Lo abarca todo: desde la compra del grano de cacao hasta la venta de chocolate en el extranjero, sin dejar de lado la posibilidad de ofrecer al cliente nacional y a la industria la experiencia del consumo del producto y el uso de los derivados de la fruta. A esto se dedica la marca quiteña Minka.

En el 2008, el ingeniero agropecuario Jorge Martínez arrancó con la venta de materias primas para la industria alimenticia. Seis años después decidió que debía colocar en el mercado un producto final y, tras una investigación, optó junto a su esposa, Cristina Camacho, por dedicarse a la producción de chocolate y derivados de la fruta tropical.

Conocía del negocio ya que, por su profesión, antes había sembrado cacao y sabía que el producto nacional es de alta calidad. Lo propio con los derivados de esta fruta.

En 2015, se lanzó la marca Minka. Arrancó con USD 100 000 de inversión, que incluyeron viajes dentro y fuera del país para buscar proveedores y compradores, respectivamente; marca, ‘branding’, ‘packaging’, entre otros aspectos.

Los procesos de la empresa se inician con la compra del cacao en fincas de cuatro provincias. Para la fabricación de chocolates adquiere la variedad Arriba (Nacional / Fino de Aroma), certificado orgánico; para las barras de leche, exclusivamente, se usa Arriba no orgánico y para los derivados (polvo, manteca y pasta de cacao) los tipos CCN51 y Súper Árbol (amazónico).

Minka compra el producto directamente a los agricultores. Cuenta con ocho proveedores dueños de fincas y cuatro asociaciones, que incluyen a microproductores; cada una alberga entre 400 y 800 personas.

La empresa adquiere cada semana de 20 a 30 toneladas de cacao. Un 70% del grano se destina a la venta a exportadoras de dicho producto y el resto para la fabricación de chocolate y derivados.

Minka produce cuatro derivados: nifs, pasta, manteca y polvo de cacao. Este último se usa para la elaboración de cocoa. Principalmente se venden para la industria de alimentos.

La empresa también fabrica productos terminados; tiene alrededor de media centena. Entre estos se encuentran chocolates en diferente tipos: puros, con adiciones (jengibre, uvilla quinua y nifs), sin tostar, sin azúcar y más.

Asimismo, la firma desarrolla oferta para repostería y para personas que siguen dieta Keto. A esto hay que agregarle café; adquiere una tonelada bimensual, desde Cariamanga (Loja).

Martínez explica que su empresa se centra en la creatividad y la innovación. Además de renovar permanentemente su oferta, desarrolla empaques diferentes para cada colección. “Nos encanta crear y poder evolucionar”, dice.

Esto lo confirma Fernando Quirola, gerente general de Corrucart. “Jorge siempre está investigando las tendencias. Es un emprendedor que busca valor agregado para sus productos. El volumen que le vendemos difiere. Como parte de su innovación, incluso, usa envases de otras empresas para cambiar imagen”.

Corrucart ha elaborado para Minka empaques individuales en cartulina para los chocolates, display en cartón microcorrugado, estands para las ferias que ha organizado la marca y cajas máster para las exportaciones.

La mayoría de la oferta de Minka va para la exportación. Los principales mercados son EE.UU., Francia, Reino Unido y Bolivia. Actualmente, se encuentra en negociaciones con Canadá y Chile.

Para la comercialización de sus productos en el país norteamericano, la compañía abrió una firma en dicha nación: Minka LLC.

En Ecuador, por su parte, los productos de la empresa se venden en cadenas de supermercados y farmacias, así como en diferentes tiendas especializada.

Hace cinco años, por ejemplo, se comercializa en Corporación GPF. La empresa compra unas 200 unidades mensuales de distintos ítems. “Algo muy interesante para nosotros es contar en nuestro portafolio con productos para atender necesidades diferenciadas, por ejemplo, para personas diabéticas. En este caso Minka ofrece chocolate sin azúcar (...) Se adapta a distintas temporadas”.

La empresa no solo vende, sino que se acerca a sus clientes a través de su casa de experiencias. En ese sitio, en Cumbayá, la gente puede hacer actividades como preparar su propia barra, acceder a cursos (presenciales y virtuales), aprender a hacer chocolate caliente en agua y leche, tomar jugo de cacao y más.

El grano de las fincas debe tener calidad
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Pedro Izurieta, compras y negocios estratégicos

Trabajo hace siete años. Lo más importante para la empresa es la materia prima, es decir un cacao orgánico, que seleccionamos de diferentes fincas del país. Esto permite la elaboración de un chocolate de calidad, que es nuestra fortaleza. A parte de manejar la relación con fincas, me dedico a lograr acuerdos que nos permitan comprender, de lado y lado, la calidad que se necesita para este tipo de chocolate. Nosotros, además de ese producto, tenemos otros, que se destinan para diferentes empresas. El grano debe mantener la humedad adecuada, no debe tener químicos, no debe tener ninguna enfermedad, no gorgojos, etc. Lograr esa relación con las fincas es una fortaleza. Inicialmente, el CEO hace el primer acercamiento, luego me encargo yo. Para poder comprar el cacao necesitamos encontrar características de humedad. Debemos tener un cacao óptimo. Si yo voy a una finca y no encuentro las características adecuadas del grano no puedo adquirir, porque impacta en el producto terminado.