Lo peor que le puede pasar en diciembre es que su décimo se convierta en plata de bolsillo y se pierda en compras innecesarias.

El artículo 111 del Código de Trabajo norma el pago de este sobresueldo, conocido como bono navideño. Corresponde a una remuneración completa, es decir, el sueldo más bonos, horas extras, comisiones, etc., que se paga hasta el 24 de diciembre.

Solo las personas que lo acumularon lo reciben completo ya que al resto, el patrono les entregó el valor cada mes.

Según Bertha Romero, experta en finanzas personales del programa de educación Tus Finanzas, explica que antes de usar el bono hay que analizar la situación económica personal. “Una parte puede ser para los gastos de las fiestas y la otra para prioridades como el ahorro”.

El dinero se puede colocar en un fondo de emergencias, si es que lo tiene. Si no ha ahorrado hay la posibilidad de guardarlo en el banco y, más adelante, reunir más capital; la idea es tener un monto que, mínimo, sea tres veces mayor al ingreso mensual.

Otro destino que se puede dar al décimo es el pago de deudas, principalmente si estas le exigen desembolsar un valor de más del 40% del ingreso que recibe cada mes.

María Elizabeth Arellano, especialista de responsabilidad social de Produbanco, explica que otra alternativa para destinar el décimo es la inversión. “Adquirir un terreno es una de las opciones más rentables, ya que este tipo de bien genera ganancias a futuro o puede convertirse en patrimonio familiar. Por un lado, puede venderse a mayor precio de lo adquirido o, a su vez, utilizarse para empezar la construcción de una vivienda. También se lo puede alquilar”.

El décimo, además, puede servir para la creación o inicio de un pequeño negocio. En el caso que ya exista uno, puede ayudar a capitalizarlo e impulsar su crecimiento.

El hacer un plan sobre el uso de este dinero será de gran ayuda para el trabajador.