Catalina Cajías en el Hotel Dann Carlton de Quito. Una imagen durante  el WEF en la India y un recorrido con elefantas en ese país. Una de las pasiones de esta empresaria es bailar tango. Fotos: Diego Pallero y archivo particular / LÍDERES

Catalina Cajías en el Hotel Dann Carlton de Quito. Una imagen durante el WEF en la India y un recorrido con elefantas en ese país. Una de las pasiones de esta empresaria es bailar tango. Fotos: Diego Pallero y archivo particular / LÍDERES

Carolina Enriquez
Descrición
¿Te sirvió esta noticia?:
Si 43
No 3

Brilló en la banca y hoy crece como una ‘coach’

18 de junio de 2018 09:08

Mes y medio atrás, en la ciudad india de Nueva Delhi, una ecuatoriana recibió el reconocimiento de mujer icónica creando un mundo mejor para todos durante el Foro Económico de Mujeres (WEF) por parte de este último y All ladies league.

Desde muy pequeña, la quiteña Catalina Cajías supo que su vida debía estar marcada por la causalidad, es decir por hacer que las cosas pasen. Eso, sin embargo, no impidió que tuviera que vivir momentos dolorosos y diferentes a los de otros niños y jóvenes.

A los siete años ella y sus dos hermanas se quedaron solo con su madre. Luego tuvo que apoyarla en su trabajo de venta de quesos, al por mayor y menor. Salía de la escuela y, en muchas ocasiones sin su progenitora, debía cargar el producto, entregar, cobrar y manejar fuertes sumas de dinero.

Eso fue clave durante su larga trayectoria en el sistema financiero nacional e internacional.
Gracias a su carácter decidido y al dinero que se ganaba con las ventas pudo estudiar la secundaria en un colegio privado. Lo primero que pensó al salir fue que quería trabajar; tras su graduación ingresó a Filancard, de la extinta entidad financiera Filanbanco.

Sin embargo, su sueño siempre fue laborar en Diners. Se dio modos para ingresar a la oficina de la jefa de recursos humanos, entregó su carpeta y le expuso su deseo de ser parte de la institución financiera. Al poco tiempo le llamaron y se quedó en esa firma por cinco años.

Durante esa época llegaron a su vida éxitos financieros y personales. Se casó, tuvo a su hija y gracias al desempeño de esta empresa compró su primer auto, un Fiat 1, con los 24 millones de sucres que recibió de sus utilidades.

Catalina se describe como una mujer a quien le gusta potenciar la mayor cantidad de habilidades que tiene, por lo que a los 24 años dejó su trabajo en relación de dependencia, emprendió y se convirtió en importadora de ropa de Colombia. Pero, por problemas médicos, durante un segundo embarazo, no pudo seguir adelante.

Su destino era el sistema financiero y el comercio. En esas áreas pasó, en altos cargos, por empresas como Indurama, una filial del Banco Solidario y, para 2008, Banco Pichincha.
En esta última entidad desarrolló proyectos vinculados a marketing, recursos humanos, liderazgo, ‘cash management’, optimización de espacios físicos, etc. También ocupó posiciones como jefe de producto automotriz o administradora de productos y servicios.

Luis Alberto Miño, ex colega de Catalina en la entidad, destaca que con ella se puede compartir criterios y experiencias para concretar negocios y proyectos. “Sabe manejar equipos de trabajo y relaciones con clientes de manera efectiva. La calidad humana de ella es notable”, comenta.

Además, por su personalidad, esas habilidades las desarrolló gracias a sus estudios de diplomado en el Instituto Tecnológico de Monterrey en coaching para negocios y gerencia estratégica de ventas. Con ello, a la par que trabajaba en banca dictó talleres de desarrollo personal, trainning...

Su formación se amplió gracias a un programa de liderazgo para mujeres organizado por el Incae Business School y un diplomado de dirección estratégica de capital humano y gestión del talento en la Universidad de Buenos Aires.

Con todo esto supo que debía cristalizar el proyecto de sus sueños: su propia marca en materia de coaching, a la que denominó Atributos. La empresa tiene como objetivos, entre otros, el empoderamiento de la mujer, el crecimiento integral y la igualdad de género.
A pesar que esta iniciativa crecía a poco, Catalina tenía que subir su último escalón en la banca. En 2017 le contactó el State Trust Bank, una entidad de inversión y manejo de patrimonio en EE.UU.

Dejó la banca nacional y pasó a dicha institución como gerente de negocios en Ecuador. Allí creó y planificó estrategias para promoción y mercadeo de portafolios de inversión en mercado de capitales, administración para clientes de patrimonio alto, etc.

Estuvo casi un año y medio. Debido a que la empresa no le permitía desarrollar dos actividades, renunció y optó por el coaching.

En medio de todo esto postuló, en la convocatoria hecha por She Is, para participar en el WEF de la India. Se la escogió entre un grupo reducido de CEOS y líderes de América Latina. “A Catalina se la premió por su trayectoria. Es una persona competente, profesional. Compartió ante 1 000 personas el trabajo que ha hecho”, indicó la colombiana Nadia Sánchez, presidenta de la fundación.

El viaje a la India también permitió que la ecuatoriana alcance la representación del WEF en el país, del que es parte de la mesa directiva latinoamericana.