Los campesinos mostraron las tunas, en el edificio patrimonial de la Gobernación de Tungurahua.  Foto: Glenda Giacometti / LÍDERES

Los campesinos mostraron las tunas, en el edificio patrimonial de la Gobernación de Tungurahua. Foto: Glenda Giacometti / LÍDERES

Los campesinos emprenden con la tuna

4 de julio de 2018 07:42

La rentabilidad de la tuna asoció a 10 productores del caserío La Esperanza, en Ambato. La zona árida y desértica de la zona es ideal para la producción de este fruto que no requiere de una gran cantidad de agua ni terreno húmedo.

Los campesinos con el apoyo de técnicos del Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG), Prefectura y Junta Parroquial de Montalvo buscan darle un valor agregado al producto.

Los trabajos iniciaron en enero y los resultados fueron presentados en la Gobernación de Tungurahua el pasado lunes. Allí ubicaron sobre las mesas los frascos con la mermelada de la tuna, vasijas con la pulpa y cajones de madera con la fruta. Los emprendedores entregaron a los visitantes galletas con la mermelada para su degustación.

“Nos organizamos para tener ganancias con el producto. No solo vamos a vender la tuna sino sus derivados que lo estamos elaborando de manera artesanal”, explica Beatriz Núñez.

La campesina, de 38 años, cuenta que la tuna siempre fue cultivada en la zona de Montalvo, Huachi Grande y parte del cantón Cevallos pero los bajos precios en la comercializan provocaron que algunos productores se desanimen en continuar produciendo.

Por ejemplo en el mercado Mayorista de Ambato, la caja de frutas puede llegar a costar entre USD 8 y USD 15, dependiendo de la temporada y la variedad.

Otros cambiaron los cultivos o los tienen abandonados como en los caseríos San José y El Empalme, ubicadas al sur de Ambato.

“El precio es una ventaja para los revendedores y un daño al productor. La tuna tiene buena aceptación en el mercado y eso nos motiva para continuar con el proyecto y seguir asociándonos”, indica Núñez.

El caserío cuenta con 20 hectáreas de las 50 que se cultiva en los cantones del sur de la provincia de Tungurahua. Las tunas blancas representan el 90% de la producción seguido de las moradas y amarillas.

Los técnicos de la dirección provincial del MAG de Tungurahua explican que los campesinos del caserío La Esperanza prefieren la blanca por considerarle dulce y apetecida en el mercado local.

Mientras que los agricultores de Cevallos y Huachi Grande cosechan la nopales amarilla por el tamaño y el rendimiento que representa el producto.

“Las propiedades nutricionales y energéticas son altas. Ayudan a reducir el colesterol, regenerar el estomago y cicatrizar las heridas al consumirlas”, indica la ex asambleísta Betty Jerez.

La indígena del pueblo Salasaka fue una de las asistentes a la feria de emprendedores. Ella adquirió las ocho tunas frescas en USD 1 por sus propiedades curativas.

“Muy pocas personas la consumen porque las cáscaras tienen espinos pequeños y es incómodo pelarlas. Los médicos me recomendaron consumirla”, cuenta Jerez.

La tuna es considerada un cultivo no tradicional en Tungurahua y por eso no cuenta con la maquinaria necesaria para procesarla. Los técnicos del MAG y del Gobierno Provincial realizan estudios para tener un manejo adecuado, valor agregado, producción y costos que beneficien a los campesinos. Por el momento se vende el frasco de 250 gramos con mermelada a un costo de USD 3.50, la sidra en USD 5 y la pulpa USD 3.

El presidente del junta pro mejoras de La Esperanza, José Bayas, explica que los funcionarios están analizando el real costo de producción y cuánto se produce en el año en la provincia. Los datos permitirán adquirir una máquina que les ayude en el proceso de limpieza a los campesinos.

“Los precios decaen y ahí es cuando aprovechan los revendedores. Ahora estamos dándole valor agregado con las presentaciones en mermeladas, néctar, helados y sidras que pueden ser utilizados en ensaladas o salsas”, indica Bayas.

Otro de los temas que trabajan es en el fortalecimiento de la asociación, posicionamiento de la marca y búsqueda de mercados.