Elizabeth Guaguilla es la maestra destiladora del Chawar, el licor que se obtiene del miske, cosechado en Cayambe. Foto: Cortesía / Andean Agave Spirits

Elizabeth Guaguilla es la maestra destiladora del Chawar, el licor que se obtiene del miske, cosechado en Cayambe. Foto: Cortesía / Andean Agave Spirits

El Chawar levanta una ronda de inversión de USD 1, 2 millones para crecer

8 de febrero de 2023 23:54

El estadounidense Eliot Logan-Hines adopta dos estrategias para popularizar el consumo de su licor Chawar. La primera: levantar un fondo de inversión de USD 1,2 millones para aumentar su crecimiento en cinco años.

La segunda: usa alpacas como embajadoras de su producto en EE.UU. y Ecuador.

Chawar, la marca del producto, se elabora con el miske, que es una especie de miel que se obtiene de las hojas de las pencas o agave que crecen en las zonas andinas.

Logan-Hines, quien estuvo en el país durante 12 años, descubrió esta planta silvestre que crece en las propiedades de las comunidades campesinas. Ancestralmente, las familias recogen este líquido para preparar la bebida del guarango o comercializan en los mercados, aunque su compra es baja.

El vio un potencial en el miske y lo transformó en un licor premium, que gusta y se consume en Austin (Texas), el lugar de nacimiento de Logan-Hines; en Denver (Colorado), California y otros sitios de Estados Unidos.

Para potenciar su venta, el emprendedor y sus 10 socios escogieron a las alpacas, porque tienen una conexión con la Pachamama. Ellas se pasean por Austin, Colorado y en Quito, para presentar el Chawar. 

Comenta que en Austin hay una importante colonia de ecuatorianos, que conoce el producto.
Logan-Hines, fundador y CEO del emprendimiento Andean Agave Spirits, comenta que su objetivo es que este producto se posicione como el licor nacional ecuatoriano, con identidad y tradición.

El Chawar es el segundo emprendimiento de Logan-Hines en Ecuador. El primero fue Runa, una marca de té de guayusa que se vendía en Estados Unidos. Fue cofundador y vendió su participación en este negocio.

La inversión en el Chawar
El emprendimiento Andean Spirits, que se creó hace cuatro años y medio, comenzó con una inversión de USD 500 000 para la instalación de la fábrica de destilería, insumos y compra de la materia prima. Esta funciona en Yaruquí.

Su capacidad de producción es de 10 000 litros anuales y envasan 12 500 botellas. Se elaboran cuatro variedades: blanco, reposado, añejo rosado (se guarda en barriles de roble de vino) y reserva Cotopaxi.

Todos los días reciben agave fresco y se fermenta por 4 o 5 días de forma espontánea; luego se destila y pasa por un proceso de doble destilación para conseguir una calidad superior. Su dulzor es suave y no provoca estragos, como el licor normal, asegura Logan-Hines.
Con el levantamiento de la inversión, la meta para cinco años es producir 300 000 litros.

Elizabeth Guagrilla es la maestra destiladora del Chawar. Ella se encarga de que el agave llegue limpio, sin plagas ni basura. Se asegura que el porcentaje de azúcar (grado prix) se un mínimo de 10 grados y un máximo de 13. En su destilación no utilizan levadura artificial, para que la fermentación sea natural y un licor de calidad.

Guagrilla también coordina con la asociación de mujeres Mishkita para obtener un buen agave. Ellas -dice- tienen el conocimiento ancestral sobre el tiempo de producción, se guían por las fases de la luna y saben cuándo cosechar solo con ver el tamaño de las hojas o pencas.

Las aliadas del Chawar
La empresa compra el miske a 12 personas que conforman Mishkita, la primera asociación de mujeres productoras de agave en el Ecuador. Todas son de siete comunidades de Cayambe.

Carmela Farinango recuerda que cuando empezaron eran 20 mujeres, pero no todas creyeron que el chawarmiski les pudiera generar ingresos.

Las 12 recolectan el agave dos veces al día (tarde y mañana). Farinango recoge esta miel en un tanque que se transporta en una camioneta para luego entregar a la destilería. De cada planta se cosechan cuatro litros diarios, en promedio.

Logan-Hines, un ingeniero forestal, capacitó a las mujeres para un mejor cuidado de las plantas, para que hagan nuevas siembras y con ellas tiene un plan de crecimiento del cultivo. El tiempo de producción es de dos a tres meses.

Estas plantas tardan en crecer de 10 a 14 años y después se puede cosechar el agave.
Este ingeniero forestal, quien llegó a Ecuador para un proyecto en la Amazonía, comenta que la recolección del miski es una tradición femenina y cuidan el ambiente.

Por esa ancestralidad, el Servicio Nacional de Derechos Intelectuales (Senadi) declaró el 6 de octubre del 2022 al miske como la séptima denominación de origen ecuatoriana.

Lema dice que desde que son proveedoras de la fábrica fue como si hubieran conseguido un trabajo que permite sostener a sus familias.

Ella usa su dinero para educar a su hija en la universidad, alimentar a su nieto y esposo, quien no tiene trabajo.

La empresa paga USD 0,65 por el litro, de los cuales 0,05 se destinan para sostener a la asociación. En el 2022, las mujeres facturaron USD 70 000 en la provisión de esta materia prima. “No estamos certificados como comercio justo, pero pagamos el producto bajo ese principio”.

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