una de las particularidades de esta marca es el uso de semillas de tagua, pambil, mandarina, sandía, melón, camochiche, bisola,

Una de las particularidades de esta marca es el uso de semillas de tagua, pambil, mandarina, sandía, melón, entre otros. Foto: Francisco Páez / PARA LÍDERES

Los collares se elaboran con las semillas

21 de febrero de 2016 14:23

Diana Anrango Ponce y Elena Anangonó Suárez le apostaron a la bisutería como una alternativa de negocios. Hace cuatro años, las emprendedoras aprendieron las técnicas para elaborar collares, aretes y pulseras, con semillas y mullos.

Esto les permitió abandonar los empleos temporales que conseguían en la siembra o cosecha de maíz, fréjol, caña de azúcar, etc. La iniciativa surgió luego de varios talleres, entre ellos uno de manualidades, que ofreció la Junta Parroquial de Salinas, del cantón Ibarra, en Imbabura.

Este es uno de los negocios que han florecido en esta localidad afro de 1 935 habitantes, situada en el valle del Chota. La mayoría gracias al turismo, con la llegada del tren.
Cuando empezaron a entretejer las cortezas vegetales, ‘no tenían ni idea’ de cómo se confeccionaban estos accesorios.

Anangonó, afrodescendiente de 46 años, rememora que a la mayoría de las 40 mujeres que fueron capacitadas en bisutería no les interesó esta línea artesanal. Sin embargo, con Anrango encontró afinidad para abrir este negocio. Cada una instaló un taller en su casa. Ahí, junto con sus hijos confeccionan estos coloridos y vistosos adornos. Anrango tiene dos hijos y Anangonó, tres.

El emprendimiento se tornó prácticamente familiar. Incluso, el nombre de la marca Diel lleva las dos primeras iniciales de Diana y Elena, por sugerencia de la familia. Los primeros materiales y herramientas para empezar la producción en serie fueron entregados, al final del primer curso de formación, por la Fundación Codespa, que les auspició.

La microempresa ha ido creciendo paulatinamente. Los primeros clientes fueron las vecinas de la parroquia. Incluso, comentan, entre risas, que les vendían a crédito. Diel fue reconocida con una de las 23 mejores iniciativas del Programa Imbabura Diversa y Productiva 2014, impulsada por la Prefectura de esta provincia.

El premio fueron USD 3 000. El dinero lo destinaron al fortalecimiento del taller de bisutería.
También a la capacitación para mejorar el diseño de los productos. Además, adquirieron materia prima y herramientas.

Pero quizás una de las alternativas para mejorar las ventas fue la publicación del catálogo de artesanías y bisutería Creaciones Diel, que se presentó el fin de año. En este material impreso se destacan variedades de collares, con nombres sugerentes como Pasión, Diana, Cielo, Catalina, etc.

Este último es una gargantilla, de color rojo y azul, tejido en piedras, cocos y mullos.
Lucía Cerón, técnica de la Prefectura, explica que para darle un toque de sobriedad las joyas artesanales llevan etiquetas y tarjetas.

También dice que una de las particularidades de esta marca es el uso de semillas de tagua, pambil, mandarina, sandía, melón, camochiche, bisola, azait, acacia, fréjol, san pedro, guairuro, naranja y mandarina.

Igualmente, destaca los innovadores diseños que van surgiendo. La mayoría son elaborados con diferentes tipos de tejido y con cortezas, mullos e hilos de nailon. El catálogo fue presentado con un desfile de modelos. Jóvenes de esta parroquia lucieron la variedad de collares de semillas, mullos y combinados.

Con un tono de orgullo, Anangonó comenta que no es la primera vez que las Creaciones Diel han subido a la pasarela. Anteriormente, incluso, fueron el complemento de la colección de ropa denominada Coangue, Glamour y Color, de la artista afroecuatoriana Alicia Villalba.

Estas prendas étnicas fueron parte del desfile de modas Tendencias Imbabura 2015. Curiosamente, Villalba fue la primera capacitadora de las emprendedoras.
Las creaciones de Diel se venden en la Tienda del Tren, en la Estación de Salinas. Ahí ofrecen sus artículos a los turistas.

Anrango comenta que los collares elaborados con semillas naturales cautivan a los extranjeros. Mientras que los mullos sintéticos, a los ecuatorianos. El próximo objetivo es impulsar las ventas por catálogo. La idea es contar con vendedoras en varias ciudades del Ecuador.