El móvil es una herramienta útil para temas laborales, pero cuando su uso es regular para estos fines debe ser costeado por el empleado. Ilustración: Ingimage

El móvil es una herramienta útil para temas laborales, pero cuando su uso es regular para estos fines debe ser costeado por el empleado. Ilustración: Ingimage

Una línea difusa en el uso del celular en el trabajo

3 de agosto de 2018 11:32

Los beneficios del uso de un teléfono celular para temas laborales son indiscutibles, generando en muchos casos mayor productividad. Pero cuando se trata del teléfono personal, los límites no están claros, ni para la empresa ni para el trabajador.


Gabriel Recalde, director del Centro de Estudios de la Política Laboral, parte de una premisa y es que un dispositivo móvil personal forma parte de la libertad e intimidad de las personas. En 2017, 9 de cada 10 hogares en el país tenía al menos un teléfono celular activado, según el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC).

“El teléfono personal es para actividades privadas, salvo en el caso de un trabajador autónomo, puesto que el uso del celular forma parte de sus costos”, recalca.

Sin embargo, es muy frecuente que se reciban llamadas de trabajo al celular o que el empleado realice llamadas por temas laborales desde su móvil. Para Recalde, estos costos siempre deben ser asumidos por el empleador.

Adicionalmente, debe incluirse el pago de horas extras cuando esos contactos telefónicos se realizan fuera de horas laborales.

Byron Villacís, ex director del INEC, coincide en que deben ser gastos costeados por la empresa. Pero, aclara, que operativamente es difícil cuantificarlo cuando el uso del celular para temas de trabajo es marginal. Por lo que recomienda evitar en lo posible que esto suceda.

“Al inicio puede ser irrelevante, pero con el tiempo la persona se va acostumbrando y se vuelve más difusa la línea entre lo personal y el trabajo”, añade.

Cuando ya se vuelve indispensable el uso del celular para el trabajo, Recalde considera que las empresas deben analizar si costean la línea telefónica personal del empleado o si le entregan una línea de teléfono independiente para sus funciones laborales.

Las personas que laboran en ventas, comunicaciones o coordinando áreas logísticas y productivas son las que comúnmente requieren utilizar el celular para el trabajo, detalla Villacís.

Daniel Dávalos, gerente de la consultora de talento humano Selecta, es partidario de que en todos los casos la compañía asigne un teléfono móvil para uso laboral: “El equipo es una herramienta de trabajo en varios cargos ( los que tienen que ver con servicio, ventas, proveedores). Es normal que la empresa asigne un móvil con el servicio pagado para que el colaborador realice su trabajo”.

La asignación de una línea para el trabajo es más frecuente en multinacionales. “Mientras más grande sea la compañía mayor es la tendencia a cubrir la recarga del celular”, comenta Villacís.

Pero en estos casos, advierten los expertos, también se puede incurrir en utilizar la línea telefónica otorgada por la empresa para asuntos personales.

“Cuando no se cuidan estos límites se producen abusos de los dos lados, o el empleado usa recursos de la empresa para propósitos personales ( no ético) o la empresa usa recursos del colaborador para beneficio de la empresa ( no ético)”, indica Dávalos.

No hay una normativa en Ecuador que regule el uso del teléfono celular para temas laborales, a excepción de la modalidad del teletrabajo, legalizada mediante un acuerdo ministerial.

Recalde lamenta que exista un atraso en este aspecto, en comparación a otros países de la región en los que suele estar regulado mediante normas secundarias. No obstante, aclara que muchas empresas lo incluyen en reglamentos internos.

El director de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) para el Cono Sur, Fabio Bertranou, trato este tema en el marco del seminario “Diálogo tripartito sobre el futuro del trabajo”, celebrado el pasado año en Uruguay.

“El modelo de trabajo amigable, flexible, en cualquier momento y en cualquier lugar, con un teléfono conectado con el jefe a cualquier hora, podría convertirse fácilmente en un trampa del tipo ‘siempre y en todas partes’ donde algunos empleados estarían expuestos a este tipo de forma de aumentar la producción de su trabajo y tendría efectos importantes en el estrés o el burnout (fatiga extrema)”, advirtió el directivo.

También se dan casos en que el uso excesivo del celular en horas de trabajo resta productividad al empleado. No obstante, el director del Centro de Estudios de la Política Laboral no considera apropiado restringir su uso, puesto que es un elemento que ha penetrado profundamente en la sociedad. Solo es aceptable, señala el experto, cuando significa un riesgo en la labor desempeñada.