La semana anterior varios titulares de periódicos anunciaron que empezó la era de las computadoras cuánticas. Los “bits” tradicionales van a ser suplantados por los “qubits”. Eso significa una capacidad de gestión de la información nunca antes vista en la historia de la humanidad.

Raymond Kurzweil, autor de ‘La Singularidad está cerca: cuando los humanos trascendamos la biología’, plantea que mientras más aumenta el acceso a la información el ritmo de desarrollo produce un entorno de creatividad e innovación exponencial de consecuencias impredecibles. Como si se tratara de una profecía, el patrón de duplicación de la capacidad y miniaturización de circuitos integrados nos lleva a la computación cuántica.

La computación digital tradicional nos condujo a un mundo de tecnología insospechado. La capacidad de la computación cuántica ¿hacia dónde nos conducirá? Y lo más importante, ¿cómo va a afectar nuestra cultura, nuestras instituciones o incluso nuestra propia forma de vivir? Quizá estamos viendo el ocaso del mundo como lo vemos hoy.