo el proceso es apreciado por clientes que reaccionan con melancolía ante la antigüedad de las máquinas. Por este motivo para Morales es muy importante conservar la estética tradicional del local.

El cliente escoge el grado de tueste. En caso de que lo desee molido se realiza el procedimiento ese momento en un molino de marca ‘Giant’ que también tiene 70 años al igual que la máquina expendedora. Incluso, la máquina registradora de marca ‘National’ es un modelo clásico fabricado en la década del 40 del siglo pasado.

Morales comenta que sus clientes prefieren un café artesanal debido a que el sabor es más puro respecto un café en tinta o soluble. Además, comenta, esta concentración de aroma y sabor a posicionado al café oscuro como la variedad más vendida en el Café Águila de Oro.