David Grijalva vivió durante tres años en China, junto a su esposa Analia Terán. En ese país formó la empresa China Conexión, que se especializa en control de calidad y abastecimiento. Foto: Archivo particular

David Grijalva vivió durante tres años en China, junto a su esposa Analia Terán. En ese país formó la empresa China Conexión, que se especializa en control de calidad y abastecimiento. Foto: Archivo particular

Él se abrió camino para los negocios en China

13 de septiembre de 2018 09:42

David Grijalva asumió responsabilidades de empresario en su adolescencia.En su primer año de universidad, con 17 años, su padre enfermó de cáncer, circunstancia que motivó que él y su hermano tomaran las riendas del negocio familiar, especializado en artículos promocionales.

Él es el menor de seis hermanos, de una familia quiteña. Hijo de la maestra Concepción Pinto y de Edmundo Grijalva (+), presentador de noticias en radio y televisión, cantante tenor, empresario, publicista.

Fue en esa última faceta en la que lo acompañaron sus dos hijos varones: Ricardo, publicista, y David, ingeniero comercial, egresado de la Pontificia Universidad Católica del Ecuador, en 2001.

Pero desde mucho antes, a raíz de la enfermedad de su padre, David ayudó a sostener la compañía familiar, RGP Promociones.

El producto promocional estrella de la pequeña empresa era el reloj de pared. Luego el portafolio se amplió a esferos, calculadoras, camisetas... Toda una gama de artículos que adquirieron clientes como Volvo, Fybeca y especialmente laboratorios farmacéuticos (Life, Roche, Merck...).

Con la mejoría del padre de David, a mediados de 1999 decidieron constituir una nueva empresa, esta vez de personalidad jurídica. Se llamó Artim, Arte y Tiempo.

Al poco tiempo, Edmundo Grijalva recayó con un cáncer más agresivo y en 2001 falleció. Su hijo menor hoy lo recuerda como un hombre de espíritu luchador, que ante todo priorizó a su familia.

“Un pie adelante cada vez” era su lema y el que David ha puesto en práctica con persistencia en los negocios que ha emprendido.

Con el tiempo, Artim fue consolidándose en el mercado local, pero la diferenciación se hizo primordial. Esto lo lograron tras ser parte de la Asociación de Especialidades Promocionales (ASI, por sus siglas en inglés), lo que les permitió participar en ferias promocionales en EE.UU. de gran escala y enriquecer el negocio con una oferta de productos innovadores.

Sin embargo, con las nuevas limitantes que impuso la normativa ecuatoriana a las farmacéuticas para publicitarse y la entrada de una multinacional a su cartera de clientes, Artim se diversificó con una nueva línea de negocios: productos de incentivo para representantes de empresas de venta directa o por catálogo, como vajillas, electrodomésticos y más.

Las exigencias del nuevo cliente, con pedidos por el orden de los 70 000 artículos, motivó a David a viajar a China para conseguir proveedores.

El primer viaje lo hizo con la Cámara de Comercio Ecuatoriano China. Regresó con más dudas que certezas, pero le permitió conseguir algunos contactos.

Tiempo después una de esas personas comenzó a trabajar para Artim , desde China, encontrando proveedores. Mientras, en Ecuador, la firma crecía en la línea de incentivos, incluso abrió filiales para la fabricación local de productos en plástico y textil.

La importación desde China continuaba, pero tras varias estafas en temas de calidad y debido a mayores exigencias desde Ecuador para importar, David decidió hacerse cargo personalmente. En 2013 se mudó al país asiático con su esposa Analia Terán para abrir Guangzhou Conexión, en Cantón, una firma dedicada a control de calidad, que además de cubrir las necesidades de Artim brinda servicios a otras empresas.

Con la nueva firma, que en Ecuador y Colombia tiene sus filiales China Conexión, desarrollaron un software de gestión de abastecimiento y otro de compras por etapas, dirigido a Mipymes que deseen importar desde China. En 2016, David retornó al país, dejando a un equipo a cargo en China.

Durante su estadía en ese país compartió con otros ecuatorianos con quien hoy mantiene una amistad en Ecuador. A Galo Fraga lo conoció en el Consulado de Ecuador en China y resultó ser su vecino. Mateo García, quien trabajaba para una empresa textil en China, también fue su vecino. Ambos coinciden en que David es un profesional metódico y organizado. También lo describen como una persona ética y sincera.

Patricio Castro, su amigo desde hace unos 25 años, lo considera un visionario. Destaca también que la curiosidad le ha permitido innovar en los negocios.

China no solo le amplió el horizonte en el campo empresarial, sino también en la fe. Paradójicamente, en ese país se convirtió al cristianismo, a pesar de tener que practicarlo en la clandestinidad, por estar prohibida.

Un hecho que, dice este empresario, le cambió la vida. “Dios le da equilibrio a tu vida. Te enseña que todo es temporal y que nada tiene valor sino profesas el amor con los demás”.