Redacción Cuenca
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La Cooperativa Jardín Azuayo no se ata a una imagen

La cooperativa Jardín Azuayo (JA) surgió en 1996 y desde ese año su logo ha experimentado más de 30 cambios por aportes artísticos de sus socios. Es decir, no se ha atado a un solo diseño, sino que conforme evoluciona la entidad financiera, también lo hace su imagen, explica el diseñador de JA, Vinicio García.

Se ha mantenido la J y la A como insignia de la institución, acompañadas de las tonalidades amarilla y verde como sinónimos de esperanza y calidez. No olvidemos, advierte García, que la cooperativa JA surgió, en 1996, cuando 120 socios que sufrieron el deslave de la Josefina, en 1993, en el cantón Paute (al noreste de Cuenca), reunieron USD 200 000 de capital inicial para conformar esta sociedad financiera.

Con el proyecto también surgió el logo con la J y la A fusionado entre paisajes pintados por uno de los mentalizadores de la cooperativa, Hernán Rodas. “Él es un artista y con frecuencia diseña nuevos logos con dibujos de colibríes, mariposas, flores, niños. Nosotros (el departamento de Diseño) acoplamos esa pieza artística a la imagen de la empresa”.

Jardín Azuayo no se rige por tendencias publicitarias. Si un día el departamento de Diseño ve un logo usado en 1997 que inspira nostalgia lo usa de nuevo para llegar a sus clientes. Lo utilizan en su revista, manuales de educación financiera, obsequios corporativos. Para García esto no afecta la imagen de la empresa, porque su negocio no es una “transnacional”, sino una organización al servicio de la comunidad.

El cambio de logo no tiene costo, ya que lo adapta un diseñador que está en la nómina de la empresa, explica García.

Uno de los trabajos del departamento de Diseño fue en diciembre del 2010 cuando crearon una imagen más “seria” para sus libretas, facturas y documentos, dice García. “Esto no quiere decir que se dejen de usar las otras, sino que esta es para afianzar la imagen de la entidad.

Para el consultor de Marketing, Esteban Cevallos, el caso de JA es positivo porque demuestra que una firma no tiene que atarse a una imagen corporativa. No obstante, esto no funcionaría para cualquier empresa. “Es una cooperativa que llega al sector rural y esa transformación en su marca es parte de su dinámica”.

Para María Jaramillo, quien es socia de la entidad financiera, el logo de JA no es una identidad corporativa, sino una forma de expresión de sus miembros. Según esta cuencana, JA realiza concursos de pintura de niños y el dibujo ganador es el logo que se posiciona ese año.

Para esta cuencana, las actividades artísticas realizadas por esta cooperativa dan sentido de pertenencia a sus socios. “No se trata de un banco donde se deja el dinero, sino de una familia”.