James Taylo ofreció en Quito un taller organizado por Sonder Sudios, firma ecuatoriana de Design Thinking. Foto: Diego Pallero / LÍDERES

James Taylo ofreció en Quito un taller organizado por Sonder Sudios, firma ecuatoriana de Design Thinking. Foto: Diego Pallero / LÍDERES

‘La creatividad es un deporte en equipo’

23 de mayo de 2019 11:08

¿Cuál es el desafío más común para las empresas que quieren innovar?

Me ocurre con frecuencia que llego a empresas que están haciendo un trabajo muy creativo, pero no siempre se aseguran de que todos en la organización entiendan lo que es ser creativos y entonces les dan herramientas para desarrollar la creatividad. No es un asunto de decir seamos creativos, hay que crear y desarrollar habilidades en los miembros de la empresa.

¿No es cuestión de crear un departamento creativo?
El trabajo de todos es creativo. Así que lo que sugiero es enseñar habilidades o herramientas que se puedan usar en toda la organización. Es algo como desarrollar un lenguaje común de creatividad. No importa el sector, lo importante es tener herramientas que generen ideas y que estas ideas creativas se puedan evaluar. En algunas compañías uno de los problemas es que francamente reconocen que están haciendo lo mismo por mucho tiempo y necesitan innovar, reinventarse. Algunas empresas hacen un gran trabajo, pero no ejecutan nuevas iniciativas porque prefieren las ideas viejas. Allí es necesario tomarse un tiempo para evaluar las ideas antiguas y las nuevas.

¿Esto de ser creativo e innovador es más fácil para las pequeñas empresas?
Las pequeñas y las grandes empresas pueden innovar y ser creativas. Las pequeñas son más ágiles y reaccionan más rápido ante el mercado. Las grandes tienen dificultades para actuar rápido, pero cuando responden lo hacen muy bien, a escala y se muestran poderosas. La competencia es buena, está bien, pero lo que veo es que existe la idea errada de que la creatividad tiene que venir de un líder o de un individuo ‘top’ de la organización. Lo que he encontrado en mis estudios es que la creatividad es colaborativa, es un deporte en equipo. Es una capacidad que implica a toda la empresa y a todos sus integrantes.

También hay las compañías que quieren innovar y ser rentables al mismo tiempo...
Para eso hay que atar la innovación a los resultados. Un ejemplo son las empresas que calculan que un porcentaje de las ganancias vendrán de productos creados cinco años atrás. Esto significa que sus ejecutivos dedicaron mucho tiempo a pensar un producto innovador para obtener ganancias. Las empresas creativas saben que el mercado se mueve cada vez más rápido, y tienen que innovar continuamente. La innovación siempre tiene que estar atada a los objetivos de una compañía. A veces puede haber bajones en las ganancias, crisis, otras veces hay que diversificar. En empresas familiares ocurre esto y se ven obligadas a diversificar o fusionarse. Otras veces se tiene que lidiar con los costos de producción y reducir estos costos.

¿Qué herramientas recomienda a las empresas?
Una clave es identificar sus valores. Talvez el fundador sepa los valores de la compañía, pero hay que enlistarlos de alguna manera para que todos en la organización los conozcan. El líder sabrá, pero el empleado más joven no y eso es un problema. Hay que tener claro cómo las ideas que surgen en una empresa están conectadas con los valores que la misma empresa promueve. Si la calidad es el mayor valor y usted piensa lanzar un producto con una calidad no tan buena, eso puede afectar la imagen de la empresa. Pero si el valor es la agilidad usted puede probar un artículo sin mayor problema. Allí reside la importancia de los valores. Cuando se tiene un equipo todos su integrantes deben hablar el mismo lenguaje de tal manera que las ideas surjan más rápido, con entusiasmo y confianza.

¿Qué pasa con las empresas familiares?

Una herramienta que se usa en este caso es ‘future passing’. Esto se da cuando se busca generar ideas y se empieza a pensar qué pasará en 5 años, 10 años o más. En el mercado existen empresas que miran y piensan mucho en largo plazo y a veces veo celos en las empresas familiares. Las primeras generaciones piensan más en el largo plazo, mientras que los jóvenes piensan en corto plazo, en trimestres. No hay nada de malo con ninguna de las dos miradas, pero lo que se necesita es discutir el tema dentro de la organización y tener claras las implicaciones de las ideas y las decisiones en un tiempo determinado.